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Reseñas, información para El Invernadero

El Invernadero

Sobre Nosotros

Restaurante gastronómico situado en el Hotel La Torre Box Art en Collado Mediano
Menú degustación centrado en los vegetales, cocina de Rodrigo de la Calle

Dirección: Paseo de los Rosales, 48, 28450 Collado Mediano, Madrid, Spain
Teléfono: 672568729
Ciudad: Collado Mediano
Ruta: Paseo de los Rosales, 48
Código postal: 28450



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Reseñas
He de empezar esta crítica diciendo que yo no soy una persona muy amiga de los vegetales. Yo me considero carnívoro y lo llevo muy a gala. Por eso creo que tiene todavía más mérito el gran esfuerzo que hace Rodrigo de la Calle en El Invernadero. El restaurante se encuentra en los jardines de un hotel en Collado Mediano, está todo rodeado de cristal y tiene unas vistas espectaculares a la sierra. Es un sitio bastante íntimo y acogedor en el que las pocas mesas, desnudas, reciben a los comensales. Como bebida de bienvenida, nos ofrecieron una jarra de Hidromiel aromatizada con pino que estaba francamente buena. Además nos presentaron un vaso de barro en el que nos iban a servir el agua durante la comida. También nos dijeron que nos podríamos llevar el vaso de recuerdo una vez acabada. Ya acomodados en nuestro sitio, el camarero que nos atendió nos presentó las cartas manuscritas por el propio chef y nos indicó que la mejor manera de disfrutar de la comida era dejarlas bocabajo hasta que hubiéramos acabado, así no perderíamos el efecto sorpresa de los platos que vendrían a continuación. El menú arranca con una serie de snacks pensados para coger con los dedos. Tanto en los entrantes como en el resto de los platos, la tónica habitual es utilizar un ingrediente principal que lleve el peso del plato y una serie de acompañamientos para potenciar distintos sabores y matices. Una vez finalizados los entrantes los platos que empiezan a llegar son más contundentes, muchos de ellos vienen acompañados de alguna salsa como por ejemplo el rábano con la vinagreta de almendra y sésamo que estaba deliciosa. La parte salada se completó con un plato sabor muy potente pero que a mí no me acabó de convencer: era una especie de milhojas de lechuga con un glaseado y un puré de patata al estilo de Joel Robuchon. Es verdad que el puré estaba muy bueno, pero el ingrediente principal no acabo de convencerme. Antes de pasar a los postres nos ofrecieron un pre postre muy pequeño, muy delicado, pero para mí, el mejor plato del menu. Fue un plato que me llevó de nuevo a la infancia, al campo, a coger las moras de la zarza. La única pega de ese plato es que fuera tan pequeño y que no pudiéramos repetir. Para finalizar tuvimos cuatro postres: - Uno a base de maíz en distintas texturas que estaba muy bueno - Una versión del helado de Tuti Fruti a base de verduras, con una bola de helado que me recordaba a la leche merengada y una cuchara de galleta. Estaba bueno, pero la textura de la verdura no acabo de convencerme. - Uno De fresas y habas que para mi gusto estaba especialmente ácido y. - Uno de café, vainilla y un macaron de alcachofa que estaba también muy bueno pero quizá excesivamente dulce en comparación con el resto de postres. Aparte de todo esto, nos pusieron una hogaza de pan de pueblo acompaña de aceite de oliva virgen y dos mantequillas: de algas y de cítricos. El pan está muy bueno, el típico pan de pueblo, y las mantequillas estaban buenas pero sobre todo la de cítricos. Para Maridar el menú nos ofrecieron varias opciones, pero nosotros nos decantamos por la selección de licuados hechos por ellos. En éste apartado tambien hubo luces y sombras: el vermú olía mejor que sabia y uno que nos pusieron antes de llegar al plato principal me daba un olor excesivo a heno. Nos pusieron una sidra de manzana fermentada con kefir que tenía la acidez un poco disparada, bueno ese ni fu ni fa. Pero la Hidromiel, la chicha morada y un licuado de zanahoria, fresa y jengibre espectacular. Como decía al principio, me parece que este sitio tiene mucho mérito, que lleva mucho trabajo detrás y que todos, desde el camarero está el chef, hacen que te sientas totalmente acogido. Para mí, es un sitio que recomendaría a todo el mundo: a los amantes de la verdura porque les iba encantar. Y a los que no lo son tanto, como yo, porque seguro que suponía una epifanía que les abre un nuevo mundo lleno de posibilidades.
Una maravilla. Merece la pena ir hasta Collado Mediano para probarlo. Menú cerrado prácticamente vegetal con la excepción de algunas salsas de carne y quizás alguna cosa más. Te ofrecen la purísima agua de la zona no embotellada, claro como si fuese un plato más pero también te dan la posibilidad de maridar el menú con vino o con fermentados. Elegimos la segunda posibilidad y la verdad es que nos encantó. Lo primero que ves al entrar es un súper queso con miel aunque por desgracia para cuando llegó la hora del queso ya no nos cabía ni un alfiler. Como curiosidad comentar que los cocineros ejercen también de camareros.
Excelente apuesta. A la creatividad se une el enorme reto de utilizar solo vegetales y frutas como base. Mucha imaginación y gran técnica, merece la pena salir de la zona de confort. Ah! Y si maridas con sus bebidas en lugar de con vino, la experiencia es redonda. 5 estrellas por la valentía!
Maravillosa experiencia en un ambiente estupendo, con un estupendo servicio. El menú es genial, vegetales en distintas formas y texturas y sabores a cada cual más maravilloso. Estupendo
Creo que este restaurante, filial de "La Sopa Boba" de Fernando Limón, podrá emular a su mentor, pero necesita un poco de rodaje. De lo que probamos esta primera vez, destaco la buena presentación de todos los platos, algunos con un sabor crujiente y exquisito como los pulpitos kara-age, y otros que pueden mejorar, como las manitas de cerdo rellenas, un poco escasas, con falta de sabor de su genuina materia envolvente, y sobradas de ensalada de acompañamiento, y las alubias de la granja, de excelente condimento de su caldo, pero faltas de cocción lo que hacía que se presentasen duras al paladar. El postre que probamos, tiramisú, perfecto, cremoso y en un punto excelente. Por cierto, un vino de la casa, de Mérida, con un nombre muy largo, "de un gitano que espera solo en urgencias... o algo así" muy bien de precio y muy bien de trago. Tendremos que volver para tomar una opinión más formada, porque el restaurante, pese a la crítica constructiva, promete.
Muy originales, un gran esfuerzo de imaginación Creo q les falta un pelin de rodaje, por ejemplo es inaceptable la deficiente carta de vinos para un restaurante con estrella, pero el menú es un premio para el paladar.
Probablemente la visita a este restaurante habrá sido la experiencia gastronómica más intensa de mi vida. Me resultaba impensable encontrar tal universo de sabores en platos vegetales. El trato del personal excelente.
Una experiencia única explorando el mundo de los vegetales.. Súper recomendable
Vale la pena desplazarse hasta este lugar tan especial. Ambiente acogedor, personal amabilísimo pero nada encorsetado. La sensación orgánica y vegetal te invade desde el primer momento y se refuerza con la presentación de los platos. Tomamos un menú delicioso, abundante y totalmente acorde con su precio. Las bebidas y licuados que ellos mismos elaboran son increíbles y hacen la experiencia aún más especial. De 10.
Hacía mucho tiempo que un restaurante no me sorprendía tanto. Merece la estrella Michelín que tiene. Los platos son exquisitos, el trato inmejorable. Ni en un millón de años pensé que un menú degustación basado en verduras pudiera gustarme tanto. Un 10. Bravo
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