Reseñas
Una iglesia céntrica de nuestro patrón, por lo que más emblemática y recomendable no puede ser. Muy bonita por dentro pese a una fachada tan sobria, y grande, aunque tampoco lo parezca
Muy bonita, es majestuosa. Hubo unos años que era la catedral de Madrid y la verdad yo la prefiero a la Almudena, mucho más moderna que está. Además , hubo un montón de cuadros, altares, figuras ... incluso la propia virgen de la Almudena que se la llevaron alli
La Colegiata de San Isidro es la antigua catedral de Madrid, por lo tanto un templo bellísimo con todas sus capillas dedicadas a Nuestro Señor y a la Virgen así como a algunos Santos. Las misas de Reparación al Inmaculado Corazón de María de primer sábado de mes oficiada por los Heraldos del Evangelio son preciosas.
Lugar de oración y reflexión ante los restos de S. Isidro y Santa Maria de la Cabeza. Este año ha sido declarado por el Papa, AÑO SANTO, con motivo de la celebración de los 400 años de la beatificación del Santo
Sitio muy bonito y interesante ver arquitectura de dentro iglesias estos días hasta domingo ver tumba de santo
Esta fue la primera Catedral de Madrid hasta la inauguración de la Almudena en 1993. Desde la creación de Madrid como capital de España por Felipe II, y durante más de 300 años los arzobispos de Toledo se negaban a permitir una partición de su extensa diócesis para permitir la asignación de una sede episcopal en Madrid. No sería hasta el reinado de Alfonso XII cuando el papa León XIII aprobó la creación de la diócesis madrileña. Hacía falta entonces una Catedral, empezaron las obras de la Almudena, y hasta su inauguración se estableció la sede episcopal en esta magnífica iglesia. Mantuvo pues esta dignidad catedralicia más de un siglo 1885-1993. Hoy, con el estatus de Colegiata, tiene el honor de albergar los restos de S.Isidro, y de su esposa Sta María de la Cabeza en el altar mayor. Ambos visitables siguiendo un recorrido muy bien señalizado. Es muy interesante también bajar a la cripta, donde se puede ver el lugar en el que se escondieron dichos restos, bien tapiados, para ocultarlos de las bandas de republicanos que en 1936 los buscaron con ahinco para destruirlos. Excavaron suelo y algunas paredes, sin hallarlos, y enrabietados acabaron pegando fuego a la urna original que los contenía, consecuentemente al Retablo original del Altar Mayor, y de paso a la Iglesia entera, quedando esta destrozada. Hoy podemos agradecer a nuestro patrón S. Isidro el haber obrado un milagro más, y seguir descansando en paz aquí para poder seguir siendo parte viva de nuestra historia.
Estuvimos en un concierto de la Unidad de Musica del Cuartel General del Ejército,con dos saeteras y traslado posterior de la Virgen Macarena, que fue todo único. Hay que recuperar actos asi, que forman parte de una tradición muy arraigada que no podemos dejar que desaparezca.
Capilla museo en donde están los restos de San Isidro Labrador. Los restos están impresionantemente al alcance de la mano, sin protecciones especiales o bóvedas de conservación.
Una de las iglesias más importantes y bellas de Madrid, allí se encuentra el cuerpo de San Isidro. Extraordinarias imágenes que vale la pena visitar.
El templo se debe a un diseño del año 1620, obra del arquitecto Pedro Sánchez. Las obras, que comenzaron dos años después, fueron dirigidas por este maestro hasta 1633 y continuadas posteriormente por Francisco Bautista y Melchor de Bueras, quienes finalizaron la construcción en 1664. La iglesia sustituyó a la parroquia de san Pedro y san Pablo, del siglo xvi, que fue demolida, junto al primitivo Colegio Imperial, siguiendo las instrucciones dejadas en su testamento por María de Austria 1528-1603, hija del emperador y rey de España Carlos I. La Emperatriz legó su fortuna a la Compañía de Jesús con el propósito de que se construyera un edificio de nueva planta sobre el solar de la iglesia derribada. El templo fue consagrado el 23 de septiembre de 1651, trece años antes de su conclusión, quedando adscrito a la citada orden religiosa e inicialmente dedicado a san Francisco Javier. En 1767, con la expulsión de los jesuitas, se transformó en colegiata. Dos años después, por orden del rey Carlos III quedó bajo la advocación de san Isidro, coincidiendo con el traslado del cuerpo incorrupto del santo desde la iglesia de san Andrés. También fueron trasladadas desde el Oratorio de la Casa de la Villa las reliquias de su esposa, santa María de la Cabeza. Ambos sagrados restos están custodiados por la Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid.