Reseñas
Los camareros lleva la mascarilla un rato si, un rato no, la calidad de la comida es bastante mediocre, se nota que alguna está preparada con bastante antelación y es recalentar. En cuánto a cantidad no está mal. La verdad que la localización es el punto fuerte del sitio. Un lugar perfecto para los turistas extranjeros
Atención de 10 por parte de Rústico... la comida muy rica, pedimos de entrantes una fritura de mariscos, pan con salsa alioli y ya de plato fuerte una paella mixta de pollo y mariscos para 6!! Buenísima!! Recomendado
Sin duda un sitio más especializado en atrapar turistas, con su comercial a pie de calle que te engaña ofreciendo una invitación en nuestro caso a unas copas de cava y que luego no cumplió nos puso unos taponazos de licor, y gracias. La comida, al menos lo que probamos, no estaba mal, los precios nos parecieron correctos en carta pero las raciones eran pequeñas y el susto venía en la bebida: 4'5€ por cerveza, que quizá para los extranjeros es hasta barato pero aquí es un abuso sin duda alguna.
Fatal… para empezar te lo venden como especialistas en paella, lo cual deja mucho que desear en los arroces que hacen. Solo se nota el caldo de pescado sin sabores que acentuar, mucho tropezón y con guisantes lo cual me sorprendió, el arroz no estaba terminado… por algunas zonas duro y no estaba seco como una buena pella si no meloso… quizá la persona que hace los arroces no tenga mucha idea. He probado muchas paellas y está sin lugar a duda es de las peores que he comido. La fritura de pescado muy escasa y para 18€ el plato que solo llevase 6 pescaditos, 5calamares , chopitos y sin gambas el precio es desmesurado a mi parecer. Y después la cuenta… sin duda es un atrapa guiris porque no tiene ni pies ni cabeza. Pagamos por 4 cañas de cerveza, pan con alioli y tomate, freiduría de pescado “tamaño como un plato normal no es una fuente” , y un “arroz” sin postre ni café 62€!!!!! No lo recomendaría nunca, me pareció demasiado caro para la calidad de la comida y el servicio.
De primeras todos los restaurantes de la zona son muy similares. Lo que nos convenció de elegir este local fue el camarero, que nos dijo que la comida no era precalentada sino hecha al momento y que las paellas eran individuales. Realmente fue así. Pedimos una paella de arroz negro y otra mixta. Increíbles de sabor y la cantidad ideal para uno. Optamos por el menú porque resultaba más económico, obviamente. A parte de los arroces nos trageron de primero ensaladilla, croquetas y ensalada todo muy rico, y de segundo los arroces y salmón con verduritas a la plancha. Fue muy buena elección de restaurante en general, aunque los camareros iban bastante perdidos. No se les veía para nada organizados e incluso nos trajeron una cuenta para dos en vez de para tres. Eso es lo único que veo que deberían trabajar más, además de los postres que sería bueno que fueran caseros.
Una placita con varias opciones para cenar. Elegir Quo Vadis es un acierto. Y seguir sus sugerencias otro. Comida de calidad y un trato agradable y divertido. Precio asequible. Muy recomendable
Balance muy negativo en general: COMIDA ESCASA, una ración de merluza mal cocinada y tan escasa que no llenaría ni a un niño pequeño, pella buena y el resto de platos bien cocinados aunque muy escasos, el trato de los camareros muy correcto y amable pero TOTALMENTE INADMISIBLE que no te adviertan que la bebida no entra en el precio y amparados en esto te claven 16€ por un vino malo y 4€ por una botella de agua, Señores esto es muy feo, no volveré
En un lugar tranquilo del barrio de Alicante, con buena atención y buena comida. Y pizzas increíbles!!
La comida muy bien. El menú 12€, pero es un timo pues te cobran la bebida a parte. Por dos litros de agua que no estaba fría, 8€.
Pedimos entrecot trinchado mi hijo y yo, nos trajeron una montaña de carne con patatas.Las patatas sabian mal y el entrecot tenía tanta grasa que cuando termine pude formar el tamaño de un entrecot con la grasa que retire.pedimos solo dos cosas los entrecot y pan con ajo y se olvidaron del ajo,también quisimos repetir con las cañas y también se les olvidaba.