Reseñas
El local está muy bien decorado y acogedor, igual que el personal, muy atento, amable y con una voz cálida. La comida está muy buena, para los precios, la cantidad es algo escasa y una carta que para algunos puede ser pequeña, pero no dudes en venir porque los sabores te sorprenderán y saldrás encantado. Un defecto es el baño, es un mundo aparte al restaurante, tiene un montón de frases motivadoras y bonitas que eso está genial, pero el patio que hay y los baños... Dejan muchísimo que desear, están como incompletos. Aún así, sin duda, iremos cada vez que visitemos Valencia.
No esta mal, la decoración bien igual que la limpieza y la amabilidad de las chicas. Reservar mesa es importante tienen el local y la terraza llena. La cena estuvo bien de presentación sabor y calidad con un precio normal y los postres muy bien.
Lugar acogedor, personal muy correcto , platos muy buenos , podríamos decir que para algunos la carta será escasa y para otros es suficiente , pero tienes que ir pensando tomar tapas tradicionales preparadas de un modo peculiar y muy rico . Me gusto bastante y el lugar es curioso. No nos pidieron certificado COVID pero la distancia entre mesas es correcto .
La carta contiene pocos platos, eso probablemente los hags especialistas en esos. Nosotros pedimos alcachofas y secreto ibérico. El sabor era muy bueno, lo único es que para mi gusto, el secreto estaba hecho y, sería mejor muy poco hecho. Por lo demás, recomendable. Tienen cerveza artesanal Zeta.Comida: 5/5
Cenamos 5 personas y tomamos varios entrantes. El wantun de brascada lo mejor que probamos. Las bravas llevan un sabor ahumado que deberían avisar. La berenjena a la llama si que avisan que es ahumada , pero es excesivo el sabor que lleva , parece estar comiendo ceniza. El steak tartar lo tenían fuera de carta y esta excelente. El chuleton es pequeño , para compartir esta bien. Postre sin más. En general algo caro para lo ofrecido.
Experiencia relajada en la que disfrutamos de unos salazones para abrir boca, unas saborosas bravas, una berenjena ahumada con su feta y cacahuetes, jugosa y profunda, un pulpo frito equilibrado en textura y rico en concentración sápida. El postre consistió en una tarta de queso con helado de té matcha que quita el sentío. Y finalmente Noemi preparó un cremaet que fue la guinda que culminó la velada. Para acompañar optamos, a la aventura, por el blanco Les Freses, de Jesús Pobre Denia,de la mano de la enóloga Mara Bañó, sutil y elegante expresión de la moscatel de Alejandría. Gracias a todo el personal de sala por su acogida y buen hacer.
Lugar inesperadamente bueno. Bar de la zona que teníamos pendiente de ir y que por fin nos hemos animado y que alegría! Estaba todo buenísimo. Recomendable especialmente la croqueta de pollo y la berenjena aunq para mi gusto le faltaba queso. En cualquier caso todo buenísimo. El personal muy amable y atento en todo momento. Volveremos.
Muy buenos bocadillos en un ambiente agradable. Simula una librería bohemia en el interior. Perfecto para almuerzos con amigosComida: 4/5
La atención de la camarera muy buena, pero fuimos pensando que habria una carta más extensa y nos quedamos con las ganas. Pedimos de picar y los platos tenian cantidad justa para el precio que tenian. No nos gustaron las bravas ya que la salsa no era muy sabrosa. Del postre de tarta de queso no tengo foto pero estaba bastante bueno.
Como siempre espectacular la cena. La comida un 10 y el servicio tampoco se queda atrás. Cena para 4 adultos de “tapeo” con final imbatible. Pedimos humus, croquetas de pollo a la brasa, wan tun de Almussafes, berenjena a la llama, bravas y entrecot trinchado. Para acabar tarta de queso y rocas de chocolate. Les falta un menú del día.