Nevera solidaria lucha contra el despilfarro de alimentos. Tu excedente puede ser aprovechado. La comida no es basura.
Aproximadamente, la mitad de los alimentos que se producen nunca llegan a ser comercializados, bien por motivos de apariencia o por la polémica “fecha de consumo preferente”, entre otros motivos.
Estos alimentos normalmente terminan siendo arrojados a la basura sin realizarse un aprovechamiento a pesar de estar en condiciones de ser aprovechados.
Numerosos comercios (fruterías, supermercados, tiendas de alimentación en general, restaurantes…) se ven en la obligación de arrojar a la basura ingentes cantidades de alimentos en base a que no los pueden comercializar por los motivos anteriormente citados. Ante este panorama, y por sorprendente que parezca, no existe ninguna solución al respecto más allá de la donación a Bancos de alimentos (BAs) o entidades de reparto (ERs) en el caso de que las cantidades sean importantes. Son donaciones hechas, normalmente, por empresas productoras o realizadas a través de recogidas en la puerta de los propios supermercados.
Sin embargo, para los pequeños comercios no existen soluciones prácticas, ante la imposibilidad por parte de las Asociaciones de Reparto y los Bancos de Alimentos de tener una atención diaria y continua hacia ellos. En cambio es aquí donde se produce uno de los mayores despilfarros de alimentos al ser el ultimo eslabón entre la cadena de comercialización y el comprador, que no admite pagar por algo que no tiene buena apariencia o se encuentra cerca de su límite aconsejado de consumo, siendo el destino final del alimento, los contenedores de basura.
La solución que planteamos en modo “experimental” es la colocación de una “Nevera Solidaria” en la vía pública donde estos pequeños comercios o particulares puedan depositar los alimentos que, como hemos recalcado, terminarían en los vertederos.
De esta manera los comercios y restaurantes tendrían un lugar donde poder depositar los alimentos que ellos no pueden comercializar las 24 horas del día de manera continuada, todos los días del año, siendo aprovechados por las personas de la misma manera, a cualquier hora, cualquier día sin necesidad de que ninguna asociación tenga que gestionarlos, almacenarlos y responsabilizarse de ellos, no suponiendo ningún incremento importante en cuanto a trabajo voluntario se refiere.
De esta manera se actúa responsablemente, convirtiendo los alimentos no comercializables en recursos sostenibles. Lo que supondría un residuo para una empresa pasa a ser un producto solidario, aprovechable y autogestionado por los propios depositantes y perceptores.
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