Cafe es Rebost

Lo mejor es la música que te acompaña. Nos atendieron para comer sobre las 15:30, aún tenían la cocina abierta. El sitio por dentro parece sucio, en especial el baño empapelado que no permite ser higiénico. La comida es muy regular aunque me gusto que la berenjena tuviera carne de ternera, el gazpacho parecía el que venden en el Lidl sin embargo las raciones son apropiadas. Te puedes encontrar diferentes precios. El camarero no fue tan simpático como el chico de la barra.

He ido mil veces a este sitio y siempre he salido contenta. Cocina casera francesa, especialistas en raclette. Tienen menú del día de muy buena calidad / precio. Buenísimo el steak tartar. Tiene terraza al sol y mesas dentro. Es un sitio de barrio con encanto, con una cierta decadencia, un lugar especial. El trato es fabuloso y en general, un buen lugar para comer bien a buen precio.

Un trato exquisito, un local acogedor y lleno de recuerdos. La comida muy buena, sencilla, casera, pero con mucho sabor y personalidad. Dan ganas de quedarse un buen rato después de comer y disfrutar de la música que te acompaña desde que entras. Un rinconcito con toque francés

El lugar me encantó, es muy de ambiente. La comida excelente también, y ha sido el lugar en el cual encontramos el menú de medio día al mejor precio. Tienen un menú de 10 euros que comprende dos portadas + agua y café, y uno de 14 con algunos platos más entre los cuales elegir. Absolutamente recomendado!Comida: 5/5

Nos ha encantado el lugar!! Hemos pedido Quiche de espinaca, milanesa de carne, milanesa de pollo ambas rebosadas y steak tartar..TODO ESTABA DELICIOSO Y MUY FRESCO! La atención excelente y el servicio de los platos rápido. Tienen un menú de tapas variado y la decoración del pequeño local muy cool. Comer en las mesas de afuera en época de verano es ideal porque disfrutas del ambiente de la hermosa callejuela en la que se encuentra. Lo recomiendo 100% Admisión de niños: Hay un par de platillos que se les.puede dar a los peques

Mi opinión particular, me parece un poco caro. Pedimos dos menús y dos tapas. Se puede ver en las fotos. Las croquetas es una tapa, pero son congeladas, para el precio que tienen.

Bueno, teniendo en cuenta las reseñas pésimas, pues no es para tanto. El restaurante no es un ejemplo de limpieza, eso está claro, pero no creo que sea preocupante. La comida, pues es como si yo, que no soy cocinera, me diese por abrir un restaurante: que la comida sería totalmente mediocre. Berenjenas: las laminas, les tiras media bolsa de queso rallado, las empapas de tomate de bote, las metes en el horno y las sirves. Pues, para eso me lo hago yo en casa, que me sale por 2 duros. En fin, un poquito deplorable. Y, desde luego, las reseñas tan buenas, no sé, ¿habrán ido a restaurantes con auténticas profesionales en la cocina? Porque, si vas a comer fuera, es para comer guisos realmente buenos; para consumir lo que tú comes y, además, de mejor calidad porque compras buenos ingredientes, lo haces en casa. Y si eso no es tu prioridad, sino no cocinar, pues te vas al bar de tu barrio y te comes un menú de 10€. La camarera muy bien, ¡eso sí!

La comida muy rica y de precio muy bien para el tamaño de las raciones

Estuve con una amiga un mediodía y nos encantó. Comimos dentro. El local es muy pequeño y está muy abarrotado, pero la decoración es muy guay, desde una colección de gafas vintage, a paredes empapeladas con actores de Hollywood, posters de pelis antiguas, etc. Y la música lo mejor, un poco de jazz. Tomamos el menú de mediodía, 12 euros + bebida. Tomamos pisto con huevo frito y frito mallorquín de primeros, y wok de arroz con verduras y parmegiana de berengena de segundos. Como no tomamos ni café ni postre, pues no nos cobraron las bebidas. Ese fue un buen detalle. Toda la comida estaba buenísima, excelente diría yo. Lo disfrutamos mucho. Es cierto que el baño es un poco pequeño y está empapelado, como he leído en otras reseñas, pero estaba limpio y correcto, que es lo importante. Los chicos que nos atendieron, encantadores, serviciales y amabilísimos, especialmente la chica que nos traía los platos, una chica con acento extranjero que nos trató fantásticamente bien. En resumen, comimos muy a gusto, y la comida estupenda. En mi próximo viaje a Palma, si estoy por la zona, volveré sin dudarlo.

Espectacular sitio con un menú muy bueno y amplio. Decoración muy original y música jazz ayudaban a crear un buen ambiente. Por 9,5€, 2 platos con bebida y postre, es lo mejor que puedes encontrar en Palma centro con diferencia. Y es raro que fuéramos los únicos cenando con lo bueno que estaba, muy recomendado!