Reseñas
Lugar muy cuidado, con terraza exterior y precioso interior con dos ambientes diferentes. Fuimos el domingo a mediodía, primero tomamos algo fuera y después de ver la ciudad volvimos a comer. Había muy buen ambiente. Recomendaciones: probar la cerveza mallorquina Rosa Blanca 2'30€ y comer lechona 19€. De diez. Excelente calidad precio.
Ubicado dentro del casco antiguo y en una plaza tranquila y muy acogedora, se encuentra este restaurante que realmente es una gozada. El personal es espectacular y creo que la definición se queda corta, son más majos que las pesetas. Desde la llegada al restaurante han tenido un trato muy cercano y nos han asesorado en todo momento en todo aquello que hemos necesitado, hasta nos han recomendado unos cuantos pubs de copas a los que poder ir después! La cena muy rica; pan con alioli, patatas bravas, chipirones fritos, pluma ibérica, de postre una tarta de queso buenísima, un par de cervezas, una copa de vino y caminando que es gerundio. Calidad y cantidad. El precio acorde a lo que comes y al entorno en el que se encuentra. Lo recomiendo sin ninguna duda.
Excelente trato desde el momento en que hicimos la reserva. Es un placer sentirte tan bien atendido. Comimos en la fantástica terraza probando platos típicos mallorquines y fue una comida genial. Muy recomendable. Gracias por ese gran momento en nuestras vacaciones.
Un sitio fantástico, platos locales, buena relación calidad-precio y una magnífica atención. Nos aconsejaron muy bien a la hora de pedir y nos resolvieron un pequeño problema que no tenía nada que ver con el restaurante.
Buena comida y a buen precio. Servicio amable. Nos invitaron a unos chupitos después de cenar.
En el centro del casco histórico está muy bien, muy concurrido mejor reservar porque había mucha gente nosotros tuvimos que esperar un poco, comimos el tumbet muy bueno la coca de lechón y el pulpo estilo mallorquín y la verdad es que nos gustó precio muy bien fuimos con niños Admisión de niños: Bien los niños tienen algo de espacio
En primer lugar, una vivienda muy bonita y una decoracion con muy buen gusto. La comida de 10. Y el personal muy atento y amable
Llegamos al sitio a las 21:45 h preguntando si era posible cenar en un rato. Nos dicen que sí, que no reservan, pero que no hay problema. Al llegar a las 22:00 h el encargado sienta a una pareja que estaba delante de nosotros y, cuando le decimos que queremos cenar, nos dice que no, que imposible, a pesar de haber tres mesas libres en la terraza. Perplejos ante la grosería del encargado y lo inexplicable de su rechazo.
100% recomendado, la comida super buena, el servicio genial, el ambiente super tranquilo y el detalle de traernos otro plato de patatas bravas por qué nos habían servido algunas quemadas, sin pedirlo ni quejarnos ha sido de agradecer. Volveremos sin duda.Comida: 5/5
Con un clima perfecto a principios de Noviembre, decidimos visitar este precioso pueblo montados en nuestra bici. Recorriendo sus estrechas y decoradas calles paramos en esta tranquila plaza a descansar y hacer unas fotos cuando el movimiento y las agradables risas que provenían del interior nos hicieron descubrir lo que sería un cúmulo de gratas satisfaciones este día. Espectacular interior, terraza tranquila y trato exquisito, este sería mi resumen de la experiencia si no fuera porque dejaría fuera la maravillosa comida que nos sirvieron, sabor delicioso con una presentación y cantidad buenísima, cualidades que normalmente no van de la mano junto a un precio normal. Si tuviera que decir algo malo sería que en la terraza pasadas las 3 si el clima no acompaña puede hacer frío... Lo normal. Os dejo lo que pedimos mi mujer y yo, no hemos probado el resto de la carta pero si elegís estos no fallaréis. Tumbet de verduras, arroz brut, sardinas y de postre tarta cardenal y de chocolate vale más una imagen que mil palabras ¡Ahí os las dejo! Sin duda repetiremos.