Reseñas
Buenísimo ejemplo de que menos es más. Cocina catalana sencilla a la vez que deliciosa y preparada al momento. Tomamos patatas con romescu, mongetes con butifarra, lomo a la sal, dos tortillas y pa amb tomaquet, compartiendo todo tres personas. Salimos a 22€ persona con café y bebidas. Calidad precio imbatible, volveremos
Me enamoré de este restaurante hace años y no he dejado de ir. El ambiente, la atención, el cuidado de los ingredientes y las sugerencias del día son razones poderosas para recomendar este lugar. No os podéis perder los “patatons amb romesco” y el confit de pato. Las tortillas están hechas con huevos de gallinas camperas, cualquiera es una delicia. No podéis salir de Belmonte sin probar el flan de mató.
Tenía muchísimas ganas de venir y, aunque la atención es inmejorable y la comida de calidad, me ha parecido que la elaboración de los platos dista de estar a la altura de las expectativas que me creé al ver la web y sus críticas. De igual forma creo que el local, que tiene encanto, podría estar un poco más cuidado. Aún y así lo recomiendo!
Un lugar acogedor con buen ambiente, económico. Comida casera, sabores catalanes, todo muy rico. Servicio amable.
La atención y comida son de lo mejor en la ciudad, recomendado para turista y locales que quiera disfrutar de agradables cenas
Sitio con buena comida y atención, ideal para ir con la pareja. El vermú y el tapeo nos encantó. Y el confit d'ànec excelente. También el flan de mató.
Restaurante perfecto para ir a cenar tranquilo en el gótico, alejado del bullicio de los guiris. Comida de calidad. Recomiendo comer en la barra si no quieres la formalidad de la mesa. Precio: medio Ideal para ir con: amigos o pareja. Ambiente: simpático y agradable, Servicio: Atento, rápido y cercano. Volvería? Claramente sí!
Cocina casera en el centro de la ciudad. 100% producto local y trato muy agradable. Una de sus especialidades son las tortillas. La relación calidad-precio es espectacular. Déjate recomendar por la chica que atiende y seguro que aciertas.
Me ha parecido un sitio estupendo, buena comida y buena atención. Platos elaborados por ellos mismos en el momento, carta reducida con especialidades. Unos 25 euros con postre y vino de la casa muy correcto. Postres mejorables pero buenos. Tradicional, tranquilo, acogedor. Recomendable.
Rincón imprescindible para cocina catalana de una finura inusitada. La sencillez llevada a lo exquisito. Atención acogedora sin abrumar. Relación calidad precio imbatible.