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Reseñas, información para La Ermita 1826

La Ermita 1826
"Restaurante de comida tradicional"
Dirección: Calle San Pedro, 15 , Oreña 39525, ES
Teléfono: 942 71 90 71
Ciudad: Oreña
Ruta: Calle San Pedro, 15
Código postal: 39525


Horas laborales

lunes: 11:30-23:30
martes: 11:30-23:30
miércoles: 11:30-23:30
jueves: 11:30-23:30
viernes: 11:30-23:30
sábado: 11:30-23:30
domingo: 11:30-23:30

Reseñas
Deliciosos postres, especialmente rica la tarta de queso. No pudimos esperar ni a hacer la foto porque cuando quisimos darnos cuenta ya casi nos la habíamos comido. Un perfecto final para una buena comida.
Nos encanta este restaurante. Unos pescados frescos y Súper bien cocinados. Ambiente tranquilo. Son muy buenos profesionales y agradables. Muy recomendable!Comida: 5/5
Restaurante familiar en San Pedro de Rudagüera. Se puede llegar en coche o en tren. La comida es casera, riquísima y muy bien elaborada. A destacar los pimientos asados de Isla y las croquetas. Buenísimos! Buen trato y buen precio! Repetiremos.
Leímos en las reseñas que la lubina estaba de muerte y nos la ofrecieron fuera de carta. Producto totalmente fresco. La lubina estaba de escándalo. Pedimos rabas y croquetas para acompañar. Adjunto la cuenta de lo que nos pedimos nosotros.
Un sitio muy familiar, atención ejemplar, muy amables y atentos, detalles como por ejemplo cambio de cubierto entre el picoteo y el primer plato, en mi caso comimos, una tabla de ibéricos y unas croquetas para picotear, muy buenas croquetas y buenos ibéricos, de segundo 3 lubinas, 1 solomillo, y escalopines, muy buena presentación y comida de calidad y casera, sitio recomendable y acogedor , primero por la atención y segundo por la comida casera.
Ayer cenamos alli mi pareja y yo. Fue sencillamente ESPECTACULAR. Unas zamburiñas de escándalo y una lubina salvaje estaba fuera de carta inmejorable. La atención fue increible. Sin duda, repetiremos.
El trato ha sido increíble. Lo encontré por casualidad y se lo recomiendo a todo el mundo. Lugar tranquilo, habitación confortable. Ideal para familias. Cerca de muchas cosas para ver y hacer. Volveré seguro.
Desde el primer día que fuimos en primavera, repetimos cada día, por algo sería, un trato de 10 tanto en salón como en barra, cenamos informal y perfecto, y la carta en comedor es de espectáculo, productos frescos del día, nos comimos la Mejor lubina a día de hoy! Repetiremos!
Con respecto a este hostal, deja mucho que desear. En primer lugar, tienen poco compromiso con el cliente, a la hora de incorporarnos al hostal tuvimos que llamar ya que una hora antes de esto no había nadie que nos atendiese se suponía que habría a las 12:00 y llegamos a la 13:00. En relación con la limpieza de la habitación, pésima, en todas las esquinas del suelo se encontraba una gran capa de polvo, cuando venían a hacerte la habitación al día siguiente solo te hacian la cama, no limpiaban nada y no te reponían el gel en caso de que lo hubieses acabo. Las cortinas de la ducha no deben de limpiarlas ya que la nuestra se encontraba naranja por abajo y era blanca y rígida. Las paredes de la habitación se caían a trozos. Las lamparitas de noche no funcionaban, solo una, pero alumbraba más la TV, que con respecto a eso, es una TV de hace más de 20 años. No tienen nada de cobertura en ningún momento y en ningún lugar del hostal, algo que podrían mejorar. El ruido es abundante, las paredes parecen de papel, escuchas todas las conversaciones de otros huéspedes y cada vez que andan, tiran de la cadena o abren el grifo parece que están dentro de tu habitación. Y para acabar, si entras o sales del hostal en horario en el que este abierto el bar, cuentan con un comité de intimidación gente del pueblo que se te quedan mirando callados como si no hubiesen visto un humano en sus vidas, cosa que te genera desconfianza y mal estar.
Nos alojamos allí tres noches. Habitación sin más. Amplia, pero mejorable. Los suelos y las paredes son de papel. La ventana da a un patio interior al que cualquiera puede acceder, por tanto, no se puede dejar abierta. Las lámparas de las mesillas no funcionaban. El edredón estaba roto y las sábanas tenían manchas. El baño estaba sucio y no hay manera de ducharse sin crear una piscina. Dejamos las toallas en el suelo para que las cambiarán cómo indicaba un cartel y no nos las repusieron. Pero lo peor de todo: el ruido. Si se levantan los vecinos de arriba y simplemente andan, ya no puedes dormir y lo mismo si los vecinos de pared, se levantan y hablan. Imposible descansar en condiciones. Y por si esto fuera poco, en el bar, que se supone cierra a las 00:00, ruidos hasta bien entradas las 3 de la madrugada. No volvería y no lo recomiendo.
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