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Reseñas, información para La Cabaña de Bolonia

La Cabaña de Bolonia

Sobre Nosotros

Un chiringuito único, donde podemos deslumbrarnos con la puesta del sol, situado en un lugar maravilloso que es Bolonia (Tarifa), donde tambien vienen los mejores Windsurfistas a navegar... Y, por supuesto, un lugar para probar un buen cocktail!

Historia

Un chiringuito único, donde podemos deslumbrarnos con la puesta del sol, situado en un lugar maravilloso que es Bolonia (Tarifa), donde tambien vienen los mejores Windsurfistas a navegar... Y, por supuesto, un lugar para probar un buen cocktail!



"La Cabaña de Bolonia esta cerrada desde 2018"
Dirección: Carretera de Lentiscal, 1 A, 11391 Bolonia, Andalucia, Spain
Teléfono: +34 620 20 84 04
Ciudad: Bolonia
Ruta: Carretera de Lentiscal, 1 A
Código postal: 11391


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Reseñas
Me ha encantado el sitio. Buena atención y todo muy rico. Las 3 tartas están riquísimas: de queso, de limón y de zanahoria. Vistas inmejorables. El sitio ya no se llama como aparece en Google, sino "Serenade Bolonia". Muy recomedable
Extraordinaria atención, sitiado en un enclave único. comida buenisma y bien presentada. Para estar en plena playa, está fenomenal. Cuantos restaurantes de interior quisieran tener esa cocina y atención. El atún encebollado brutal.
Se encuentra en un lugar privilegiado. Fuimos a comer y el metre o encargado estaba muy estresado y nos sentó en una mesa grande en la que ya había gente...Nosotros estábamos dispuestos a esperar, pero no nos hizo mucho caso. Considero que lo hizo con la buena intención de sentarnos y que no esperásemos de pié estando con críos. No insistimos. La cerveza es demasiado cara:cuatro euros por un vaso- maceta que no te la llenan hasta arriba es un precio desorbitado, pero entiendo que es un chiringuito a pié de playa... .El trato y atención de los camareros fue correcto. No le pongo cinco estrellas porque a pesar de ser un poco más de las 3 ya no tenían varias opciones que me interesaban vegetarianas. La ración de patatas bravas las hacen con patatas naturales, nada de congeladas. Lo valoro mucho. A mis hijas les encantaron las croquetas también caseras, en cambio, la hamburguesa de mi marido costó 12 euros y no era nada del otro mundo según él...no puedo opinar más. En general me gustó mucho el sitio.
En un lugar ideal, sitio agradable para tomar algo. Vistas y entorno inigualables. El servicio es correcto y los precios muy ajustados para el lugar.
Magnífico lugar para disfrutar de un cóctel, batidos de fruta o una comida. Música acorde con el lugar muy relajante y vistas espectaculares
Es un lugar muy tranquilo, música agradable. Paramos a tomarnos una cerveza antes del atardecer y al final decidimos quedarnos a cenar por lo a gustito que se estaba, las vistas idílicas. Las croquetas estilo brasileño y el cazón riquísimisos, por unos 25€ cenamos 2 y nos tomamos unas cañas. El zumo tropical tb muy rico. Servicio rápido en pleno Agosto y el garito se fue llenando para ver el atardecer Volveré
Conciertos al atardecer, buen ambiente y excelente comida de la mano de Juan un magnífico anfitrión
Buen sitio para ver atardecer y asistir a conciertos. Mola
Tardaron hora y 10 minutos de reloj en ponernos simplemente los entrantes Y lo más frustrante era ver cómo iban atendiendo a mesas que habían llegado media hora más tarde que nosotros. Todo un autentico caos, l servicio pésimo.. Al final llegamos a las 3:30 y hasta las seis no terminamos de comer. El sitio merece la pena para sentarse en el césped que está enfrente, por las bonitas vistas, pero nunca para comer.
Lamentablemente, poco positivo puedo decir de este chiringuito salvo la vista, y no es mérito de ellos. No es especialmente caro, pero tampoco es barato para la calidad ofrecida, que simplemente es pasable. El verdadero problema está en el desastre organizativo del establecimiento, máxime cuando el local no estaba precisamente lleno. Los camareros son agradables, pero eso no basta. Directamente el personal no sabe o no puede dar un servicio aceptable y no parece haber nadie encargado, ni dirección alguna. Las comandas, incluso de bebida, tardaban una eternidad servirse y, para colmo, con errores. Por ejemplo, casi media hora después de pedir unas hamburguesas, nos dicen que se han acabado y de las seis pedidas sólo pueden poner cinco. ¿Media hora para darse cuenta de que no queda género?¿qué chiringuito se queda sin hamburguesas un domingo en junio? Cuando llegan, casi tres cuartos de hora después de pedirlas no se les ocurre traer las salsas, las pedimos... más espera... esto se está enfriando... desesperados, alguien se levanta a pedirlas. Segunda ronda de bebidas, con la espera hace rato que se acabó la primera ronda... más espera... aún más espera... me estoy atragantado y necesito bajar esto... me levanto... contemplo consternado el caos de la barra, donde se acumulan sin orden los platos que se van retirando con lo que tiene que ir saliendo, camareros preguntando desnortados dónde va esto o aquello, en definitiva, un completo desastre. Pregunto por nuestra bebida y, oh sorpresa, no hay hielo. Con cara de poker, no puedo evitar mirar alternativamente al camarero y a la barra exterior dónde presuntamente sirven mojitos y otros cócteles. Al menos las latas de refresco están frías. Como colofón, cuando vamos a pedir la cuenta, aparece un camarero portando sobre la bandeja nuestro anterior pedido de bebidas, servidas en sus reglamentarios vasos con hielo... al ver que ya las teníamos en la mesa exclama: —¡no me lo puedo creer!— Yo tampoco, amigo, yo tampoco.
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