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Acebron

  1. Matalascañas
  2. Matalascañas Bares De Tapas

Reseñas, información para Acebron

Dirección: Sector A, 31 , Matalascañas 21760, ES
Teléfono: 959 44 85 58
Ciudad: Matalascañas
Ruta: Sector A, 31
Código postal: 21760


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Reseñas
Hoy ha sido la primera vez que hemos comido aquí. La comida muy buena y abundante, hemos tomado croquetas y revuelto, no hemos podido terminar con el revuelto. Todo buenísimo y lo mejor la atención de las dos camareras. Muy recomendable, y buen precio. Ah, de postre tarta de piñones y tocino de cielo, para tirar cohetes.
Es difícil de encontrar, por que Google lo sitúa en el borde de la calle y están detrás de los edificios, llegamos porque llamamos y la camarera salió a buscarnos ?donde se ha visto algo así? Las gambas muy ricas ! …. Y los boquerones MÁS !! el tomate normalito y buenos postres y vinos por copa muy adecuados. Precios contenidos… está claro que es mi sitio de referencia en Maralascañas Lo mejor, los boquerones y los camareros
Un buen restaurante en el centro de Matalascañas. Es mejor reservar con antelación en época veraniega ya que se llena todos los dias. La carta no es muy amplia pero es mas que suficiente. Los precios acorde a la calidad que ofrecen y los empleados muy amables y serviciales.
Me sorprendió el servicio de lo bueno que era. Se me ocurrió llamar para reservar, porque como es una zona de veraneo, no sabía si habrían muchos sitios abiertos para cenar un sábado en marzo. Menos mal, porque llegamos a las 21:00h y a las 22:00 había cola esperando para entrar. Pedimos un variado de croquetas, un pan con Melba, unos boquerones, una tarta de naranja con chocolate por encima y la bebida. No hay fotos completas, no llegué a tiempo de tomarlas. Se notaba que todas las mesas estábamos a gusto. Muy buen rollo.
Me pedí atún y fue todo un acierto, un lomo de casi dos dedos, hecho en su punto, buenísimo , jugoso, y para mi pareja presa que también estaba riquísima, de postre uno casero de queso muy muy bueno. El camarero que nos atendió super atento, servicial, simpático de los que ya es difícil encontrar. La pena que ahora ya solo abren los fines de semana que es muy entendible. Volveré seguro
Restaurante recomendado si vas a Matalascañas, difícil de encontrar porque Google lo marca donde no es, está subiendo las escaleras que marca Google a la izquierda en el edificio. La comida un 10, salvo las croquetas que leí muy buenas recomendaciones y tampoco me han parecido nada del otro mundo, no les encontré ningún sabor. La atención de los camareros de 10. Si vais aquí como recomendación personal es llevar repelente de mosquitos.
VISITA OBLIGATORIA El sitio es la típica tasca de la zona de playa de Huelva, con ese encanto característico, no esperes ver luces Led y alta cocina, todo lo contrario, la calidad/precio es la esencia de esta casa, el trato insuperable, con cariño, respeto y un toq de humor, si te gusta el queso roquefort, pide las croquetas del mismo, te dejarán con los ojos en blanco...brutales, la gamba es más pequeña de lo que estoy acostumbrado a comer, pero la calidad y el precio son inmejorables, el pisto con berenjena buenísimo también, se notan los productos caseros de la tierra.
No tuvimos mejor manera de acabar nuestra estancia en Matalascañas. Al ver tan buenas reseñas decidimos ir a cenar allí, y no nos arrepentimos en absoluto. Pedimos media ración de croquetas caseras y gambas a la plancha, que estaban deliciosas y nos atrevimos a probar las berenjenas con pisto, huevo y queso gratinado, que estaban fuera de la carta. Solo os digo que rebañamos todo el plato con pan. El precio total junto a dos bebidas salió a 20€ por persona éramos dos, así que sin duda lo recomendamos si pasáis por Matalascañas. Por cierto, hay que llamar para reservar con antelación y no me extraña, por la buena fama que tiene se llena enseguida. Ojalá tengamos el placer de volver algún día!
Espectacular, recomendado y con una calidad de lujo. Los “panes” están de rechupete al igual que el pisto manchego y el flamenquín. Hemos repetido dos veces en tres días.
No es la primera vez que visito este local y aseguro que tampoco será la última. Una visita como siempre digna de este restaurante tan conocido y entrañable. Empezamos con una tapa de flamenquín de esparrago blancos con salsa de almendra, un plato tan fácil y sencillo pero sabroso y apetitoso. No olvidemos la guarnición de patatas aliñada que lo acompaña, es una pasada. Continuamos la velada con el pan de pueblo que nos ofrecieron poder partirlo por medio y hacerlo de todos tipos, en este caso elegimos el de pate de pato con solomillo y el de gulas al ajillos con alioli y huevo de codorniz. A continuación, nos sirvieron el revuelto aragonés, ese huevo al punto, con esas patatas, cebolla pochada, calabacín y coronado con el jamón de bellota, es sin duda uno de los mejores platos de la carta. Para terminar nos pedimos unas mollejas de cordero a la plancha, crujientes y blanditas con un punto bestial. Es muy importante resaltar que las patatas eran naturales y muy bien fritas. Y lo mejor, que esta experiencia gastronómica tan solo costo 40 euros. No dudéis en probarlo.
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