La memoria no puede quedarse en las cunetas.
Las heridas cerradas en falso hay que abrirlas, drenarle el pus y curarlas, para que cierren definitivamente y no quede debajo de la piel ningún absceso purulento que vaya contaminando el cuerpo. Creo que es nuestra obligación hacer esa tarea, sin hurgan demasiado en la herida para no dañar más tejidos, pero con la entereza y fuerza necesaria para sacar ese pus y volver a cerrarla definitivamente.
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