Reseñas
Bonito local para tomar un Cocktail tranquilo. Es clásico y con luz bajita. Se debe pedir turno para la mesa y a veces hay un poco de descontrol pero el local merece. Precios estándar de la media en Barcelona.
Un lugar muy acogedor y con una gran variedad de cócteles! El persona es sumamente amable y atento... Una estupenda opción para tomar una copa! Pero hay que llegar pronto porque el lugar es pequeño y se llena rápido.
Un local con mucho encanto en pleno centro de Barcelona donde tomar unos cockteles hechos con cariño y realmente buenos. Para estar en el centro los precios estan dentro de la normalidad, no abusan. El camarero merece una mención especial por su cocktail, amabilidad y simpatia
Hemos comido muy bien con un menú de 13,55€ dos platos y postre, pan y bebida incluidos. Raciones abundantes. Vale la pena pagar 0.4€ extra para que traigan una cerveza o clara más grande el vaso que viene por defecto es muy pequeño. El postre muy original: un helado de turrón con crema catalana quemada por encima y chocolate caliente. Los camareros muy serviciales y trajeron la comida muy rápido. El sitio es más grande de lo que parece. Vale la pena reservar si se va a una hora punta.
La estética del lugar es de 4000 puntos para el libro del recuerdo. Tienes muchos escenarios para una fotografía hermosa. La música es muy relajante y si quieres conversar es un lugar ideal. Los cocktails son de muerte. Les recomiendo probar el Coco Baileys!
Local con mucho encanto en el centro de Barcelona, con un aire de principios del siglo XX que enamora. Los cócteles son clásicos, los preparan grandes, sabrosos y con precios comedidos, lo cual se agradece. Y en cuanto al personal, gente joven y con mucho entusiasmo, así que te sientes en un buen ambiente. Una visita 100% recomendable!
Los precios de la carta no están actualizados. Los cócteles están a 11€ aprox. En la primera ronda te traen unos pececillos de picar, en la segunda no aunque pagues lo mismo. El local tiene encanto, luz tenue, música de fondo y ambiente agradable.
Coctelería muy bonita y acogedora. Más bien apta para pequeños grupos. El ambiente es bueno y los camareros amables. La parte mala es que a 2 personas de mi grupo no les gustaron los cócteles tanto por presentación, en vasos de agua de Ikea, como la elaboración.
Lugar emblemático en Barcelona desde hace más de 50 años. Entrar aquí es regresar a los años 50 y 60. Un lugar acogedor, relajado, donde pasar un rato muy agradable en pareja o con amigos. Los cocktails son de 10, hechos al momento y con mucho cariño. Los camareros súper atentos y profesionales. Se puede compartir mesa, buscar un rinconcito íntimo o ponerse en la barra. Diego es un amor y sus cocktails para repetir
El hambiente y los tragos estan bien, un lugar donde te puedes sentar hablar y tomar con total tranquilidad