HAWAIKA

Todo un descubrimiento, fantástica cocktelería temática que te transporta a la Polinesia sin salir de Valencia. Un montón de cócteles, batidos, crepes, helados, granizados de entre los que no sabrás qué elegir porque vas a querer probarlos todos. Muy buen ambiente, música agradable, decoración que te adentra en la cultura polinesia y te invita a relajarte y compartir unas risas con tu compañía. Local en muy buenas condiciones, medidas sanitarias y el servicio genial, atento, eficiente y rápido, teniendo en cuenta el trabajo de elaboración de los cócteles con productos naturales y de calidad. Volveremos con los niños que de seguro lo disfrutarán al igual que nosotros.

Un pequeño Oasis en medio de la ciudad. Todo respira a tropical y son los mejores cócteles con frutas de la ciudad. Una pasada de local. Una ambientación única. Y tienen unos helados que son una barbaridad. Merece mucho la pena pasar una noche con sus cócteles y su ambientación.

Los cócteles no sólo están buenos, son espectaculares. Siempre que quiero impresionar a alguien con un sitio bonito y original Hawaika no falla, la única pega es que el precio no es económico aunque cierto es que pagas el servicio y el lugar. El camarero un encanto.

Hawaika es un local muy chic en valencia para tomar un buen cóctel. No recordaba este lugar pero sé que hace algunos años ya estuve aquí, su ambiente es agradable y tranquilo , puedes elegir entre infinidad de variedad de cócteles y bebidas , con o sin alcohol , la carta es bastante extensa , puedes estar charlando tranquilamente con tu pareja o grupo ya que entre asientos hay unos separadores de cañizo , te reciben muy bien y te acompañan hasta la mesa . Lo recomiendo

Un lugar para salir de la rutina, mesas y sillas privadas, decoracion que te inmerse en la selva, cojines de sandia, lamparas de totem, un cielo estrellado hacen parte de este lugar tan sorprendente. Cocktails, crepes dulce y hasta palomitas de maiz encuentras en este espacio de desconexion y no menos importante el camino para ir a los baños. A todo le doy un 5 excepto el servicio al cliente que fue decepcionante, cero tacto y cordialidad que trajo la cuenta con el plato, nada servicial el mesero.

El local es precioso tiene decorado hasta el mínimo detalle.Los granizados que probamos estaban buenísimos no eran económicos pero vale la pena.La atención del camarero muy buena.En la mesa tienes que leer con el móvil un código qr que te manda a la carta para que decidas lo que quieres,luego aprietas un botón y viene el camarero a tomarte el pedido y es bastante rápido.Cuando te traen el pedido lo acompañan con un cuenco de palomitas y el ticket.Tienes intimidad porque los espacios de las mesas están acotados por separadores decorados al estilo hawaiano.La única pega que le pongo es que hay muy poco espacio entre los asientos y la mesitaque por cierto es muy bajitay te chocan las piernas.Aconsejo reservar antes de ir,no lo sabíamos y nos tocó esperar más de 30 minutos para poder pasar ya que tienen prioridad las reservas aunque entren en la sala de espera después que tú.Hay un loro de verdad en una especie de habitáculo de cristal en la entrada con su agua,su ventilador,etc pero la gente murmuraba que no tenía espacio para volar.Al pagar la cuentaque no se puede dividir aunque vayan varias personas avisote dan un caramelo.El hombre que te recibe es muy amable y además te pone gel hidroalcoholico en las manos antes de entrar que por cierto huele de maravilla ese gel.Hay collares de flores pero son de pago y también puedes comprar vasos muy bonitos aunque un tanto caros.Os lo recomiendo.

Muy acogedor, ambiente agradable y personal súper simpático y amable. Los cócteles una pasada, a parte de una amplia gama de helados artesanales, zumos naturales y granizados. Ideal para ir con tu pareja o amigos y tomar algo mientras habláis tranquilamente. Lo recomiendo sin duda.

Un local muy agradable, con buena decoración y zonas delimitadas para cada grupo con bastante privacidad. Pedimos cócteles sin alcohol y estaban muy buenos, además de ser un poco más económicos que las versiones con alcohol. Un punto a mejorar: entre los asientos y la mesa había muy poco espacio para las piernas, estábamos como en un vuelo de Ryanair.

Sitio muy original, volvería para probar todas y cada una de las copas en esos vasos tan peculiares. Por dentro es un poco angosto, quizás un poco más de sitio estaría bien. Por lo demás, muy bien todo.

Un lugar explendido, con cócteles espectaculares, atención por parte de los camareros muy bien, en cambio la chica de las reservas un poco bastante antipática y poco resolutiva , con reglas que se inventa y que no están en la página web