Bravo24

Bravo 24 se encuentra en la parte de arriba del Hotel W y su chef Carlos Abellán es reconocido con una Estrella Michelin. Es un sitio que está decorado con estilos modernos, me llamó la atención una estatua de caballo blanco que tienen en la terraza, las mesas las orientan hacia ella, hay varios espacios en el restaurante zona de barra, mesas grandes, y el ambiente me pareció que era mayormente extranjero, clientela del hotel. Quisimos probar el menú degustación del Chef, que consistía en un recorrido por toda la carta; desde tapas como croquetas o una gamba a la sal, a platos más densos. Desde mi punto de vista los platos tenían mucha cantidad y acabas saturado a mitad del menú. Destacó la fideuá con butifarra, muy sabrosa y no había probado nunca esa mezcla aunque pesada para cenar. El servicio fue atento y muy amable, todo el rato pendiente. Nos hicieron un maridaje personalizado con vinos propios, El tinto me encantó, perfecto para la comida. Muy buen trabajo en ese aspecto. Aunque todo fue correcto exceptuando las cantidades dudo que vuelva. Le doy un 7/10.

Una comida, teoricamente de categoria, que me ha dejado una sensación fria. La verdad me esperaba más y mejor de un sitio rodeado del glamour que se le supone al hotel vela y con un chef de estrella michelin. La terraza dicen que es preciosa por su ubicación frente al mar, lastima que llovia y no pudimos disfrutarla, pero la crítica en torno a la comida y el servicio escapa de las inclemencias del tiempo. La comida no estaba mal, pero no justifica el precio que por ella cobran. El rebozado de los calamares empachaba en exceso y el arroz estaba un pelin duro, las gambas, eso si, estaban bueníssimas. El servicio tenia fallos grandes para lo lujoso del sitio, por ejemplo, un steak tartar se prepara delante del comensal precisamente por que sus ingredientes se comen crudos, no puede hacerse a espaldas del comensal y luego mostrarlo. Si te preguntan si quieres comer el arroz directamente de la paella o lo prefieres en plato y eliges el plato, el arroz sobrante de la paella con sus gambas y todo deben dejartelo por si quieres más, no retirartelo sin que te des cuenta... al fin y al cabo estas pagando la paella entera, no lo que el camarero ha querido servirte media paella desapareció por arte de magia. Tambien hay otras cositas como el acceso a los servicios, a traves de unos pasillos por donde dudosamente cabe una silla de ruedas... pero en fin, que quieren tener una categoria que no tienen, pero por la que si cobran.

Personal super atento.Muy pendientes de todo.Local bonito,terraza con vistas estupendas y muy buen ambiente. Comida muy buena,nos explicaron todo lo que llevaba.Ideal para ocasiones especiales.

El servicio excelente desde el minuto cero en que entras al local. La decoración es original y los espacios están constituidos de tal forma que hacen que tengas una agradable cena con intimidad. Los aperitivos sencillos y deliciosos! La comida buenísima y con toques muy originales. Vale la pena pedir un té para que te muestren la gran selección de tés i infusiones que tienen.

Gran Decepción : Insistí a la família para ir a este restaurante, pero resultó ser uno de los peores restaurantes en los que hemos estado. Teníamos la reserva hecha desde hacía una semana y nada más llegar, ni nos saludaron. Estuvimos esperando de pie unos 10 minutos hasta que dijimos que no era trato digno de un restaurante de caché. Sin ni siquiera una disculpa o una sonrisa de amabilidad, nos enseñaron finalmente cuál era nuestra mesa. Y en la mesa estábamos 1 hora después. Con solo un agua para 4. Ni un tentempié a modo de disculpa por el retraso, ni una cara amable demostrándonos atención. Nada. Después de volver a llamar a la camarera, nos trajeron el cava... caliente! Y al cabo de otro largo rato llegaron al fin! llegaron los primeros. Por supuesto, hubo otra gran espera hasta que llegaron los segundos. Los camareros iban y venían por el restaurante pero sin resolver nada, ya que el restaurante no estaba lleno, ni mucho menos y las mesas de alrededor que habían ido acabando, estuvieron todo el rato sin recoger. Para rematarlo todo, se equivocaron 2 veces con la cuenta. Una no era de nuestra mesa y la otra cobraban más bebida de la que habíamos pedido. Increíble. Un restaurante que presume esta categoría no debería disponer de este pésimo servicio y este mal trato con el cliente. Desde luego no lo recomiendo.

Una decepción.. Celebramos una comida de cumpleaños con menú cerrado estuvimos 24 min solo con agua llegaron los entrantes y de nuestra botella de vino y cervezas ni rastro añadir que nadie nos preguntó si queríamos algo de beber tuvimos que ser nosotros casi al final ser maleducados para lograrlo. El segundo plato era paella nisiquiera nos la presentaron.. ni rastro de algún tipo de gamba o familiar... Super seco el arroz horrible aparte de unas cantidades ridículas. La verdad que fue una comida divertida tuvimos mucho tema de conversación . El precio por la decoración y la localización es correcto pero... No voy a un restaurante a mirar los muebles.

Restaurante situado en el hotel W de Barcelona. Tiene una carta con muy buenas tapas y segundos excelentes. Pedimos primero para picar : patatas bravas, bombas, buñuelos bacalao y longaniza de Vic Los segundos arroz con gambas, suquet de pescado y hamburguesa. Los postres de otra galaxia , especialmente la baldosa de chocolate con sal. El servicio muy amable y atento. Merece una visita sin ninguna duda

En pleno viernes 27 de julio estábamos nosotros solos con otra mesa de dos personas. Experiencia decepcionante. Ni Abellán ni nada; comida normalita tirando a mala a precios desorbitados. Y el servicio pésimo, al nivel de tener que pedir lo mismo 3 veces o esperar la carta de postres más de 15 minutos. Y eso estando solos en toda la terraza!! Aunque no me extraña haber estado solos porque el sitio es desastroso. No volvemos ni locos. Y es una pena porque la localización es para sacarle partido.

Esta ubicado en el hotel W Barcelona, el espacio es espectacular, la terraza ideal para disfrutar del verano. El restaurante es un proyecto del chef Carles Abellan. Especialistas en carnes, cocinadas en parrilla de encina, que le dan un toque delicioso al producto. El personal es súper amable y atento.

El restaurante te recibe con una original y muy grande barra circular, dónde puedes tomar algo y dónde el personal te atiende al llegar. Una camarera me acompañó desde ahí a la mesa que teniamos reservada el grupo con el que había quedado: un espacio desde el que podiamos ver todo el local pero convenientemente separado de las otras mesas para ofrecer una cierta intimidad. La comida me pareció muy buena, sin buscar sabores raros ni exagerados en los platos, pero consiguiendo un muy buen punto de originalidad con los acompañamientos y los aderezos el puré de raiz de apio, que acompañaba al rape, por ejemplo. No defrauda ni la calidad de la comida ni del servicio.