Reseñas
Está bien para pasar un rato de ocio o celebrar un cumpleaños de niños/as. Para tomar algo hay poca variedad. Sí hay baños aunque podrían estar más limpios. Hay parking aunque es de pago y fuera en la calle se puede dejar gratis. En sí no es un centro comercial, ya que el 90% de los locales están cerrados.
Llevo viniendo un tiempo a esta bolera. Sin duda, la esencia que conserva y trasmite el lugar se debe al excelente trabajo de todos y cada uno de los empleados que trabajan en ella. Amables, atentos y tremendamente ágiles y resolutivos. Un 10 en calidad humana. Además la limpieza y orden que tienen es excelente. Sin duda un 10/10.
Una bolera muy buena. Llevamos viniendo muchos años y es un placer cada vez que venimos. El trato es excepcional, especial agradecimiento a los empleados del miércoles que siempre te atienden y te ayudan en todo y con mucha alegría y buen hacer. Que para como está la bolera de llena, siempre te atienden fenomenal.
Buenas instalación para pasar la tarde con los amigos, familiares, celebrar cumpleaños... Tiene zona de billar, máquinas arcadeno muchas pero suficientes, bolera, futbolín, zona de bar. Muy bien
Personal muy antipático y con muy pocas ganas de trabajar. Tan difícil es atender con un mínimo de amabilidad? A parte de querer cerrar siempre antes de la hora al igual que me pasa en la bolera del Plenilunio. Si tienen un horario, es para cumplirlo. No me miréis con mala cara. La máquina de canastas, de 4 pelotas ahora dejan 2. La bolera se para y hay que llamar la atención para que la arreglen. Mala experiencia la mayoría de veces que he ido. SONREÍR ES GRATIS
Ya no es lo que era. Fuimos 10 personas para jugar dos partidas y al coger el número, uno de los que está en el mostrador fue un borde y no quiso dejarnos coger dos pistas juntas. Por suerte cuando nos toco el turno, había otro chico que nos ayudó a conseguir dos pistas juntas. Durante la partida hubo que parar varias veces para arreglarlas ya que no devolvían las bolas o sé quedaba atascados.
Se me ocurrió ir en un día lluvioso por hacer algo y me lo pasé muy bien... hacía años que no jugaba a los bolos y lo pasé muy bien. Otro día repetiré para jugar al billar. Muy recomendable.
Celebramos el cumple de mi hija, la chica que estuvo con nosotras y nos hizo la reserva súper amable, no puedo decir lo mismo de la compañera que estaba con ella el día que hicimos la reserva, no paraba de gritar a la que nos atendió, malas palabras y malas contestaciones. También puede observar esa actitud con el trato con los clientes, a parte muchos gritos por el altavoz y que mal tono. Por lo demás el cumple salió muy bien y estoy agradecida por las personas que nos atendieron la chicas que estuvo con nosotras como los otros chicos. Decir también que en la reserva del cumple ponía que el anfitrión tendría un regalo muy especial y a parte de que lo tuvimos que recordar nos decepcionó muchísimo ya que era una bolsa de chuches normalita y eso no es un regalo muy especial...
Fuimos tres personas con ganas de pasarlo bien y al principio todo normal hasta que la pista se empezó a apagar, los chicos muy agradables atendiendonos rápido hasta se apagó una quinta vez y fui a la chica que te entrega los zapatos a solicitar una pista distinta, la chica rubia con coleta con malos modales y poca educacion me dijo que solo se habia apagado una vez y se puso a levantar la voz, a dejarme de mentirosa y a faltarme el respeto delante de todo el mundo, personas así no deberian trabajar de cara al público. Al finalizar la partida, después de haberse apagado 7 veces la pista, pedí una hoja de reclamaciones. Entiendo que los sistemas puedan fallar y es algo entendible pero es inaceptable el mal trato de esta empleada.
Las instalaciones muy bien y el personal muy amable, a excepción de la encargada , una chica rubia con polo rosa. Una auténtica maleducada que cree que por ser la encargada puede dirigirse con malas formas a los clientes y amenazarlos . Situación surrealista . Gracias al resto de trabajadores que han comprendido la situación y han sido muy educados. Una pena