VENERABLE HERMANDAD DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO, MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES Y SAN JUAN EVANGELISTA
C/ CHURRUCA S/N
Empezar esta narración, aclarando el primitivo nombre de la imagen; Jesús Nazareno de las Cinco Llagas. Según las Actas Capitulares del Archivo Municipal de Chiclana, en el año 1644 Don Juan Alonso de Molina, personaje de bien de la villa de Chiclana, adquiere terrenos y casas para fundar una Cofradía con titular de Jesús Nazareno, porque en el año de 1643 procesionó por primera vez la venerada imagen sin tener Capilla propia, teniendo que hacer uso del Hospital de San Martín o del Niño Jesús de la Calle Corredera. Así la imagen procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1643. De aquí se sobreentiende que la fundación tuvo que realizarse entre 1640 y 1643.
En 1666, se funda el Convento de Jesús Nazareno, de la orden de las Madres Agustinas Recoletas, de la Madre Antonia de Jesús de Granada. Don Juan Alonso de Molina, dona a las Madres Agustinas de Granada los anteriores terrenos para la fundación, siendo el primer instituto femenino de la ciudad. Es la Madre Antonia de Jesús, fundadora; quién hace resurgir la devoción y el levantamiento de la cofradía, gracias a la búsqueda económica en acaudalados gaditanos.
Otro aspecto de los primeros años de la creación de la Hermandad, es la ubicación de la imagen del Nazareno en la Capilla; ya que al ser titular el Divino Indiano, se coloca la talla en el Altar Mayor, pidiendo a la comunidad que se prestara una capilla lateral, acordándose que fuese, la primera a la izquierda entrando por la calle Larga.
Tras cincuenta años de creación se consolida en la ciudad la salida de Jesús Nazareno como acto cumbre en la Semana Santa chiclanera. En más de 353 años de trayectoria, se han vivido momentos de esplendor y otros de decadencia, por diversos motivos, pero siempre la devoción a nuestro titular se ha mantenido en los corazones de miles y miles de chiclaneros y visitantes.
Lamentablemente, la evolución concreta de la Cofradía no la podemos conocer al detalle. La pérdida de documentos y escritos que atestigüen los hechos, ha impedido a diversos historiadores (sobre todo, al celebre Domingo Bohórquez, al cual debemos la mayor parte de la información), poder testimoniar su evolución.
Tenemos constancia de Cabildos desde el año 1876. De estas reuniones, imprescindibles, incluso hoy en día, para el buen funcionamiento de las hermandades; salen en 1880 los Estatutos de la Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, que hasta un 22 de mayo de 1902 no se aprobarían. Señalar que desde un principio la imagen San Juan Evangelista, acompañó a nuestro titulares, incluso existió una Verónica que procesionaba en un paso individual.
En 1902 se dicta el vestuario de los hermanos: túnica blanca, escapularios morados, cordón de lana amarilla, el escudo de la cofradía y antifaz blanco.
Es desde 1969, cuando se vuelve a tener más constancias de la historia de la cofradía. Así, sabemos del montaje de belenes, el primero de ellos en el antiguo Grupo Escolar Calvo Sotelo, anterior Colegio de los Hermanos de la Salle, en la Alameda del Río. Es en este año, cuando se empieza una labor importantísima, llevada a cabo por los hermanos del Nazareno; las actividades asistenciales, que variando por el tiempo en las formas, se sigue hasta la actualidad (alimentos, medicinas, ayudas económicas, donaciones a entidades sociales...). La Hermandad, siempre como hemos leído, ha mantenido una relación cordial y de colaboración entre ellos y las monjas. Así, en 1970 se les paga a las Madres el montaje de una nueva instalación eléctrica en la iglesia.
Por estas fechas, se restauran y se arreglan enseres e imágenes, como la de San Juan, o se adquiere la nueva imagen de la Virgen por imposibilidad de restaurar la antigua (1972) realizada por Francisco Buiza. Se le impone la correa de la orden de San Agustín, impuesta en 1984 por la superiora del convento. Y se restaura la imagen del Nazareno en Cádiz, procesionando a su vuelta, un 14 de septiembre desde las Hermanas de la Cruz hasta su templo. Se hace una cruz de pino para el Nazareno, nueva corona de la Virgen, la tela de tisú para el palio y nueva capa de damasco para San Juan.
Entre todo esto, la mayor decisión, fue la nueva adquisición de los respiraderos para el paso de palio (talleres Rufina, Madrid), que supondría mucha búsqueda de ayuda económica. Además, la Junta se adentra en la construcción de una saya y manto para la Dolorosa de los talleres Julián Cristóbal de Madrid. Dos farolas de Guía, dos faroles, dos centros y un juego de ánforas para la Virgen.
En 1978 D. Francisco Buiza tallará la figura del Cirineo. Así como en 1982, se le encarga a Francisco Buiza, la nueva talla de San Juan, que por su fallecimiento terminará Francisco Berlanga. No podemos olvidar las cuatro magníficas esculturas de los evangelistas para el paso del Cristo, serían el culmen de los mayores desembolsos y mejoras de la Hermandad, fruto de los que en esos momentos mantenían una ilusión desbordante en torno a nuestros titulares. Actualmente, el Palio se ha convertido en una belleza artística, gracias a las manos de un artista amateur, miembro de la Junta y Mayordomo de la misma.
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