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EL CALL DE MONTBLANC

  1. Montblanch
  2. Montblanch Restaurante Catalán
  3. Montblanch Restaurante De Carnes

Reseñas, información para EL CALL DE MONTBLANC

EL CALL DE MONTBLANC

Sobre Nosotros

En un palauet del s.XV, i en l'entorn privilegiat de la vila ducal de Montblanc, tindreu la possibilitat de gaudir d'una cuina casolana de qualitat.



"El Call de Montblanc és restaurant de cuina tradicional catalana situat en un palauet del segle XIV en ple Call Jueu de la Vila Medieval de Montblanc // El Call de Montblanc es un restaurante de cocina tradicional catalana situado en un palacete del siglo XIV en El Barrio Judío de la Villa Medieval de Montblanc."
Dirección: C. de Sant Josep, 15, 43400 Montblanch
Teléfono: 977 86 01 20
moc.cnalbtnomedllacle@ofni
Ciudad: Montblanch
Ruta: C. de Sant Josep, 15
Código postal: 43400


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Reseñas
Muy buena relación calidad/cantidad/precio. Menú fin de semana por menos de 20€ muy completo y bueno. También hay menú infantil por 10€ con bastante cantidad mis hijos no lo han podido acabar. Yo no puedo tomar gluten y he comido perfectamente. Está en una plaza no muy transitada y se estaba muy bien. Muy agradable. El sitio muy bonito. El trato amable. Además hemos hecho mucho rato de sobremesa y no ha habido ningún problema. Lo recomiendo.
Restaurante limpio, con mesas en terraza e interiores a diferentes niveles debe conservar gran parte de la estructura original del edificio. Trato muy agradable y correcto, buena relación calidad-precio. Recomiendo llamar para reservar puesto que Montblanc tiene 4-5 restaurantes bien localizados y de calidad y suelen llenarse en épocas concretas. El menú por 12€ incluye agua o vino, primero, segundo y postre, aunque algunos platos pueden llevar suplemento indicado en el menú. Concretamente, el pollo tenía un toque casero fantástico, el cordero estaba bueno pero nada fuera de lo esperado, los postres, a destacar, eran caseros
Tengo la imperiosa necesidad de decirlo de entrada: Las albóndigas con sepia son espectaculares y su "picada" perfecta. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de esto plato tan bien cocinado. Para seguir, doy las gracias a Carme y Miguel por su atención y buen hacer al frente de este restaurante. Los platos son muy correctos y en perfecto equilibrio de calidad-precio, el servicio es esmerado, muy atentos en el trato, servicio rápido sin muchas esperas. La carta de vinos es sin pretensiones pero con una buena selección de vinos de la tierra. Sin lugar a dudas hay que destacar el local y edificio, es historia y arte en si mismo, un antiguo palacete medieval del siglo XIV, restaurado con respeto y convertido en restaurante. Definitivamente un restaurante totalmente recomendado para todos los que visiten Montblacn.
Restaurante ubicado dentro de las murallas de Montblanc En un antiguo palacete judio del sXIV , restaurado, conserva gran parte de su estructura original Y se puede ver algún tapiz etc... Dispone de soleada terraza y dos plantas interiores Mesas cómodas, amplias y la zona es luminosa Limpio y acogedor Maria Carmen y Miguel lo regentan ofreciendo una carta y menú con platos elaborados, cocina sabrosa y de siempre, con gran calidad de productos El precio es correcto y no ofrecen esperas una vez situado en mesa Lavabos limpios Nos sorprendió gratamente descubrir que las salsas, guisos etc... son como los que harías en casa o como vulgarmente se dice: “comida de la abuela” de auténtica cocina: sabrosa y para disfrutar !! Y rebañar el plato con un trozo de pan aunque algunos lo consideren una falta de educación, yo sigo pensando que es un signo de haber disfrutado del placer de un buen plato En cuanto a vinos, coincidimos en gusto: Clos de Montblanc Postres caseros y en consonancia con el resto de platos: sabrosos. Pan tierno y crujiente Muy recomendable si pasas por Montblanc Pd: Recomiendo hacer reserva y pedir mesa cerca ventanales segunda planta. Hay menú
Restaurante en lugar histórico. Fuimos en Agosto. Mucho calor en terraza a pesar del ventilador que había. Tal vez en otra época del año hubiéramos estado más agusto... Se agradecerían dos ventiladores para un mejor comfort de los clientes. Comimos menú y pedimos una sangría de vino tinto, por cierto muy buena. Menú calidad precio muy justito, nada a destacar, tal vez no hicimos buena elección con los platos. Pavo en salsa no estaba mal, la salsa buena. Costilla regular. La ensaladilla rusa estaba caliente. Veníamos con la idea de comer caracoles pero parece que entre semana solo ofrecen menú. El servicio rápido y amable.
Fuimos por casualidad y nos gustó tanto todo lo que comimos como el trato de los trabajadores que volvimos 3 semanas más tarde y vuelvo a confirmar que me encanta. Consejo, reservad antes que suele estar bastante lleno.
Repetiremos sin duda, producto fresco y de proximidad , se nota que los calçots son frescos de la huerta del Pagés de zona, muy buena la salsa casera también , el servicio fue rápido, el menú calçotada de 35€ el segundo muy contundente, tienes que venir con hambre para terminarlo, Miguel te hace sentir como en casa
El menú festivo me pareció escaso para el precio que tenía,y los entrantes muy poco elaborados. Pero comimos bien!dos entrantes y menú niño
Comida y servicio excelente. Raciones abundantes a un precio razonable. Repetiremos seguro
El emplazamiento es muy bueno, la plaza es amplia y muy tranquila. Un gran sitio donde tener el restaurante y poder disfrutar de la gastronomía. Lástima que el servicio y los platos no sean acordes. *Comida*: El precio del menú entre semana está bien 12,90€ incluyendo primero, segundo, postre, agua/vino y pan, pero no lo vale. Los macarrones a la marinera eran macarrones blancos sobrecocinados hechos desde primera hora de la mañana a los que les añadieron encima la salsa, sin integrar; salsa que se puede hacer perfectamente con una mezcla congelada en casa. El conejo estaba seco y la guarnición de verduras era cebolla con algún pimiento. Eso sí la macedonia de frutas y la crep con confitura estaban ricas. *Servicio*: el camarero que nos atendió no mostró ningún interés en los clientes, nada servicial y exhalaba estrés y malhumor. Una pena.
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