Reseñas
NI LA SOMBRA DE QUE LO ERA Comida: empanadillas congeladas, 4 croquetas congeladas 8€, paella de pollo y conejo que en lugar de conejo le habían echado cordero…nada que añadir 19,50€ por persona. Ambiente: solo turistas, ya te da una pista. Atención: el personal es muy agradable y atento. SE HECHA DE MENOS: las buenas paellas que hubo aquí.
Lugar excelente para paellas, trato agradable, buen servicio y buena calidad. Hay menús de grupo. Postres caseros y muy buenos. He ido varias veces y nunca defrauda. Han subido los precios un 20%.Comida: 4/5
SIN PENA NI GLORIA empiezo esta reseña con esta frase que es un poco la sensación con la que salí ayer de este restaurante con las ganas que tenia de probarlo. La ubicación es inmejorable en pleno paseo del Pintor Rosales dando al parque, al entrar nos encontramos con una placa de inauguración de Julio de 1974 que sin duda, le otorga una solera muy especial al local, pero a medida que empezamos a subir las escaleras y avanzamos hacia el salón esa solera se transforma en una falta de mantenimiento de reforma y de actualización por El Paso del tiempo. Pronto nos damos cuenta de que mantiene todos los elementos de lo que debió ser aquel restaurante de lujo de 1974. Una pecera para mariscos sucia y vacía, flores de plástico maderas envejecidas, baños muy viejos y un salón muy pasado de moda es lo que nos vamos a encontrar. Una vez sentados nos ofrecen sus cartas y un aperitivo de aceitunas y empanadillas congeladas. La comida tampoco supera nuestras expectativas, una milhojas de morcilla con verduras sin verduras y sin milhojas y un arroz a banda sin socarrat y muy Justo de sabor, poco sofrito y mismo fumet para todos los arroces El precio es el habitual en un restaurante de arroces, 85€ dos personas con un entrante un vino blanco de la casa y un arroz a banda para dos. Una pena que un restaurante que debió ser la referencia en madrid para comerse un buen arroz haya perdido toda su esencia. Lo mejor el servicio y equipo de sala, atento y profesional.
Lindissimo restaurante de comida tipica valenciana ubicada en el barrio madrileno de Arguelles adonde fuimos a comer con mi famillia y una pareja de amigos en una mesa bien preparada con mantel y servilletas de tela. Comimos paella valenciana paella marinera y un lenguado todo rico abundante. Nos ofrecieron al final licores y dilces personal muy amable acogedor competente corduila servizio muy bueno y tuviimos que esperar media hora por las paellaw cocinadas en el momento y precios justos.
El mejor arroz caldoso con bogavante que he probado en mi vida! Maridado con un albariño gallego recomendación de la casa que quitaba el sentio. La terracita, la tienen desde hace poco, son pocas mesas y es agradable. Buena atención de los camareros. De postre el más rico fue la naranja preparada Eso sí, crítica constructiva para los gerentes del restaurante: adecenten los baños, que da un poco de vergüenza que un restaurante de esta categoría tenga unos baños así
Un ligar que aunque es costoso tiene unos arroces bastante buenos. Probamos la paella marinera y rabo de toro. Las porciones son bastante generosas por lo que recomiendo que haya mesura al pedir entradas. Los meseros muy muy amables.Platos recomendadosSeafood Paella & Paella Valenciana, Empanadillas y Croquetas
Pedimos una paella de mariscos para cuatro y estábamos de acuerdo que fue la mejor que habíamos comido nunca. Chipirones en salsa espectaculares. Presentación, atención, servicio y limpieza pondríamos de nota un 10. Volveremos segurisimo y recomiendo 100% Admisión de niños: Los camareros son muy atentos y cariñosos con los niños demasiada paciencia se agradece la profesionalidad
Si te gustan los arroces vas a disfrutar de Casa Valencia, porque tienen unas paellas espectaculares por la zona del templo de debod. Hemos probado la paella valenciana y la de marisco y fueron todo un acierto!!! Y siempre te puedes dar un paseo después por el paque del oeste o la rosaleda
Maravillosa paella en ambiente clásico, muy buen servicio. Lastima que las fotos las tome después de comer. Pedimos arroz marinero y venía con muchas frutas de mar.
No defrauda. La comida siempre correcta. El servicio impecable. El vino dulce con fruta escarchada de invitación al final muy apropiado. Quizá necesite una reforma el local que luce una decoración de hace ya años. Se echa de menos una mejora en ese sentido Los precios acordes con la decoración. Por lo demás todo correcto. volveré siempre que pueda.