Casa de Botes

Personal agradable. Precios razonables. Mesas en el interior y también fuera en la calle. La comida no nos gustó demasiado: la ensaladilla rusa falta de sabor y sólo con patata y mayonesa y una lascas de bonito encima; los calamares rellenos de pasta de ortigas de mar, insípidos, y el arroz de marisco también falto de sabor y sólo llevaba unos mejillones y unas gambas peladas.

Nos lo habían recomendado y ha sido todo un acierto. Estaba todo muy bueno, el personal muy agradable y el local es pequeño pero muy coqueto. El calamar a la plancha excepcional, probamos el caldillo de pintarroja y está también muy bueno y es original, el secreto en su punto y el tomate muy rico.

Me decepcionó un poquito. Siempre que paso por la terraza de este restaurante está lleno, anoche que vimos una mesa libre no dudamos en parar. Creo que no es mi tipo de restaurante o al menos no lo que queríamos para la cena. La carta es corta, tiene marisco y arroces principalmente. Nosotras pedimos una rusa que estaba bastante buena y unos boquerones, no puedo comentar mucho más. Volveré con ganas de marisco, caldo de pintarroja o gazpachuelo Está bien de precio. Pagamos 15€ por persona sin y con . ‍‍El servicio desbordado, agradable pero desorganizado. ‍Tiene terraza y un comedor en la planta superior

Nos lo habían recomendado y vaya acierto!!!! Restaurante chiquitín, pero con una calidad excelente en sus platos. Pedimos para cenar presa ibérica y secreto ibérico y una ensalada de tomate brutales con atun....tremendo!!! Y el postre de mil hojas fantástico!!

Buen sitio, magnífica atención por parte de las camareras muy amables, tienen una buena carta y una gran carta de vinos, aproximadamente unos 120, definitivamente merece la pena probarlo“, tienen cosas muy ricas.

Mi pareja y yo tuvimos el placer de visitar el restaurante "Casa de Botes" y debo decir que fue una experiencia maravillosa. El servicio fue excepcional desde el momento en que llegamos. El servicio nos recibió con una sonrisa y nos guió a nuestra mesa, que estaba decorada con gusto y estaba situada en un ambiente tranquilo y agradable para ir en pareja. La carta del restaurante ofrece una variedad de platos tradicionales españoles, pero lo que realmente nos llamó la atención fue la paella de presa ibérica. Era una delicia para los sentidos. La paella estaba hecha con arroz de gran calidad y estaba llena de ingredientes frescos y sabrosos, como la presa ibérica y espárragos. El sabor era increíblemente rico y complejo. Mi pareja y yo nos miramos con una sonrisa de satisfacción con decir que estuvo callada mientras duró la paella!. No podíamos dejar de darle vueltas a lo delicioso que estaba el plato. Además, el vino “Ribera del Duero” de copeo, no en botella entera del restaurante, complementaba perfectamente con el sabor de la paella. El vino era intenso, con notas a frutos negros y especias, que se fusionaban de manera equilibrada con la paella. No podemos dejar de mencionar que el precio del menú era ajustado en relación calidad y precio. Realmente consideramos que es una excelente relación, el precio es justo teniendo en cuenta la calidad de los ingredientes y el servicio excepcional. En resumen, la experiencia en el restaurante "Casa de Botes" fue simplemente inolvidable. El servicio excepcional, la comida deliciosa, el vino maravilloso y el ambiente tranquilo y agradable para ir en pareja hicieron que la comida fuera perfecta. Sin duda, volveremos a visitar este lugar y recomendamos encarecidamente a cualquiera que esté buscando una experiencia culinaria española excepcional.

Casa de comidas tradicional en el SOHO malagueño. Un local familiar con terraza. El local tiene una sala en la segunda planta algo incómoda de acceso. La terraza de la calle es agradable, junto a la de otros muchos bares de la zona. Una cocina tradicional, con buenos guisos y sabor tradicional. Empezamos con una tapa de morena en adobo. Es sorprendente ver este plato en estos lares. El adobo potente, pero muy bueno y el punto del pescado perfecto. Seguimos con una tapa de gazpachuelo, sopa malagueña por antonomasia. Correcta, el pescado y la patata en su punto, el caldo con poco sabor a pescado y la mahonesa ligada con batidora eléctrica. El último plato, un arroz con presa. Sofrito de ajetes y espárragos con mucha, mucha presa. El arroz algo grasiento y meloso, para mi gusto un poco más "socarrat" hubiera estado mejor. De postre una milhoja con nata y chocolate que no aportaba nada. Lo más sorprendente, la carta de vinos. Una carta hecha a mano y con cosas muy interesantes, difícil de encontrar. La atención correcta, en algunos momentos un poco caótica, pero no es de extrañar por las circunstancias actuales donde no saben si pueden o no abrir. Un buen sitio al que ir si estas por la zona y quieres comer cocina tradicional malagueña.

Pequeño pero acogedor restaurante en Málaga. Dos plantas. Mesas en la superior y en la calle. Para subir a la planta alta hay una escalera de caracol. Buena comida, servicio rápido y buena relación calidad precio.Comida: 5/5

Sitio encantador con opción de comedor y terraza. Carta muy amplia y todo apetecible. Nos dejamos guiar con el asesoramiento de Ana y fantástico servicio de Giselle. Buen producto, buenos platos caseros y perfecta atención del personal.

Nos gusto muchísimo la comida. Los arroces buenísimos, tanto el de verdura como el de marisco. El calamar a la plancha delicioso. Y para los más pequeños el mousse de donnetes espectacular.