Es un planisferio celeste que ayuda a comprender las posiciones de los astros y planificar los trabajos aprovechando las mejores configuraciones cósmicas
EL CALENDARIO CÓSMICO
Diseñado por el Ingeniero Agrónomo francés Dr. Xavier Florin, pionero y difusor de la agricultura biodinámica, es un sencillo e ingenioso dispositivo que a través de distintos discos y anillos muestra el planisferio celeste y describe el calendario cósmico. En el centro se sitúa la Tierra, ya que es una visión geocéntrica. Refleja la observación que hacemos desde la Tierra de los ciclos y ritmos que la posición de estrellas y planetas señalan. La aguja pequeña es el Sol, la grande, la Luna. La aguja pequeña da la vuelta a la esfera en un año (ritmo del Sol), mientras que la aguja grande da la vuelta en un poco más de 27 días (ritmo sideral de la Luna). De esta forma podemos ver de manera muy real las posiciones del Sol y de la Luna delante de las doce constelaciones del Zodíaco. En cualquier momento del año.
El calendario cósmico no funciona mediante un mecanismo, sino que es accionado por el usuario: El hecho de animarlo uno mismo permite tomar conciencia del cielo y todos sus ritmos.
Y visualizar y comprender las posiciones relativas de la luna, los planetas, constelaciones... Gracias a las diferentes escalas graduadas y con ayuda del calendario de la Agricultura Biodinámica o de las diferentes efemérides astronómicas o astrológicas, se puede obtener un posicionamiento muy preciso de todo el conjunto. Es el complemento ideal del calendario de Agricultura Biodinámica.
En la esfera, el calendario posee un disco central que simboliza la Tierra , que da una vuelta completa en un día y juega el papel de "segundero", materializado por una flecha que representa la orientación Sur, dado que el Zodíaco sólo es visible en el horizonte Sur. Las 24 graduaciones que están plasmadas en el contorno de este disco permiten situar a cualquier hora del día, el Sol, la Luna, y los diferentes planetas y constelaciones del Zodíaco respecto a la Tierra o respecto al observador terrestre.
Un conjunto de iconos con flechas, representan los planetas y sus trayectorias: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno , Urano , Neptuno , Plutón ; situados en una plantilla que se cambia mensualmente ( el calendario lleva los 12 discos del año en curso).
Unos anillos muestran las 12 constelaciones (grupos de estrellas) del Zodiaco, situadas en el plano de giro de la Luna alrededor de la Tierra, nombradas en latín: Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitarius, Capricornio, Acuarius, Piscies, Aries, Taurus y Geminis; para diferenciarlas del anillo de signos del zodiaco escritos en castellano. Distinguimos así claramente Astronomía y Astrología. Y comprendemos el importante papel de las influencias: agua, tierra, fuego y aire/ luz, de las constelaciones.
El calendario cósmico, como todo planisferio, se puede utilizar para observar el cielo.
El calendario está igualmente dotado de un sistema que permite conocer automáticamente y en cualquier momento la fase en la que se encuentra la Luna. Este sistema permite además comprender perfectamente la diferencia entre ritmo sinódico (ritmo de las fases creciente, menguante, llena y nueva) que dura 29,5 días. Y el ritmo sideral de la Luna que corresponde a la vuelta que efectúa la Luna alrededor del Zodíaco en 27,3 días de media, que corresponde a la posición más alta o baja de la luna respecto al horizonte.
De esta manera, como se puede ver, el calendario cósmico permite representar y visualizar una multitud de indicaciones de manera muy viva. Sólo el juego de colores, da un gran número de informaciones, cada color tiene un significado preciso (influencias de constelaciones, recorrido ascendente y descendente de los diferentes astros, etc.) También se aportan numerosas indicaciones en la leyenda de los diferentes discos (equinoccios, solsticios, fiestas cardinales, las cuatro estaciones, crecimiento o decrecimiento de la luna, luna llena, luna nueva, etc.).
Incorpora un manual de instrucciones para ayudar al usuario, que hace que todos estemos capacitados, tras una pequeña práctica, a usarlo.
Para el principiante, el calendario cósmico, es un buen medio para comprender el mundo del cielo, desconocido para él. Para la persona ya familiarizada con el cielo, el calendario es un “utensilio” cotidiano para visualizar perfectamente la situación cósmica en cualquier momento del día o del año. Para el que posee un cierto conocimiento de influencias cósmicas, especialmente tenido en cuenta en la agricultura biodinámica, el calendario se presenta como algo muy preciado en la organización de sus actividades, su vida, en función del aspecto del cielo que capta de un solo vistazo.
El calendario también puede interesar a los niños, les permite despertar de una manera viva y divertida a todo lo que trascurre en el cielo. También pueden, por ejemplo, comprender progresivamente, manejando la aguja grande, la pequeña y el segundero por qué el Sol se encuentra en tal dirección a tal hora, por qué la Luna se encuentra en tal fase, conocer la hora sin consultar el reloj de pulsera, utilizar el calendario como brújula, etc. Enseñanzas para todos los niveles y todas las edades.
De hecho, no es obligatorio regularlo todo, posicionarlo todo y utilizar todas las posibilidades que ofrece el calendario. Cada uno puede caminar a su ritmo, etapa tras etapa, a medida de su comprensión. El calendario cósmico es todo un universo por descubrir, y nunca mejor dicho, cada uno puede comenzar a utilizarlo a su nivel. Con la condición de comenzar con rigor y esforzarse lo necesario, e interesarse por el mundo viviente, el calendario cósmico puede llevar al usuario, si no se ha hecho ya, a descubrir un universo todavía insospechado para muchos: el de las influencias del cielo sobre la Tierra y sobre la vida emanada.
Además de para la agricultura, el calendario cósmico puede ser útil para un gran número de campos: medicina, pedagogía, psicopedagogía, meteorología, astronomía, astrología, astrofísica... En resumen, para todos los campos de la vida relacionados con el cielo. El calendario cósmico es por tanto un utensilio básico para todo el mundo.
He aquí pues un nuevo cambio de hora. Ya no es la hora de verano ni la hora de invierno, es la hora Cósmica, de algún modo la hora del mundo viviente, la hora universal. Quién sabe si algún día, cuando preguntemos la hora, nos respondan: es Taurus-Sagittarius.
LAS INFLUENCIAS CÓSMICAS
La Cronobiología, biología de los ritmos temporales, es la ciencia que estudia la vinculación entre los procesos biológicos de los seres vivos y los ritmos y ciclos del tiempo. Las plantas a diferencia de los animales y de los seres humano, son seres vivos absolutamente abiertos al medio ambiente terrestre y cósmico, con los que se vinculan muy sensiblemente. Las plantas son extremadamente sensibles a todos los ritmos cósmicos (ritmos solares día/ noche, estaciónales, anuales, lunares, planetarios...).
El ser humano y el animal, a la inversa que las plantas, están en parte emancipadas del cosmos, y estos ritmos están más o menos interiorizados. Sin embargo no podemos sustraernos de algunos de ellos: la luna y los ciclos reproductivos de las hembras, la luna llena y los partos, los ciclos de gestación, etc. Todos los procesos de vida, quizás porque la vida misma es el ritmo, siguen estando muy vinculados.
Verificar la influencia de los ciclos del sol, la luna, etc sobre las plantas o los animales ha sido muy ampliamente corroborado por numerosos investigadores y parece que esta fuera de toda duda.
El problema, es que se desconoce todavía cual es el mecanismo, como operan estos ritmos para provocar tal o cual reacción en los seres vivos. Sin duda la luna no extrae a los bebés en luna llena, como se representaba en la Edad Media, pero ¿cual es el mecanismo que provoca más partos? aún nos es tan desconocido.
Este hecho permite a algunos negar la evidencia. Afortunadamente todos sabemos que todas las cosas que ahora conocemos hubo un momento que solamente había evidencias, y afortunadamente los investigadores, los buscadores, los inquietos...nos dieron con sus trabajos, luz a todos.
Pero como detectar la influencia de estos ritmos. En principio por la observación de los efectos producidos, por ejemplo en las plantas en ensayos sistemáticos. Estudiando muchos años la relación este el crecimiento de las plantas y las fechas de las siembras, se llega a la conclusión de constatar los mismos efectos en las mismas posiciones lunares.
COMPRENDER LOS RITMOS CÓSMICOS
El observador del ciclo constata que los astros, el Sol, la Luna se desplazan de este a oeste. Estas observaciones corresponden a una visión geocéntrica; realidad percibida que observa el Sol y la Luna que giran alrededor de la Tierra. Solo situándonos como observador exterior lejos del espacio, fuera del sistema solar es posible entonces contemplar el Sol como centro y la Tierra girando alrededor.
Si queremos descubrir el cosmos como nuestro medioambiente, en tanto que habitante de la Tierra, y comprender sus influencias en la naturaleza(plantas, animales, meteorología,...) debemos escoger el sistema geocéntrico que expresa nuestra concreta relación respecto al cosmos.
El "Reloj Cósmico" es un Calendario Cósmico que tiene en cuenta el Sol, la Luna pero también los planetas del sistema solar y sus posiciones, las estrellas y las constelaciones que forman.
Para presentar los ritmos cósmicos, comenzamos por los ritmos que determinan nuestra vida: el día, el mes, el año.
Cada día, la Tierra da una vuelta completa sobre si misma. Para nosotros habitantes del hemisferio norte, el Sol, con todas las estrellas, se desplaza hacia la derecha, cuando miramos hacia el sur. Igual para la Luna y el cielo estrellado por la noche. Visto desde la Tierra, el Sol, la Luna y todos los planetas se levantan por el este y se acuestan por el oeste.
El ritmo anual del Sol
Cada año la vegetación se despierta en primavera, se expande en verano y muere en otoño. Durante este tiempo, el Sol realiza un movimiento similar de ascenso hasta el solsticio de invierno. Se eleva progresivamente en dirección al cenit pasando por delante de las constelaciones del zodiaco desde Sagitario hasta Géminis, a continuación desciende, pasando desde Cáncer hasta Escorpio. Las plantas siguen los movimientos solares.
Aquellas que salen en primavera permanecen tímidamente hacia el sol, a menudo inclinando sus flores hacia él, tienen colores frescos y luminosos: blanco, amarillo y azul. Después, de un día a otro, los árboles y arbustos se cubren de flores que habían esperado en sus yemas protectoras el momento preciso para abrirse. En verano las plantas con distintos colores se abren resueltamente al sol, conquistan espacio creciendo al acumular sustancias. En otoño, las semilla, los frutos, las hortalizas maduran con el calor acumulado durante el verano.
Son fenómenos familiares para todos, que se renuevan todos los años. El Sol domina por encima de los otros, teniendo la mayor influencia en la vida terrestre, sin el, con su luz y calor, la naturaleza, incluido el ser humano, no existiría. Sus ritmos regalan la vida en la Tierra, engendrando la alternancia entre el día y la noche y la periodicidad de las estaciones, de los años. Para comprender mejor el ritmo solar, se puede mirar el sitio donde el Sol se levanta y se acuesta a lo largo del año. Es suficiente observar la salida y ocaso a partir de un mismo sitio tomando referencias fijas. En las regiones templadas, es sorprendente la gran separación que hay entre los puntos de salida y puesta, del solsticio de invierno al de verano.
En pleno invierno se levanta cerca del S.E y se acuesta cerca del S.O, lo que significa un cuarto de los 360º de horizonte alrededor nuestro. En pleno verano, por el contrario, se levanta en el N.E y se acuesta en N.O, pasando por el Sur, cubriendo así tres cuartas partes del horizonte. Únicamente jamás se toca el cuarto Norte del horizonte.
Si, a lo largo del año, se sigue al Sol con sus movimientos, nos sorprenderá comprar la inmensa amplitud de su arco en verano, y la escasa envergadura en invierno.. Esto es más impresionante que la mera observación del disco solar, pues no se vería entonces más que suposición puntual y no la envergadura de su trayectoria. Así podemos entender a que se debe la atracción de las plantas hacía el cosmos en verano, y lo que calma esta tendencia cuando llega el otoño; presentimos así la inmensa influencia que el Sol ejerce sobre la vida terrestre. Si se adquiere la sensibilidad necesaria para comprender lo que las plantas pueden vivir a lo largo de las estaciones, será posible tener más fácilmente las intuiciones sobre lo que conviene hacer en el huerto o los campos.
La vida de los animales también está ligada a la ascendencia y al descenso del Sol en el cielo. Se estimula en primavera y se apacigua en otoño. Incluso la vida humana es diferente según las estaciones. En invierno, cuando todo está en calma, prevalecen la reflexión y la interiorización, mientras que en verano nos atrae lo de fuera, sea por los trabajos que tenemos que hacer, como por la necesidad de descubrir nuevos horizontes. Sin embargo, los animales y los seres humanos pueden emanciparse más o menos de este ritmo, mientras que la planta es totalmente sumisa.
Ritmos mensuales de la Luna
La Luna tiene gran número de ritmos, vinculados unos en relación a otros. Consecuentemente casi no se pueden nunca tener dos situaciones exactamente idénticas de la Luna en el cielo. Veamos los principales ritmos cuya duración se aproximan a un mes.
1) Ritmo sinódico: Ritmo de la Luna creciente y menguante, dura 29´5 días. Es el periodo que separa dos fases idénticas de la Luna. Por ejemplo de Luna llena a Luna llena. Durante 15 días, la Luna crece desde la Luna nueva a Luna llena, después durante otros 15 días mengua hasta Luna nueva. Estas fases son el resultado de las posiciones relativas de la Luna y el Sol en relación a nosotros observadores terrestres.
El Sol, la Luna y nosotros forma un triangulo que se va modificando día a día. Véase el esquema adjunto. Cuando el Sol es opuesto a la Luna y nosotros estamos "en medio", el primero ilumina la cara que nosotros vemos, es la Luna llena. Cuando la Luna está entre nosotros y el Sol, la cara iluminada no es visible y tenemos la Luna nueva.
2) Ritmo sideral: Es el desplazamiento de la Luna en su orbita alrededor nuestro, en la Tierra. Este desplazamiento dura 27´3 días, y en su trayectoria pasa por delante de las doce constelaciones del Zodiaco. El ritmo sideral es el periodo que tarda desde que se encuentra delante de una constelación hasta que vuelve de nuevo a este punto delante de las estrellas. De aquí el nombre de ritmo sideral.
Este ritmo es muy importante, debido a los efectos que transmite la constelación que se encuentra detrás, en un momento determinado. Vease esquema adjunto.
El ritmo sinódico es mayor, ya que en lo s29´30 días del ritmo sideral, el Sol se desplaza 30º y "retrasa" su posición en frente de la Luna algo más de dos días.
El ritmo sinódico es mayor, ya que en los 29´30 días del ritmo sideral, el Sol se desplaza 30º y “retrasa” su posición en frente de la Luna algo más de dos días.
3) Ritmo trópico: Corresponde a la Luna ascendente y descendente; En el desplazamiento alrededor de la Tierra, la Luna describe una órbita inclinada respecto al plano u órbita aparente del Sol alrededor de la Tierra (la eclíptica). Esto nos hace ver la Luna muy próxima al horizonte o bien muy alta en el cielo, cuando la Luna está en el punto más elevado es el Lunisticio Norte, desde allí la Luna desciende hasta el más bajo que es el Lunísticio Sur, desde donde comienza a ascender. Vease esquema adjunto.
El ritmo trópico corresponde a la duración que separa dos posiciones sucesivas de la Luna en el Lunistico norte. Dura 7 segundos menos que el ritmo sideral.
4) Ritmo draconitico: corresponde al corte que la órbita lunar hace respecto de la órbita solar, con la queque forman ángulo de 5º 8´. La Luna atraviesa una vez más el plazo de la elíptica ascendiendo: se llama nodo ascendente. Y otra vez descendiendo, es el nodo descendente.
5) El ritmo Anomalístico: La Luna en su rotación mensual, no describe como órbita un circulo, sino una elipse. Encontrándose la Tierra desplazada de su centro. Cuando la Luna está más próxima se llama Perigeo y cuando la luna es más lejos Apogeo.
Ejercicio de observación:
Ejercitemos la observación de el ritmo sideral y sinódico al mismo tiempo: El ejercicio consiste en observar el Cielo al ponerse el Sol; por el Oeste en primavera y otoño, o por el Oeste-Noroeste en invierno, justo después de la Luna nueva. Se descubre un filo creciente de Luna a punto de ponerse. Al día siguiente, a la misma hora se observa de nuevo el horizonte al Oeste. La Luna ha recorrido una distancia de 13´333º hacía el Este y ha "aumentado" "crecido", pero también ha "subido". Al cabo de diez días sobrepasa el cuarto creciente y se halla a 4 días de la Luna llena y ha ascendido 70º por encima del horizonte y alcanzado su lunisticio norte. A partir de entonces todo cambia, la Luna continua creciendo cuatro días más para empezar a descender. Una vez que llega la Luna llena, solo gravita a unos 60 º por encima del horizonte.
Hemos escogido la mitad del ritmo de la Luna creciente por que resulta más fácil seguirlo durante 14 días con buen tiempo, a menudo por la noche; mientras que la mitad del ritmo de la Luna menguante tiene lugar casi siempre en pleno día.
Aquí se revela la diferencia de naturaleza y autonomía de estos dos ritmos fundamentales de la Luna, confundidos en nuestro tiempo.
Ritmos anuales del Sol y la Luna:
La Luna llena siempre se opone al Sol. Se comprenden entonces por qué al Sol de Navidad, rasando el horizonte, responde una Luna llena dominante que se impone alta sobre el horizonte. En verano, sin embargo, por San Juan, se produce lo contrario; al Sol que domina alto sobre el Cielo, responde una Luna llena próxima al horizonte. Las fiestas de Navidad y San Juan son, por lo tanto, fiestas polares. En primavera y en otoño las cosas son diferentes. El Sol y la Luna llena se muestran a la misma altura sobre el horizonte. Pascua y San Miguel son fiestas de equilibrio.
Existe, sin embargo, una diferencia. Por Pascua el Sol asciende, dominando una Luna que desciende. De ahí el símbolo de origen judío de Pascua(Pasha: pasar más allá) transformado en fiesta cristiana. La lunación que sigue al la primavera, vivificada por el Sol, adquiere una fuerza extraordinaria. No hay que perderla de vista. La vitalidad lunar fulgurante suscita su compañera polar, la Luna que enrojece la helada primavera.
En otoño sucede lo contrario; la Luna sube y el Sol baja. El símbolo se invierte. Se trata del día de San Miguel, en el actúan todas las fuerzas del despertar lunar. Este dato celeste, tan influyente en nuestro siquismo, es tan importante para la programación de las actividades mentales como para la agricultura.
Existen 12 Lunas llenas a lo largo del año, como existen 12 calidades solares: la Luna llena de Navidad es la más típica en su género, mientras que la Luna llena de San Juan es la menos enérgica.
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