Nadie está tan comunicado como quien se aísla junto al mar…
Mirador de Doñana tiene la fachada salpicada de sal. Salpicada de sal blanca. La misma sal que vio partir a Magallanes para dar la primera vuelta al mundo hace casi 500 años. Un rato.
Hay lugares tocados por la varita y personas capaces de descubrirlo. Principio o fin, Guadalquivir y Atlántico se dan la mano en la puerta del Mirador. Y no imaginamos un camaleón nadando hasta la puerta desde la otra banda, pero casi lo intuimos. Bienvenido a la fiesta, vecino.
Nunca mejor comunicado que aquí. Nunca más expuesto. Quien venga que sepa que aunque cerremos la puerta se ve lo que hacemos.
Ni podemos ni queremos escapar. La sal de nuestra fachada fue la que salpicó a Magallanes y hoy nos observa exigente.
Disfrutamos con el reto.
Agregue este mapa a su sitio web;
Utilizamos cookies y otras tecnologías de seguimiento para mejorar su experiencia de navegación en nuestro sitio web, mostrarle contenido personalizado y anuncios dirigidos, analizar el tráfico de nuestro sitio web y comprender de dónde provienen nuestros visitantes.. Política de privacidad