Rosario Varela

Restaurante novedoso y céntrico en Granada. La propuesta es atrevida, aunque los precios pueden estar algo elevados, los camareros muy serviciales y la calidad de la comida excelentes. El único problema, es que el intento de abarcar muchas mesas y mucha gente es que no Dan a basto con los platos y el servicio.

Un restaurante bien ubicado y ambientado, aunque algo pequeño, con comidas con muy buena relación calidad precio, son platos originales y bastante económicos. Nosotros nos pedimos la presa, las patatas con piel y el salmorejo, todo buenísimo. La única pega es que los camareros tardaban mucho en atendernos.

Restaurante con bonita decoración y mesas abundantes, tanto altas como bajas. Nos hemos sentado en unas altas y los taburetes eran muy incómodos como para estar mucho tiempo. Las tapas que venían con la comida eran generosas en tamaño pero de calidad mejorable. La tortilla de patatas nos ha decepcionado. Y la tarta de queso ‘de la Viña’ no se parece en nada a la original. Atención amable pero lenta, había mucha gente y seguramente poco personal.

Es una sitio con muy buenas tapas. Es uno de los sitios más recomendables en Granada tanto para picar, comer, cenar o tomar unas copas. El ámbiente es único, la decoración, la música y la atención es genial. La cocina no cierra. Volveremos sin duda, pasamos una tarde-noche muy a gusto!

Nos sentamos de casualidad buscando algún sitio para comer, y la verdad es que fue un descubrimiento. Los platos eran diferentes a lo que podemos estar acostumbrados a ver en el típico bar del sur, aún así nos alucinó todo. Mi puntuación de 4 estrellas es porque se les olvidó el último plato y tardaron en servirlo. Buena calidad-cantidad-precio.

Uno de mis sitios favoritos de Granada, la comida riquísima y el trato por parte de los camareros inmejorable, una atención perfecta, recomendándonos los mejores platos y vinos. Relación precio calidad 10/10. Muy recomendable!

Fuimos sin reservar en día festivo y tuvimos que esperar un poco, no se podía reservar sino esperar allí, al menos fue poco tiempo. Una vez en mesa el servicio muy bien, es verdad que al ser festivo tardaron un poco más en servir las bebidas. Aún así los camareros muy atentos y simpáticos. Nos recomendaron algunos platos de los cuales elegimos y en su mayoría acertaron. La comida estaba rica y con una buena presentación. Como destacable la ensalada de burrata, los torreznos y el tataki de ternera estaban muy buenos. En cambio las costillas no estaban a la altura de lo otro pese a ser una de las recomendaciones. Sin duda volveremos a repetir pero reservando antes.

Es un gran restaurante cerca del centro donde poder ir a tomar unas cervezas o unas copas de vino para acompañar una gran cena. Las tapas que ponen con la bebida están muy buenas así como todos los platos que probamos eran sabrosos y elaborados, saliendo de las típicas raciones que encuentras por la ciudad. Tengo ganas de volver para probar los platos que no pude. El local es muy acogedor y los trabajadores rápidos, simpáticos y muy atentos.

Es un sitio con encanto, el interior es acogedor y original, dispone también de terraza exterior. La carta es una apuesta de originalidad. Pedimos tortilla a la cuchara y sardinas a la llama, las dos estaban muy ricas, aunque la tortilla algo líquida. Las tapas que ponen con la cerveza son normales, y cuando pides alguna ración se olvidan de ponerte la tapa de la consumición. El servicio de camareros bueno, atienden rápido y todos muy amables. Buen sitio para ir a tomar algo.

Uno de mis sitios de referencia en el centro de Granada. En pleno barrio del Realejo, muy cerca de la calle San Matías. El ambiente es muy agradable para dos personas o para grupos pequeños. La música y la decoración son un acierto. Los platos tampoco defraudan: con personalidad propia y sabores interesantes. Se incluyen en el menú opciones vegetarianas y carnes de calidad. Las pintas de 1906 acompañadas de pequeñas tapas merecen mucho la pena.

Instrucciones a Rosario Varela con transporte público

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