La ermita de San Vicente Ferrer situada en el término municipal de Teulada (Provincia de Alicante, España), data del siglo XVIII.La devoción popular al padre Vicente Ferrer en el municipio de Teulada se basa en una antiquísima tradición que habría que situar a mediados del siglo XV. Según esta creencia, en Teulada vivía una hermana del Santo, Constanza Ferrer, a la que venía a visitar en el transcurso de sus viajes de predicación por las tierras del antiguo Reino de Valencia. Fruto de esta tradición fue la construcción de la ermita de San Vicente, la ermita de la Font Santa y la Creuta del Ave María, entre otros restos vicentinos que hoy podemos encontrar.Si bien no conocemos los orígenes exactos de una primitiva ermita de Sant Vicent, con toda probabilidad edificada en el mismo lugar en la que se encuentra la actual, podemos constatar que en 1643 y 1704 ya se habla en ciertos documentos de la ermita de Sant Vicent, aunque sabemos con seguridad que no se trata del actual edificio. Este comenzaría a construirse bien entrada la segunda mitad del siglo XVIII, concretamente en los años 1767 y siguientes. Por esta época sabemos que el Ayuntamiento de la villa adquiere materiales para su construcción, de los cuales se disponen diversos recibos justificativos. En el año 1793 Blai Estruc diseña y pinta todo el interior de la ermita y el 29 de marzo de 1797, el Rector de Teulada, Dr. D. Juan Martínez, bendijo la ermita con asistencia de los padres Jerónimo Cerdá, Carlos Ivars y Vicente Serrat, religiosos observantes de San Francisco de Asís, del Ayuntamiento de la villa y de un grandísmo concurso de gentes, según cuentan las crónicas.DescripciónLa ermita es de planta rectangular, de 16 x 19 m., con las esquinas de piedra arenisca picada y encadenada, formando un dentellado con el muro construido de piedra y mortero. En el lado de poniente y norte tiene un muro en talud cubierto con un pequeño tejado, y en la parte de levante estaba la casa del ermitaño recientemente derribada y su solar convertida en plaza pública. La fachada acaba con una cornisa de piedra arenisca que tiene dos curvaturas ascendientes en cada lado y que confluyen en un campanario de espadaña, coronado con tres remates en forma de bola. Este mismo remate se repite en los dos extremos de la cornisa, y en los puntos álgidos de las curvaturas hay otro remate con una pechina en bajorrelieve. Debajo de la espadaña hay una ventana de ojo de buey que ilumina el volteado y otra rectangular en vertical que se encarga de dar luz a la nave.
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