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Sidreria del Cantabrico Sl.

  1. Getafe
  2. Getafe Bar

Reseñas, información para Sidreria del Cantabrico Sl.

Dirección: 7 Avenida de las Arcas del Agua, 28905 Getafe
Ciudad: Getafe
Ruta: 7 Avenida de las Arcas del Agua
Código postal: 28905


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Reseñas
Servicio al principio bien porque llegamos pronto y éramos la única mesa… cuando empezó a llenarse la sala tardaron 40 minutos en servirnos los postres porque les avisamos como 4 veces para que nos retiraran los platos y para pedir los postres porque atendían a las comandas de las demás mesas antes que a nosotros. La comida de mala calidad merluza seca y pasada, ponían en el plato las colas en vez de medallones los calamares el rebozado no era suficiente y no estaban bien fritos. Nos cobraron mal la cuenta. Tuvieron varios fallos en la comanda… en fin, no repetiremos.
El local es bonito y es amplio con bastantes mesas. El servicio es lento aunque son amables. La comida es bastante mala. Los cachopos secos e insípidos. Parece que no están hechos recientes. La tortilla de patatas quemada por abajo y las patatas crudas. La hamburguesa con la peor carne que he probado... Vamos un desastre. Los postres también regular. La tarta de queso con sirope de fresa y la tarta de chocolate un bloque con almendras quemadas. Una pena de comida. No merece la pena probarlo. A veces merece más la pena más calidad que la cantidad.
Comimos hasta explotar!! La camarera atenta y nos advirtió que eran bastantes abundante los platos, por ese lado estamos más que agradecidos ya que si hubiéramos pedido de más nos hubiera sobrado de más y sería un gasto innecesario... Volveremos a repetir asegurado, música lugar y atención excelente.
Deja mucho que desear el servicio, porque aunque son amables,no se enteran de absolutamente nada.El menú degustación es una vergüenza,ya que te ponen al centro tres platos de pésima calidad.En nuestro caso los platos para compartir eran paella el mismo arroz con pollo que ponen de aperitivo fabada unas judías de bote con algo de aliño y ensalada con pasas y algo de queso,sin ningún tipo de vinagreta. Nos pareció una tomadura de pelo!! Los postres bien siempre que no pidieses flan, porque llega a la mesa destrozado.Para colmo se equivocaron en la cuenta después de pedirla en varias ocasiones y esperar más de media hora.Resumiendo...un desastre!!!
El servicio es amable, pero la comida y la presentación dejan mucho que desear. Nos traían los segundos platos antes de terminar ni recoger los primeros, y además el pescado estaba lleno de espinas y parecía que estaba recalentado, al igual que el pollo. Para rematar la faena nos hicieron mal la factura y nos querían cobrar casi 40 euros de más. Lo siento mucho pero no creo que volvamos.
Puede que sea excepcionalmente el día que he ido yo a probar este sitio y justamente habiendo mesas muy grandes, de celebraciones familiares, la comida de batalla era lo que primaba. El menú fin de semana consta de 3 entrantes al centro, lo cual no supimos hasta habernos sentado, y en este caso eran fabada, ensaladilla y paella.... Combinación explosiva la verdad. Después un segundo. Comentar de los segundos, una milanesa de ternera, hay que cambiar el aceite señores, pareciera estuviera comiendo churros. Un solomillo de cerdo con salsa Cabrales, el corte del solomillo dudoso, la salsa rebajada con agua pésima. Un codillo, comestible. Mencionar de los primeros que solo pudimos comer la fabada, el resto igual, de batalla. Los postres comestibles, bien. El café muy rico y la atención de los camareros genial, la verdad, muy educados y comprensibles. Con el jefe no pudimos hablar porque se había ido tras el servicio. En general, el sitio es acogedor, los empleados muy buen servicio, y la comida la verdad mejorable bastante, no ya como la tratan sino la calidad del producto.
Esta noche reservamos para cenar y para sorpresa nuestra cambiaron el local completamente, ademas del cambio a mejor esteticamente, la comida tambien ha mejorado notablemente, tambien la camarera que nos atendio, Olga, ha sido muy amable, atenta y super simpatica. 10/10 Han conseguido fidelizar unos clientes. Pedimos lagrimitas de pollo, cabrales y cachopo, el cambio tambien se nota a mejor en la calidad de los productos.
Acabo de fijarme que hace tres años esta reseña era de 5 estrellas. Siento escribir esto pero la calidad de todo ha bajado de forma estrepitosa. El cachopo no es el que era ni nada es lo que era. Los calamares que cenamos estaban insípidos como de bolsa. Antes me encantaba ir, creo que el otro día que fui, fue el último :
Estuvimos comiendo el menú de fin de semana y no he visto peor comida que la que pusieron. Primero nos trajeron tres primeros para compartir yo no se lo pondría a nadie y el segundo el pescado solo era un montón de espinas y el pollo estaba asado del hacia unos días, los postres bien y los platos fuera del menú pasables, pedimos la cuenta y nos cobraban 40€ de más. Los camareros muy amables pero un poco perdidos. No volveremos.
No tengo palabras para describir la experiencia. Tras esperar un rato empezó el grotesco espectáculo: Para comer, personalmente elegí el menú 14.5€, ya que a un precio razonable había bastante variedad donde elegir y muchos de los platos parecían bastante apetitosos. Por el mismo precio, también probé algunos platos de las personas que me acompañaban, por lo que puedo dar una experiencia más amplia. Decir que la persona que no pidió menú, eligió para comer el “entrecote”, y si bien estaba bien de sabor, venía acompañado de patatas y pimiento rojo, y este era más grande que la pieza de carne. Yo, que aposté por el menú, de primero elegí las Fabes con almejas. Venían en un caldo muy líquido para mi gusto, un sabor muy muy ligero, y con una fuerte dominante de los mejillones que contenía. La legumbre estaba muy muy dura. Nada recomendable, bien de cantidad, pero como digo, insulso y muy duro. Ademas, el pan que incluía el menú era muy básico, por lo que mi impresión con mi primer flato no empezó muy bien. El resto de primeros que pude probar fueron una paella muy básica y un tanto seca las gambas por ejemplo impelables y por otro lado una suerte de lasaña de verduras, que estaba bien en cuanto a sabor y cantidad, pero ya vino entre templada y fría. Tras unos primeros bastante decepcionantes en general, esperamos con ansia a los segundos, con la ilusión de quitarnos el desconcierto que provocaron los primeros. Entre tanto había caído la primera ronda de tercios de Estrella Galicia que pedimos, y al pedir la segunda el camarero nos indica que estos no entran en el menú, y si los dobles de cerveza Mahou, por lo que pedimos 3 de estos. Aparecen 3 copas con 3 dedos de espuma, por lo que la cerveza OK, pero podría estar mejor tirada. Tras otro ratillo de espera al fin hace acto de presencia la segunda ronda de segundos, que resultaron ser el plato fuerte. En mi caso, pedí el cordero al romero. Tuve que realizar una ardua tarea de exploración para conseguir hallar la carne entre los huesos y la capa de grasa adherida a la piel. Era un plato muy muy grasiento y con un muy escaso contenido en carne. Las patatas que venían de guarnición tampoco se salvaban ya que tenían un sabor extraño. No son las típicas patatas que se hacen con el cordero y saben tan ricas; el origen de estas era bien distinto, eran más parecidas a las de una ensaladilla. Llegados a este punto mi decepción ya fue total. Igual podría ser algo aislado, que mi plato no funcionase por algún motivo y el resto de acompañantes estuvieran disfrutando de su comida, pero al mirar el contenido de los platos del resto de personas de la mesa se confirmaron los peores temores de todo buen comensal; no quedaba ni el consuelo de picotear en plato ajeno para intentar saciar el hambre que asediaba mi estómago a esas horas de la tarde el servicio se descubrió que no era el más rápido. Mis acompañantes pidieron por una parte pescado, el cual venía barnizado por una salsa un tanto extraña y de un sabor un tanto indescriptible. Era lenguado, pero venía muy rígido, imposible de despegar la espina del cuerpo, y bueno, con un aspecto que no era precisamente la imagen que tenemos de un plato apetitoso. Hubo que pedir que retirasen el plato y que trajeran otro carne a la brasa creo recordar, este otro estaba bastante mejor la verdad y no pusieron pega alguna. El pollo con patatas al cabrales que pidió la otra persona, cumplía sin más. Sin más. Por último, los postres no cesaron en su afán por sorprendernos, aún con el escaso margen de maniobra propio en estos platos. Los flanes resultaron ser tamaño dedal, aunque buenos de sabor; y el café solo con hielo, parece ser que aquí se sirve sin hielo y con leche. Es un detalle tonto, pero sirvió como toque humorístico, por que ya a estas alturas de la velada decidimos tomárnoslo como una pintoresca experiencia y en tono de humor. El sitio no está mal de precio y el local ciertamente está bien, pero por el precio que pague y la experiencia que viví, no merece la pena la aventura.
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