Reseñas
Dos estrellas porque la comida estaba deliciosa, pero hemos tenido que esperar cerca de dos horas para que se nos sirva, sin contar que se habían olvidado del plato principal. No se disfruta tanto de la cocina cuando te da tiempo a hacer dos digestiones. No menos importante, la mesa está bastante sucia, sobre todo por las esquinas y entre los huecos de adorno el diseño no es funcional. No volveremos. Aún hay mucho por conocer.
Un local que apuesta por ofrecer platos de vanguardia dentro del entorno de lo que antes era una Fabrica de Azúcar. Con un diseño muy moderno y una terraza muy amplia que permite disfrutar del buen clima motrileño. Todos los platos estaban exquisitos y los tiempos de espera han sido los adecuados. Igualmente el camarero ha sido atento y profesional. Sin duda un restaurante con una apuesta diferencia y moderna y vale la pena conocer.
Ya llevo años sin tropezar con un lugar tan pésimo. 5 mesas tan solo, camareros que por sus andares no pueden ni con su alma, el metre pues haciendo trabajo que no hacen sus camareros, dos veces pedimos la carta ya que el código QR de la mesa no valía, ahí vi que la cosa se presentaría aún peor, la primera tapa ridícula, ya sé que no están obligados que es un detalle del negocio, pero amigo estamos en Motril y era ensalada rusa en la que solo vi patata y algo de zanahoria. La segunda normal, un arroz largo algo picante menos mal que la pusieron por qué ya hacía más de 20 minutos habíamos pedido una simple amburguesa que lo adornan muy bien en la carta, pero a la hora nos la sirvieron y el beicon no se veía y lo poco que había estaba como para romperse las muelas, con donut no sé qué más ,que si estaba para nosotros dos fue invisible, cebolla caramelizada que otro tanto de lo mismo y patatas fritas congeladas, ni la cuenta nos quisieron traer , el cocinero salió en dos ocasiones a sacar comida, no había clientes para ese caos, tuvo mi compañero que ir dentro y decir que si no le daban la cuenta se iba sin pagar después de esperarla por casi 20 minutos y los camareros pasando de vacío por delante, y su contestación fué que el camarero esa noche estuvo de fiesta, pues que se hubiese quedado en su casa pero por Dios, para mí es un restaurante de irás y no volverás.
Un restaurante ubicado en la antigua fábrica de azúcar de Motril. Es muy moderno, con una terraza muy chula. En general comimos bien, hay bastante variedad de platos y están ricos.
Sitio de luces y sombras. Cantidades escasas. Por ejemplo pedimos un variado de croquetas y estaban muy líquidas y en cambio de postre pedimos un coulant y al abrirlo estaba cremoso y no líquido como debería a parte de pequeño y seco por fuera. Encuanto a la carne, no se nos preguntó el punto y nos la pusieron muy hecha. Algo despistado el servicio, a veces utilizaban nuestra mesa para poner vajilla de otras mesas.
Celebramos el bautizo de mi hijo en el restaurante, y todo fue maravilloso. El trato con Miriam fue perfecto, estuvimos varios días en contacto previos al evento y nos puso todo muy fácil. Había personas con menús especiales y estuvieron muy pendientes de sus necesidades. El día del evento todo fue mejor aún, el trato por parte de todos fue espectacular y la comida un espectáculo, como siempre. Volveremos a contar con ellos para otras celebraciones. Un placer.
El sitio es bastante acogedor con una terraza que en verano se disfruta mucho. Perfecto para cenas discretas ya que está alejado de el centro de la ciudad. El servicio está bien y la comida muy buena. Además, puedes ver la cocina mientras te preparan la comida. De vez en cuando tienen el plus de que tienen música en directo estilo clásico viento, cuerda etc.
Entorno bonito y cuidado aunque podrían sacarle más partido. Cenamos en el exterior en una mesa alta, que para picar algo rápido no es mala idea pero cuando la cena se alarga resultaba ser un poco incómoda. La comida correcta en cantidad y calidad.
Muy buena calidadComida: 5/5
Manuel es un chico joven con un trato al cliente excelente. El local es genial y sus camareros de 10. Enhorabuena Manuel por ese talante y profesionalidad: la hostelería necesita profesionales como tú.