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Reseñas, información para Camon

Camon
Dirección: Plaza de la Moncloa, 1 Acceso por la Calle de la Princesa , Madrid 28008, ES
Teléfono: 915 43 70 36
Ciudad: Madrid
Ruta: Plaza de la Moncloa, 1
Número de calle: Acceso por la Calle de la Princesa
Código postal: 28008


Horas laborales

lunes: 10:00-13:30
lunes: 17:00-20:00
martes: 10:00-13:30
martes: 17:00-20:00
miércoles: 10:00-13:30
miércoles: 17:00-20:00
jueves: 10:00-13:30

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Reseñas
No tenía pensado escribir ninguna reseña, pero tras ver como la dueña esta creando perfiles falsos para mejorar la puntación de su residencia ya que, al menos este curso acaemico, no hubo ninguna María Rojas, Marta Sepúlveda, Mariana Costan, Arantza Goicoechea o demás perfiles que puntuan con 5 estellas esta residencia no me queda otra. Le pongo una estrella por que no es posible ponerle 0. Empezando por las instalaciones, mi habitación estaba en el piso de abajo, al cual se bajaba por unas escaleras de caracol que no medían ni medio metro de ancho, y aunque en el piso de abajo hubiera otra puerta la dueña se negaba a darnos las llaves. La mitad de las habitaciones no se han reformado desde que se abrió la residencia, hace mas de 30 años. Si las cosas de la habitación se rompen pasa a ser nuestra culpa sin pensar que pasado un cierto tiempo hay que renovar el mobiliario, si no, se estropea. Personalmente tuve suerte con el colchón ya que era de los pocos de la residencia con el que no se te clavaban todos los muelles, y a pesar de las quejas, la dueña solo cambio unos pocos. Podríamos continuar con la descripción errónea de la residencia, "residencia universitaria femenina", es correcto cuando se refiere a las residentes, ya que apenas pueden entrar ni amigas de clase, pero en cuanto a la dueña, en una ocasión se hospedo una amiga suya de aproximadamente unos 70 años, en otra ocasión metió a su hermano, de apoximadamente 80 años, que roncaba y tosía toda la noche y se paseaba por la residencia como una mas de nosotras al cual le dio mi colchón durante una semana, dejándome a mí con el que estaba en su habitación, como he dicho antes, lleno de muelles, y finalmente dia si y dia no viene a comer su sobrino, y después los dos se echan la siesta en el sofá comunitario, cosa que tiene como costumbre la dueña ya que cada tarde se la pasa dormida en el salón, impidiéndonos a nosotras poder ver la televisión o estar todas juntas en la zona común. Todas las residentes hemos salido con un par de kilos de más debido al exceso de grasas y fritos en las comidas, en el desayuno no hay mas que bollos y galletas, y en cuanto le pedí si podía poner embutidos o algo de tomate o fruta su respuesta fue "el desayuno siempre ha sido así y no lo voy a cambiar ahora", así que muchas residentes a parte de pagar la mensualidad, que no es poca, nos comprábamos nuestro desayuno. Podría mencionar muchas cosas más, pero finalmente voy a comentar la peor, que es el trato de las trabajadoras a las residentes. En cuanto a la cocinera, sobrepasa los límites de la mala educación, ya no es que no dijera buenos días, si no que si te tenia que hablar por poco no te insultaba cosa que también hacían delante de otras residentes, o entre las trabajadoras cuando se pensaban que no escuchabamos, todo lo hacia a desgana, si comias mas tarde de las 3, tenias que dejarlo apuntado, y varias veces tiro mi papel y le decía a la dueña que yo no había apuntado nada, te metia prisa para comer, empezaba a retirar cuando aun faltaban 20 minutos para acabar, etc. Y en cuanto a la limpiadora, también fue desagradable con muchas residentes, y en cuanto a limpia: el polvo del primer dia, seguía ahí cuando nos fuimos. Y por ultimo la dueña, no hace falta nada mas que ver como llevo la residencia, se le informó de cada aspecto que no nos gustó, pero ella no hizo nada más que echarnos la culpa a nosotras, y queda bien retratada con el hecho de falsificar los comentarios. De 23 plazas que tiene la residencia este año habran pasado por ahí el doble de residentes que acababan yéndose, yo personalmente, la única razón que tuve para quedarme fueron las amigas que hice dentro.
He atendido a la Residencia Camon durante el curso de 2018/2019. Sinceramente ha sido un año turbulento. Empezaré por lo bueno: Las residentes tienen completa libertad. Podíamos salir de la residencia en cualquier momento y volver a cualquier hora, sin ningún tipo de control. El problema es que, lo malo de la residencia no hace balance con lo bueno, porque supongo que cada sitio tendrá sus más y sus menos, pero en esta residencia destaca demasiado lo malo. En la residencia el trato es nefasto, denigrante y una falta de educación impresionante. La cocinera y la señora que limpia, claramente, no tienen ganas de trabajar y hacen lo mínimo posible. La comida se supone que es de 14:00-15:00, pero no aceptaban ni que te sentaras a comer a las 14:45, ni que te quedaras en la mesa un rato charlando con tus compañeras, porque ahí ya estaba todo recogido. Las toallas se cambian una vez por semana. Las sábanas con suerte cada dos semanas. La dueña se preocupa entre poco y nada por su negocio y por el bien estar de sus clientes. Al principio de curso hubieron varios robos, se robó incluso un iPhone 6, el cual nunca se volvió a encontrar. Las primeras semanas la comida estaba en buenas condiciones. Los platos te los recogen y te sirven la comida en la mesa. Al cabo de un tiempo la comida empezó a a perder lo bueno, exceso de carne, de comida con grasa y de pescado, además de también la falta de educación cuando retiraban tu plato y los malos tratos. Solo os digo que es el año que más he pedido comida de fuera. La zona común estaba mayormente ocupada por la dueña y su sobrino, al que se lleva varios días a comer, si no todos. Por las noches a las 00:00 teníamos que estar todas en nuestras habitaciones. Yo me hice muy amiga de unas cuantas chicas de la residencia, lo cual nos llevaba a hacer muchas cosas juntas, eso parecía molestarles. Entonces mientras una de las residentes fumaba Marihuana Cannabis en su habitación y apestaba toda la residencia, a nosotras nos tocaban todas las broncas, fueran las que fueran. Los domingos no solo te tenías que comprar tú tu comida, si no también tus cubiertos, platos, etc. La cocina estaba completamente prohibida pisarla a no ser que entrabas a pedir una bandeja de comida para después de las 15:00 y te exponías a un cuestionario sobre el porque. Para que os ubiquéis, la residencia son 2 pisos que la dueña ha juntado. Si en alguna ocasión se te olvidaban las llaves tampoco podías llamar al timbre. Los baños se limpian cuando se limpian con litros y litros de lejía. Las habitaciones se limpian entre poquísimo y nada. En conclusión os quiero decir que si estáis desesperados por encontrar algún sitio, como yo estaba, mirar a todos menos este. Es un sitio, como dicho, nefasto, donde te replanteas el término educación, convivencia y realmente te hacen sentir mal.
Una residencia económica y bastante céntrica. El trato de la directora y del personal es bastante agradable. La comida increíble, mucha variedad. Lo único malo es el internet, el wifi se cae constantemente y por más que se intentase arreglar no se arregla. En conclusión, ha sido un año agradable y gracias a estar en esta residencia he conocido a unas chicas estupendas.
Una residencia estupenda, de trato familiar y cercano. Una ubicación perfecta con conexiones cercanas a cualquier sitio. Alimentación variada y comida casera. Mis dos hijas, en distintos periodos, han realizado su estancia en esta residencia durante su fase universitaria. Totalmente recomendable,
Mis dos hijas han pasado su primer año de estancia en Madrid en la residencia con un trato excepcional por parte de la directora y el personal. La comida casera, lo cerca q està de la universidad y el precio tan competitivo hacen de este lugar que sea muy recomendable.
Las instalaciones son antiguas, la comida no es siempre casera, la toalla te la cambian una vez a la semana, y muchas veces por otra sucia, además te dan toallas de mano teóricamente para el cuerpo, lo que te obliga a comprarte un juego de toallas. Como seas alérgico y/o intolerante a algún alimento, más te vale comprarte tu propia comida ya que no se ajustan a tu régimen alimentario. La bolsa de basura no te la cambian, simplemente quitan lo que hay dentro. aunque lo peor es el trato pésimo por parte del personal a las residentes, críticas por la espalda a oídos del resto de residentes, malas miradas, desde el primer día te hacen sentir que no es tu casa y que estás molestando hasta por respirar, se nota que sólo eres un número más en la cuenta bancaria. Les molesta que las residentes socialicen y hagan algo tan sencillo como quedarse a ver la tv en el salón después de cenar, sólo te tratan normal si te limitas a estar callada y quedarte en tu habitación. Sólo estuve 3 meses y fue una experiencia bastante desagradable por lo dicho antes, el trato de vergüenza que se recibe, se meten en tu vida, en tus estudios, todo para después poder echarte cosas en cara y criticarte entre ellas. Al personal le recomendaría plantearse que si no le gustan los estudiantes, no trabajen en una residencia universitaria, dado que no pago una cantidad que no es barata precisamente, para que me traten como si estuviera estorbando sólo por hacer amigas. No le recomiendo venir aquí ni al enemigo.
Estuve en esta residencia hace unos años y ahora que mi prima también se ha venido a Madrid quería contar mi experiencia en esta residencia para poder ayudar a otras personas en la misma situación. Si busca por el precio, está bien para la zona y comparado con otras residencias cercanas. Sin embargo, yo no me sentí contenta con el trato que recibí. Es muy pequeña, no llegábamos a 30 estudiantes. - Los domingos no hay comida ni cena. Me dijo la señora cuando fui a ver la residencia que tenían un microondas para los domingos para calentar la comida. No la hay - La comida es muy grasienta, con mucha carne y fritos - En los bajos del edificio hay fiesta todos los fines de semana y es casi imposible dormir bien del ruido - En el año que estuve yo había problemas de cucarachas aunque se fuminó todo.... - Si alguna vez no avisabas que no ibas a comer las dos personas que trabajan se enfadaban y eso que estas pagando y si algo faltaba o no fuera como ellas querían te echaban las culpas - El internet iba fatal y por mucho que viniera el tecnico no se solucionaba nunca En conclusión, lo único que se salvó fueron las amistades que hice. Si buscas algo económico este puede ser tu residencia aunque yo si pudiera volver atrás, hubiera cogido otra pagando un poco más. Aunque si tampoco estás mucho tiempo y eres conformista, puede que no esté tan mal.
Mi hija ha pasado los últimos dos años en esta residencia y ha sido una experiencia enriquecedora y totalmente recomendable. La comida es casera todos los días se hacen comidas y cenas equilibradas de las pocas residencias que no subcontratan el catering, el trato es familiar y se preocupan de las estudiantes casi como si fueran de la familia y eso hoy en día da mucha tranquilidad a los padres. La localización es muy buena, cerca de la universidad, y desde luego el que no esté masificada hace que sea muy acogedora. Yo la recomiendo sobre todo en los primeros años de universidad no es un choque tan grande cuando salen de casa para ir a Madrid, creo que ha hecho buenas amigas en este tiempo. Precio muy competitivo. Suele llenarse rápido antes de agosto es mejor reservar
Encantada con los servicios de Residencias CAMON Yo estoy encantada con lo que ha sido mi estadía en Residencias CAMON. Me han tratado como en casa, he comido sano y equilibrado. La verdad es que para el precio que tiene es genial. La recomiendo con los ojos cerrados. El Internet va muy bien para los que somos de fuera y queremos estar siempre conectados con nuestras familias. La señora que lo lleva es encantadora, además de los empleados y ahora es casi de mi familia. Así que si buscas un sitio que sea acogedor, con buena conexión y ambiente familiar a un buen precio te recomiendo que lo vayas a visitar ;-
Hola, he estado este año 2016-2017 en esta residencia. No la recomiendo para nada, por los motivos que describiré a continuación. Para empezar, la dueña no pone solución a los posibles problemas que se puedan generar en la residencia, me parece una persona incompetente e incapaz de afrontar la mayoría de situaciones adversas. Este año ha habido varios hurtos por parte de una de las residentes, y la dueña no solo no tomó ningún tipo de medida, sino que evadió el tema, evadió los problemas. Indignante. La zona común televisión está principalmente ocupada por la dueña, hecho que cohíbe a las demás si les apetece hacer uso de dicha sala. La lavadora y la secadora hay que pagarlas, la primera lava mal, debería cambiarla y no lo hace. Ante todo el ahorro. Los domingos no hay comida, y no hay ni cubiertos ni platos ni nada a disposición de las residentes. El trato recibido no es el que debería ser, a veces impertinente, a veces demasiado confianzudo y molesto. Ha sido una mala experiencia estar en esta residecia, no había día en que no saliera de mi asombro. Decepción es una de las palabras que describen mi opinión tras estar en este lugar del que desgraciadamente no pude irme desde que ví cómo era la situación. Jamás pensé que las cosas que han pasado este curso en esta residencia pudieran pasar y que no se tomara ni una medida. Las tuberías están oxidadas y la mayor parte del curso el agua de los grifos de algunos baños salía amarillenta. Los horarios de las cenas son muy estrictos, y tienes que avisar si no comes o cenas, pues si no te echan la bronca. El wifi va fatal, siempre viene el técnico y nunca se arregla del todo. Leí de hecho un comentario de una chica que había estado hace años y opinaba muchas de las cosas que estoy compartiendo. También al principio hubo problemas de cucharachas, aunque se solventó tras fumigar tres veces. Si tienes alguna queja o proposicion para mejorar algún aspecto de la residencia no esperes ser escuchado. Al principio y durante la mayor parte de curso se podían dejar bandejas por las noches, por si un día no llegabas a cenar, hasta que un día decidió la dueña dejar de ponerlas. Sus argumentos, banales y sin peso, quitan las ganas a uno de intentar reclamar racionalidad en personas que se ve que jamás la tuvieron. Saludos.
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