Reseñas
Simplemente sublime. La comida está buenísima: el ajoblanco es una delicia. Además, esa combinación de ciertas comidas mexicanas con platos totalmente tradicionales andaluces es excelente. Y no solo eso, sino que la música jazz que ambienta el lugar confiere al bar un entorno muy disfrutable en pleno casco antiguoComida: 5/5
Un espacio cálido y acogedor. El ajo blanco y las patatas al roque son espectaculares. Y todas las tapas en general son deliciosas. Y, siempre, muy buena música. Para mí, sin duda, uno de los mejores sitios de Sevilla.
Un ambiente increíble. La mejor música de Sevilla jazz, pink floyd. El dueño es una persona muy afable y que tiene una conversación cultural muy interesante. La comida excepcional. Las papas bravas, al roquefort, las alcachofas guisadas…nada de cosas congeladas de bolsa. Todo casero
Buen tapeo y ambiente para compartir gustos musicales.Comida: 5/5
Es un sitio verdaderamente particular para tomarse unas cervezas o unas tapas. El dueño es un absoluto experto en jazz y pone una música magnífica.También se pueden comprar vinilos de segunda mano. En cuanto a las tapas, yo recomendaría la comida mexicana; tiene los mejores burritos de Sevilla.
Un bar pequeño con buena música. El dueño muy amable, nos contó los platos que había ese día y que no aparecían en la carta. Nos decantamos por el ajoblanco 3'75€ y un flamenquín de presa ibérica y Cabrales 4'50€. Ambas cosas estaban muy buenas, el flamenquín un poco pequeño pero lo compensaba la calidad de los ingredientes. Las cañas tamaño el cañín de Madrid a 1'30€ cada una.
Mítico en Sevilla. Sabor añejo auténtico. Se come bien y el ambiente es tranquilo. Sencillez y magia
Es un bar diferente, pequeño y acogedor, y el dueño y camarero es siempre muy atento. Me encanta ir a este sitio vada vez que estoy por la zonaComida: 5/5
Parecía que no quería atender el día que fuimos, pues más bien parecía que estábamos, ni un adiós. También el local olía a aceite quemado, fatal, nos quitó las ganas de pedir. Los picos rancios pero la cerveza buena. El diseño del bar auténtico. Simplemente hay que abrir por la tarde, quitar la cocina y dedicarse a servir bebidas y poner música de jazz, blues y rock.
lo encontramos gracias a que estaba al lado de nuestro hotel. Menuda sorpresa! las tapas son muy generosas e impresionantes. La ración de ajoblanco y de salmorejo son enormes y muy bien apañadas el primero con uva, el segundo con su jamón y su huevo. Las papas en adobillo, la tarta de roque sorprendente!!... Sin duda, lo recomendaremos a conocidos, y repetiremos si volvemos por allí