Mauri

Preciosa pastelería con zona de cafetería en su interior. El local mantiene la esencia de un edificio emblemático, con suelos de dámelo, ornamentación en techos y el personal muy servicial y agradable. En San Valentín tenían una explosión de color, regalos y repostería. La calidad y la atención son muy buenas, el precio algo elevado, pero aún así merece la pena tomar un café con dulce en el establecimiento.

Además de tener unos dulces y unos pasteles exquisitos, tienen carta de restaurante donde se puede comer todos los días de la semana, de lunes a domingo. El servicio es excelente y los camareros son muy amables, las dos veces que hemos ido hemos salido muy satisfechos. Un sitio excelente donde tomarse un café y un pastelito.

La pastelería es buena en general pero no os pidáis el croissant normal porque su masa no se asemeja a lo q se espera d un producto Mauri. En cuanto al cortado, falta crema en su leche. En resumen: elegid cualquier otra cosa q no sea un cortado + 1 croissant.

Un clásico donde degustar pastelería de alta calidad en un entorno tranquilo. Tarta de limón y tarta de chocolate y melocotón espectaculares. Si eres un amante de la repostería has de ir, sí o sí

Mi experiencia está vez fue desilusionada, siempre me gusta todo, pero pedí una trena de foie gras y lo que comi e vez de foie fue un paté mediocre, por eso le sacó una estrella un local de su categoría no tendría que dar gato por liebre y me dieron paté por foie

Cuando está recien hecho todo está muy bueno, el problema es que de vez en cuando te sirven cosas que claramente tienen varios días. Por otro lado el servicio de bar es bastante malo, con los camareros siempre enfadados y tardan mucho en preguntarte lo que quieres, claramente es un problema de la gestión más que de ellos mismos.

Postres increibles Y tradicionales. Local muy agradable. He visto muchos comentários negativos por los Camareros, pero la verdad es que conmigo ha ido todo genial.

Es la primera que vez que vengo y reconozco que el café, la ensaimada y el sitio es maravilloso. Pero la atención al público de la terraza es pésima. Mucha antipatía y maneras de contestar nada aceptables. Por lo que creo que es necesario mejorar.

Se puede disfrutar de los mejores postres de Barcelona en un ambiente que podría ser de los años 60, es una experiencia. El surtido de cocholates es muy completo.

El sitio es muy agradable, antiguo y delicado. En el mostrador hay muchas opciones para elegir y la verdad tanto lo salado como lo dulce está muy bien . Lo que es discreto para abajo es la atención . Le resta a un lindo lugar con buenos productos .