Cafeteria Orly

Sitio cerca del acueducto. Pincho de tortilla algo seca yo diría que era de ayer, dado que las esquinas estaban ya un poco resecas. Quizás la camarera debería de practicar el modo simpatía, ya lo debe tener en off. Eso si respetuosa y profesional. Precio por dos botellines en terraza 4 euros. Tampoco tan malo como lo ponen en el resto de reseñas.

Me veo en la situación de realizar una reseña bastante negativa debido al pésimo trato recibido. El resumen es el siguiente: llegamos, no nos atienden, nos acercamos a la barra a pedir desayuno, nos dicen de forma poco amable que nos atiende en la terraza; volvemos a esperar, nos dicen que solo sirven comida en la terraza de arriba y no de abajo; acto siguiente, vemos a la camarera servir toda una bandeja de pinchos a la mesa de al lado nuestra; intentamos volver a pedir de comer y nos dicen que no podemos; intentamos hablar con el camarero de forma educada para entender la situación y tras cobrarnos nos deja la palabra en la boca y se va. Sitio muy poco recomendable, si podéis elegir otro sitio hacerlo, es una pena teniendo tan buena localización.

5 y media de la tarde de sábado, 10 minutos esperando en la terraza a que nos atiendan.... cuando entro dentro están 3 camareros viendo la vuelta ciclista y de risas. El baño de mujeres ni lo comento, ya pongo foto y eso que las fotos no huelen... imagino que estarán esperando a que entre alguna compañera camarera para que lo limpie ella...de pena todo..

La atención muy rápida y educada. El tiempo de espera es breve y calidad precio van acompañados, ya que es un sitio barato que esta bien. La única pega, la cantidad de comida que puede resultar un poco escasa, pero buen sitio para comer y seguir explorando la ciudad

Hemos "cenado" y el plato valía 9 euros, 11 si era con bebida y postre. Ni mi amigo ni yo hemos pedido postre y nos ha cobrado los 11. Encima nos quería vender una caja de monster. A otros clientes que querían cenar de bocadillo les ha dicho que no tenían pan, que fueran a por el pan y ellos les preparaban los bocadillos. En fin, patéticos

No suelo hacer reseñas negativas, pero esta está bien merecida. Hemos desayunado aquí esta mañana: 3 cafés y media tostada de aceite, tomate y jamón una loncha translúcida de paquete de supermercado, todo por un módico precio de 9€. Creo que ha sido un robo a mano armada, desayuno a precio de oro.

Lamentable servicio. Supuestamente pedimos un plato combinado por 9€ y a la hora de pagar se convirtieron en 12€ por arte de magia. Encima las patatas sabían a merluza y el jamón era de pegatina. La camarera un poco borde. No perdáis vuestro tiempo.

No llegué a sacar foto porque me daba vergüenza, pedí un menú con un plato único, con 8 patatas fritas, un pimiento enano, y un filete de ternera juro que era una loncha de fiambre de grosor solo se veía espacio en el plato, el postre era un cuadrado de tarta 4cm x 4 cm y no exagero. No me importa pagar si voy comer bien, aunque sean huevos fritos. Pero esto es un robo y @policianacional porque roza la usura. Hay lugares que vas un poco por tapear, y esta claro que a Segovia no volveré porque no es el único

Bueno como decir que los camareros poco profesionales. Además se les ve sobrados no tienen de nada. Muy mal servicio y desagradable. Intentar evitarlo

LA PEOR EXPERIENCIA EN UN BAR DE MI VIDA. Pongo una estrella porque no se puede poner menos!!! El servicio ha sido nefasto, si me hubieran dicho que habíamos sido víctimas de una cámara oculta de mal gusto, me lo hubiera creído. Es una pena que haya sitios así, que sobreviven por estar en una buena ubicación junto al Acueducto pero aborrecen al público. Después de pedir y pagar nuestras consumiciones en barra, porque no atendían en la terraza de la parte de abajo no había camarero antes de la una, nos dicen de malas maneras que la comida sólo se puede pedir en la terraza de arriba a uno de los camareros. Al movernos a esa terraza para comer algo, el camarero que tiene que tomarnos nota se niega a atendernos diciendo que estaba agobiado, pero sigue atendiendo otras mesas con muy malas formas e incluso utiliza insultos. Al intentar aclarar la situación, el camarero se niega a mirarnos, hablar con nosotros y nos hace gestos impropios con los brazos.