La natación temprana se beneficia de la flotación y hace que algunos movimientos sean más fáciles de realizar en el agua que en el suelo y durante un tiempo, desde los 4 meses hasta el dominio de la marcha, se pueden tener experiencias sensoriales y motrices exclusivas que van a enriquecer el desarrollo físico y psíquico del bebé. En esta etapa el ser humano tiene una percepción motora que no vuelve a repetirse en edades posteriores, es el tiempo idóneo para incidir de una manera natural en su desarrollo con experiencias, siempre en calidad y cantidad adecuadas, que permitan sentar las bases de la futura inteligencia y aprendizajes.
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