Reseñas
Pequeña bodega de barrio pero con mucho encanto, decorado de manera digna. Vermuts bueno y bien servidos, con su limón olivita y guindilla. Las patatas bravas no decepcionaron, bien fritas, picantes y la salsa casera, casera. Simplemente con verlas puedes asegurar que son 100% hechas a mano. -DESTACADOS: El personal y las patatas bravas.
Buen ambiente. Camareros cordiales. Bar tipo bodega con muchas tapas riquísimas. Las patatas bravas son muy picantes así que recomiendo avisarles si no te gusta mucho el picante. La comida es muy sabrosa.
El producto es excelente. Las cañas muy bien tiradas. El local muy agradable. Lástima que no sean profesionales de la hosteleria porque el trato con el cliente es justo. Se nota que los domingos les cuesta, mesas sucias, no puedes poner una caña y no pasar el trapo en la mesa. En la barra bandejas vacias, las tapas que ponen no se ajustan a lo anunciado, no importa pero si lno tienes los ingredientes avisa al cliente.....y no es una cosa puntual hoy despues de muchos domingos sin cambios hemos decidido publicar con la intención que se den cuenta que con pocas mejoras puedes ser un lugar singular y profesional. Cuando tratas con público tienes que tener una actitud positiva aunque no tengas ganas de trabajar. Por desgracia la profesionalidad en la hostelería, es decir los camareros de toda la vida en Barcelona ya no existen y lo más triste a la gente le da igual.
Bar muy auténtico para tomar unas cañas e ir de tapas. Muy buen ambiente y comida rica! Recomiendo especialmente las bravas con un toque de romero y los calamares a la andaluza.
De los pocos sitios de Barcelona en que te saben tirar una caña bien tirada. Muy buen surtido de cervezas. Tapas sin pretensiones pero deliciosas.
Cenamos ayer, espectacular tataki de atún, buenas bravas allioli con pimienta, croquetas de carrillera y pan de coca con tomate. Una grata sorpresa en l'esquerra l'eixample!! Volveremos!!
Pequeña bodeguita en la calle Rocafort, cerca de la parada de metro. Es un local pintoresco, a la antigua usanza, con barriles antiguos colocados en un estante alto, latas de bonito y ventresca enormes adornando, un bonito espejo antiguo... que lo hacen muy rústico. Aparte de los buenas viandas que tiene para picar me hizo gracia el vermú casero. Muy propicio para pasar un rato con buena compañía.
Sitio muy agradable y bravas espectaculares!
Bodega de toda la vida, con sus barricas como mesas. El vermut es buenisimo y las tapas tambien. Cada dia tienen distintas y se salen de lo habitual. Visita obligada los domingos antes de comer.
Bodega de toda la vida, local antiguo con sabor clasico, excelentes tapas con varias clases de vermut. El personal atento y agradable, merce una visita. La decoracion interior clasica con mesas de toda la vida.