Reseñas
Lugar Histórico. En el centro. Digno de visitar. El interior mantiene la magia, la esencia de cafeteria antigua. En sus paredes encontramos su historia desde su comienzo. Dispone de terraza, en dos calles. Servicio ofrecido correcto. -Cortado y Croassant : 3 euros.
Típico lugar de Zaragoza que todo el mundo conoce y que es de visita obligada. En uno de los días de calor infernal de Zaragoza uno de sus granizados te da la vida y te sube a las estrellas. Los camareros son muy agradables y simpáticos. Para repetir una y otra vez sin duda alguna.
Estuvimos desayunando, nos impresionó el tamaño de las torrijas y sobre todo del pincho de tortilla. Todo buenísimo, el local bonito y con encanto y el dueño atento y muy agradable, nos contó detalles sobre la antigüedad del negocio, fundado por su bisabuelo, y hasta nos siguió cuando ya nos íbamos para regalarnos unas postales con fotos antiguas del establecimiento. Esperamos poder volver pronto.
Es un local clásico de toda la vida en Zaragoza. Su bocadillo de calamares con salsa picante es expectacular y original de este local. La salsa aunque de aspecto puede parecer mayonesa realmente su sabor es único y exclusivo que no probaras en otro local al igual que la salsa picante. Yo suelo pedir con poco picante. A la hora de cenar suele estar lleno pero hay muchos camareros y te atienden rápido siempre que tengas sitio para pedir. Es muy recomendable tanto si vives en Zaragoza como si visitas la ciudad un día.
Un lugar donde el tiempo no ha pasado, uña vidrieras de la época que embriagan la vista y un interior que mantiene intacto el espíritu de toda la vida. Pero también he de decir que un lugar donde la inflación si que ha llegado… 4€ un café con leche merengada… es decir un café al que en vez de ponerle leche le pones leche con limon y canela… no hombre…
Para mi uno de los mejores sitios de Zaragoza. El local te traslada a los cafés de principios del siglo pasado. Los camareros jóvenes pero muy amables y eficaces. Las tapas y raciones buenísimas. No es barato pero tampoco se pasan. La terraza con encanto. Horario muy amplio.
Un sitio genial que te traslada a otra época. Ideal para un café , torrijas o si prefieres salado una tortilla de patata.Comida: 5/5
Un lugar especial de gran tradición, conservando el aire a cafetería de principios de siglo, la decoración es añeja pero bien conservada con fotografías y cuadros sobre la historia del local, el local es céntrico, a veces hastavse puede leer o hacer alguna tarea pues la clientela es tranquila y educada, hablan bajo, el pincho de tortilla es excelente, de las tortillas de las altas bastante hechas, pero de lasejorea de este tipo, generosa ración sabrosa y que sacia hasta la comida, el café es bueno, nada de ese café torrefacto radiactivo de tantos sitios, los trabajadores mixtos son amables, aunque mo hya servicio de mesa. Me gusta mucho este sitio.
El ambiente de café Levante recuerda a los años ochenta incluso antes te sientes cómodo bien atendido me gusta mucho el precio que tienen las cosas porque no es lo mismo una tortilla de patata congelada que la tortilla que elaborada cada mañana, por cierto buenísima o una torrija con un café y una buena conversación en esas mesitas de mármol la verdad cuando entro no me iría estupendo tener un modelo de restauración en Zaragoza que se fije en los detalles como el espacio y la atención en conclusión hay que ir más al café Levante merece la pena.
Tomé café y gin tonic, muy rico, buen precio, camareros muy amables. El sitio, estancado en el tiempo, me resulta muy agradable para charlar. La próxima vez probaré el chocolate con churrosComida: 5/5