El comportamiento es un fenómeno biológico y, por tanto, le son de aplicación las leyes de la Teoría de la Evolución por Selección Natural.
El comportamiento es un fenómeno biológico y, por tanto, le son de aplicación las leyes de la Teoría de la Evolución por Selección Natural. Ésta es la verdadera razón de que consideremos esencial para el psicólogo un profundo conocimiento de las bases biológicas de la conducta: nada queda ya de la vieja dicotomía cartesiana mente/cuerpo, sino que, recordando a Darwin tenemos que reconocer que «el hombre con sus nobles cualidades… todavía lleva en su cuerpo el estigma indeleble de su bajo origen». Lo que hace especial a la especie humana, aparte de ser la nuestra, es su modo particular de adaptación biológica. Estamos afirmando, pues, que la Psicología sólo puede ser evolucionista, porque únicamente a la luz de la evolución cobran sentido los enigmas de la conducta humana: más tarde o más temprano se demostrará que el repertorio conductual que hace de nosotros una especie peculiar constituye un catálogo de adaptaciones biológicas, es decir, que tales conductas perduran porque favorecen o favorecieron la aptitud biológica de quienes las despliegan. (Fragmento de la Presentación del Manual Fundamentos de Psicobiología, Ed. Sanz y Torres, 2011)
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