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Reseñas, información para Eslora 92

Eslora 92
Dirección: Passeig de Neptú, 62 , Valencia 46011, ES
Teléfono: 960 01 06 26
Ciudad: Valencia
Ruta: Passeig de Neptú, 62
Código postal: 46011


Horas laborales

lunes: 11:00-20:00
miércoles: 11:00-20:00
jueves: 11:00-20:00
viernes: 11:00-20:00
sábado: 11:00-20:00
domingo: 11:00-20:00

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Reseñas
El arroz ha sido el mejor que he probado en mucho tiempo, lo único que no me gustó que en la entrada nos dijeron que tenían platos vegetarianos y luego no fue así, confunden un vegetariano con uno que no come carne y el vegetariano tampoco come pescado, un camarero debería saber ese concepto básico.
Buena calidad-precio. Pedimos medias raciones, para nada pequeñas, de calamares a la romana, bravas, boquerones, gambas al ajillo y pan tostado acompañado de olivada y allioli, todo riquísimo, y de 2cervezas con limón para beber. Todo 37,18€. Comimos 2personas de buen comer y acabamos llenos de más. El trato del dueño fue muy bueno, atento en todo momento y super correcto hablando.
Para nosotros la experiencia fue agradable. El personal muy a tento, la paella de marisco muy buena y el vino blanco exquisito Icono/ chardonnay 2016. El horario amplio, ya que comimos tarde. Además estamos vista al mar.
Era la segunda vez que íbamos a Valencia desde Madrid. La primera vez fuimos a este sitio por casualidad y la experiencia fue muy buena por lo que decidimos reservar para la segunda vez. Primero llegamos y de la reserva que teníamos a las 14:00 h no tienen ni idea, nos sientan en una mesa por sentarnos y 40 minutos hasta que nos toman nota de las bebidas y del menú. Nos traen la bebida pero de la comida nada, otras mesas llegan más tarde y ya tienen sus entrantes y hasta sus arroces!! Pasa 1 hora y les decimos que llevamos una hora esperando la comida. La camarera va y nos trae la ensalada, pedimos pan, no una si no hasta 3 veces y pasan de nosotros. Terminamos la ensalada y otro buen rato esperando hasta que ya cansados volvemos a reclamar la comida y una camarera va a traernos los entrantes que nos faltan y para muestra sorpresa nos traen el arroz con todo y tenemos que volver a pedir el pan hasta que por fin nos lo traen pero el arroz estaba helado de haber estado esperando bastante tiempo. Terminamos el arroz y los entrantes y otro buen rato intentando pedir los postres, pedíamos a los camareros si nos podían atender y pasaban de ti y no una si no varias veces. Por fin viene una camarera a tomar nota de los postres y la pedimos la cuenta. Trae los postres pero la cuenta no, terminamos los postres deseando irnos ya y decidimos levantarnos e ir directamente a la caja para que nos cobren. Finalmente nos cobran después de 2 horas porque salimos a las 16:00h de allí y con un servicio pésimo y que dejaba mucho que desear. Una pena porque la primera vez fue estupendo pero no volveremos a repetir experiencia. La calidad de la comida es muy buena pero el servicio se carga todo eso. Espero que todo esto mejore y que otras personas no se lleven una desilusión como nos llevamos nosotros.
Llegamos un domingo sin reservación y en en menos de dos minutos ya teníamos mesa. El servicio de Manolo es impecable, y a pesar de que tenía que atender otras 10 mesas por él solo siempre nos dio la mejor atención. El menu es llenador con tres entradas muy ricas. Sin embargo en los segundos platos nuestra paella y arroz llegaron un poco fríos y les faltaba algo de sabor.
Buena paella Valenciana y muy buena atención. Es un restaurante modesto. Aún así lo recomiendo.
Pongo 1 estrella porque no puedo pober un 0 enorme. Si veis mis reseñas no suelo poner de las negativas pero lo de este restaurante no tiene nombre. Primero, entramos y nos sentamos donde queremos. Faltaban la mitad de los servicios de la mesa y los trajeron en varias veces. Nos traen la carta y cuando hemos elegido, nos dicen que no tienen de casi nada, que trabajan con menú. Lo pedimos. Elegimos. 20 minutos más tarde viene la ensalada. Las niñas muertas de hambre. Al rato los menús infantiles. Observando las otras mesas y lo que tardaban, decidimos salir a la playa y tiendas entre plato y plato, y el que se quedaba, avisar para que volviéramos. Las patatas del menú infantil, crudas, los calamares en el menú ponía sepia encebollada pero nos trajeron calamares a la romana sin sal, los langostinos un poco pasados por el olor que tenían... y así todo!!!! Y no, no era porque estuviera lleno!!!
Comimos menú para 4 personas. Vino blanco buenisimo. Los entrantes buenos, sobretodo el pulpo y los mejillones. Paella y arroz a banda perfectos!tocino de cielo y panacota de horchata muy buenos, nada empalagosos. El local es muy agradable y el personal también.
Hacía tiempo que no comía tan mal y caro. Sacan los platos tan rápido que se acumulan en la mesa. Pero lo peor el plato grande, la fritada: calamares, boquerones y puntillas. Tres aros de calamar y un puñado de “boquerones” deshechos y sin sabor, horrible hasta de ver. Buscamos las puntillas y ¡sorpresa! No las encontramos. Se lo decimos a la camarera y nos dice que puede que se hayan acabado y que hayan puesto mas boquerones en su lugar... eso no se hace y desde luego se tiene que informar. El postre ha sido la guinda del pastel, supuestamente era una coca y nos han puesto lo primero que han encontrado por la cocina, un micro cacho de una especie de bizcocho revenido. En fin un desastre, nos han estafado. Ojalá hubiéramos leído las reseñas antes de ir.
La peor experiencia que recuerdo en muchísimo tiempo. Escapada de fin de semana en familia. Ya se nos hacía tarde y por desgracia acabamos comiendo aquí. Vimos gente esperar en la puerta y caímos como tontos en la trampa. Creo que nada me indigno tanto como la poca seriedad y falta de respeto y cuidado que tuvieron, y eso que la comida dejaba bastante que desear, tanto que acabamos levantándonos y dejando prácticamente toda la comida que pedimos en los platos. Nos sentaron y la mesa estaba sin poner, algo que perfectamente comprendimos porque les vimos con jaleo. Una camarera muy agradable nos atendió,rubia y jovencita con tatuajes de hecho fue por ella por quien no nos fuimos sin pagar y no pedimos el libro de reclamaciones. Fue otra persona la que nos “puso la mesa”. Platos con tropezones por debajo, pero nada de restos de aceite, tropezones de comida como cuando amontonas los platos sucios en la cocina. Tuvimos que pedir los vasos, las servilletas y el pan como tres veces, y si éramos 5 personas, nos trajo vasos para 3, sin servilletas, pan para dos... todo esto mostraba el caos en el que se encontraban. Pedimos que nos cambiaran los platos, los cuales volvieron parecidos, imaginamos que fueron pasados los mismos con una balleta y llegaron sucios, con aceite que te resbalaban y un olor desagradable. Volvimos a pedir que nos los cambiaran y la camarera muerta de vergüenza se los llevo. Cómo sería que volvió otro chico con los platos... y tuvimos que sacar unos kleenex para limpiarlos con el agua que pedimos para beber. Algunos optamos por coger con el tenedor la comida de la paella y llevárnoslo a la boca sin usar los platos. Paella de mala calidad, fría y pasada. El resto de cosas igualmente frías y de una calidad de chiste.Nos sentimos estafados totalmente. Imagino que estos negocios cuentan con la suerte de que muchos extranjeros por el simple hecho de estar posicionados en el paseo marítimo, creen que van a comer bien, y de verdad, no.
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