Cancook Restaurant

Restaurante de referencia en Zaragoza. Menú degustación increíble, con una atención al comensal acorde al nivel que estás pagando. El ambiente es fabuloso y la calidad de cada plato es de indudable categoría. Me gusta mucho cada versión que te muestran llegando a jugar con sabores únicos para el paladar. Recomiendo 100% poder disfrutar de Cancook si el bolsillo te lo permite.

Fuimos 2 amigos para celebrar un premio que habíamos ganado y la verdad que excelente decisión. Era la primera vez que íbamos a un estrella Michelin y quedamos fascinados. Cuanto te explican los platos, alucinas pero al menos a mí se me olvidaba al minuto la mayoría de las elaboraciones. Con el menú esencia y el vino salimos a 80 por cabeza. Lo bueno es que no nos cobraron el pan porque nos hinchamos a untar las salsas; sobre todo la del rodaballo que era brutal. En conclusión, para darte un capricho y si te gusta la cocina está más que recomendado.

Experiencia espectacular. Fuimos a celebrar nuestro aniversario y mereció la pena. Quedamos encantados por todo: la visita a la cocina, el trato del personal, la calidad de los platos,… Una maravilla

Local pequeño pero agradable. Buen trato. Fuimos en diciembre y el menú que había fue variado como en la mayoría de este tipo de restaurantes. Fue mi primera experiencia en un restaurante con estrella y he de decir que cumplió con lo esperado, pero no me sorprendió.

INCREÍBLE EXPERIENCIA! Desde luego que tienen una estrella michelin bien merecida, el local súper bonito, elegante y cuidado. El trato al cliente es impecable, súper atento, bien coordinados para hacer disfrutar al cliente de la experiencia al máximo, porque ir a un restaurante así no es solamente comer es vivir una experiencia. Por otro lado la comida extraordinaria el mejor plato sin duda el pichón dan ganas de repetir mil veces! No hubo ningún plato que no me gustara, todos me parecían muy buenos, únicamente el plato final de los bombones, el que era de plátano cocinado en la olla ocoo, me parecido desagradable en la boca y es lo único que no me gusto nada de lo que comí. Aún así recomiendo el restaurante y vivir la experiencia porque es un 10

Una estrella Michelin bien merecida!!! Con todo siempre hay cosas a mejorar y no me extrañaría que acabaran consiguiendo la segunda. El sitio: Es un local pequeño, pero muy elegante y aprovechado al máximo. El servicio de comida comienza con un pequeño tour por las instalaciones. Está bien. Tienen una selecta carta de vinos. Cosa obligatoria a esos niveles. Confieso que a mí eso no me dice nada. En un restaurante así el peor vino es magnífico. En lo que a los platos se refiere es sencillamente sensacional. De lo que he visitado hasta el momento en ese sentido el mejor. 18 pases en el menú festival. Raciones correctas y una eclosión de sabor en todas las elaboraciones. El trato fue también exquisito. Nos atendió Andrea. Un 10!!! Ramsés es una persona perfeccionista. Atenta y que vela para que todo salga bien. Como decía al principio una estrella Michelin muy merecida. Por aquello de completar la crítica, con carácter constructivo, señalaría: En el hall hay que tener un plan B. Un mini-vermut, una proyección de imágenes del restaurante… algo con sentido que no haga esos minutos de espera vacíos. Asimismo en la bodega pondría una mini mesa en la que dejar el aperitivo para no caer en el error de que el comensal quiera coger el plato. Por lo demás todo perfecto. Enhorabuena al personal!!!

Celebrando los 30 años juntos después de meses de retraso. Espectacular la nueva ubicación, más íntima y cercana. Exquisito el trato del personal y la propuesta gastronómica.Comida: 5/5

Sin duda es una experiencia única. Tanto por la cocina como por el trato exquisito. En nuestro caso escogimos el gran menú que contiene 14 pases. El servicio te explica detalladamente qué es lo que vas a comer en todo momento y las indicaciones apropiadas para hacerlo de la mejor forma posible. Es toda una experiencia para los sentidos y lo recomiendo mucho. Evidentemente todo tiene un precio pero merece la pena.

Todo cuidado al detalle, los platos muy sorprendentes y el servicio muy amable, la chica que prepara los cafés es un encanto. Fuimos a celebrar un cumpleaños y tuvieron un detalle en los postres. Ya tenemos ganas de probar el nuevo local!

Pocas veces he salido triste de un restaurante, ayer fue una de ellas. Quizás ayer tuvieran un mal día, quién sabe. Empezaron con dos tapas en la cocina y una kombucha. La aceituna amargaba y la anchoa mataba el sabor de la explosión que se producía al morderla. El resultado fue un ardor muy desagradable. La tapa de tortilla, después de esto, no me supo a nada. En segundo lugar, sirvieron una tapa de pepino con trucha correcta pero sin más y un bombón de foie con caviar que solo sabía a sal. Segundo intento para destruir mi estómago que no consiguieron. Las dos últimas tapas fueron espectaculares. ¡Remontamos!-pensé-. Se trataban de una empanada de sobrasada muy rica y un gofre de manitas de cerdo. ¡Por fin se nota la estrella Michelin!-comentamos-. La ensalada mantuvo el nivel y el pescado, aunque rico, no era nada espectacular. 2 cm cúbicos de bacalao con el salado al límite con una salsa correcta. Pero aquí viene el desastre definitivo: la carne. Un trozo de costilla duro, muy mal cocinado con una salsa quemada. Me la comí por desidia pero mi hermana se la dejó. 100 euros por persona por esto. El trato es correcto, a veces excesivamente pesados, pero es propio de establecimientos de este tipo. El postre estaba muy bueno.