Cervecería El Portillo

Vinimos a tomar unas cervezas. La atención fue correcta y son bastante rápidos Las tapas tienen una pinta que deja un poco que desear Buena localización y al lado del metro Embajadores

Venimos a tomar una tapas en las cuales pedimos la comida con ali-oli , el “alioli está en mal estado , pero siguen poniendo las demás cosas que pedimos con alioli con lo que sigue estando igual de malo. A lo que el camarero responde que no nos gustará el alioli casero . Con lo que coge nuestro cuenco de alioli y se lo mete en la boca . Deja mucho que desear , camarero borde y antipático . Y nos intenta convencer de comer algo que no está en buen estado . Y como colmó la rosca a parte del alioli en mal estado , el pan con crudo . No se recomienda para nada !

Fuimos el domingo a comer dos personas y fue lamentable. Nos pusimos en dos mesas de la calle que tienen apartadas de la otra terraza externa y cubierta. Entré dentro para preguntar si servían en terraza,y la camarera de la barra me dijo que saldría un compañero. Esperamos y no venía nadie,tomé la iniciativa de ir a buscar a una camarera latina que había en la otra terraza y me dijo que ya iba. Desde el inicio comentamos que íbamos a comer y por favor nos trajeran la carta,pues bien, pasaron más de 15 minutos y sin carta. Vimos a un camarero a través del cristal y le levantamos la mano para que nos atendiera,nos preguntó y dijimos que nos faltaba la carta, la cual habíamos pedido a su compañera, " ahora mismo os la traigo" , 10 minutos después sin carta, las consumiciones prácticamente vacías y sin ganas de pedir otra ronda, obviamente. Sale la chica latina a la que inicialmente le pedimos la carta,y reiteramos que nos falta,se sorprende y dice que ya nos la trae así fue, no está mal, a la tercera va la vencida. Viene a los dos minutos y nos dice automáticamente y de manera literal " eran bocadillos lo que querían,verdad?" Nuestra cara era un mapa,y contestamos que no,y que nos diera un momento para ver la carta,puesto que la acababamos de recibir. Finalmente,tras más de 35 minutos hasta la comanda,pedimos una rosca, y un plato combinado de pechuga de pollo. Viene el camarero al que también le pedimos la carta la segunda vez y dice que va a tardar un poco la cocina, nos asustamos y preguntamos cuanto tiempo,respondió que 10 minutos eso no es esperar para dos platos,pero mejor así,nos comentó que la rosca iba a ser en barra porque así se comía mejor, de nuevo nuestra cara fue un poema,pero había mucha, mucha hambre y, pese a la atención recibida,quisimos ser pacientes y dar la oportunidad. No obstante, le hicimos un comentario de que llevábamos demasiado tiempo esperando para comer y que no queríamos ser pesados,pero no nos habían atendido bien. El camarero se disculpó y dijo que tenían mucho trabajo.Preguntamos cuantos camareros eran y nos dijo que 5,yo vi 4,y creo que la quinta era la cocinera,pero es lo que dijo. En terraza había en total 6 mesas para tres camareros, que atendían dentro y fuera sin orden y asignaciones de mesa. La comida bien, pero estando en la zona que están van a tener afluencia de clientes y deben estar mejor preparados. Destacaría una cosa que me llamó especialmente la atención de los dos camareros que nos atendieron, y es la incapacidad de memorizar cualquier cosa que pedíamos, me hace pensar si realmente están escuchando, o no son capaces de retener una ligera información de dos comensales olvido de la carta por parte de ambos, al chico le pedimos una rosca ibérica y vino 5 minutos después a decir que la rosca de que,que no se lo habíamos dicho, y la camarera latina nos preguntó que estábamos bebiendo para traer otras 2 consumiciones,y nunca llegaron. Hay que decir que fuimos a este local de manera fortuita,porque era imposible encontrar un restaurante,bar de tapas o afín donde hubiese hueco, pero no volvería a repetir la experiencia.

Es un sitio muy bonito y tranquilo. El chico que estaba en la barra es muy simpático!!Comida: 5/5

Buen precio y el personal muy atento y amable

Mala atención. Primero llegamos 3 personas y nos queremos sentar en una mesa fuera. Nos dicen que no se puede. Ni 3 minutos más tardes en esa misma mesa 3 chicas y no les dicen nada. Pedimos consumición ya dentro, y luego otras 2 y ni un detalle de piquero, aperitivo, algo. Tampoco nos preguntan si queremos comer algo, picar. Por el mismo precio, en otros bares de la zona mejor atención y muestran algo más de detalle. Algo puntual, no sé. Nosotros no volveremos. En tiempos anteriores habíamos ido y no recordamos que fuera así la atención.

Cervecería mayormente visitada por clientela de paso por su ubicación esquina glorieta de Embajadores y frente a una de las salidas de metro. El local en sí no está mal, pero los baños muy descuidados, sucios y con desperfectos en mobiliario, suelos y azulejos. La comida tampoco está muy para allá, elaboración muy justita, falta de ingredientes y se nota se ha preparado con desgana. Los precios dentro de lo habitual en la zona. El personal, según el día.

Le doy una estrella porque me obliga Estuve el lunes tomando algo ... Y es vergonzoso que los camareros tanto un chaval rubio que había fuera y como el de la barra ... Babeando y molestándo Sinceramente no creo que la gente valla a un bar a ligar con 2 niñatos aparte de ser una falta de respeto deja mucho que desear... sin palabras.

El camarero de la terraza más borde no puede ser, parece que no le pagan por atendernos, si no te gusta tu trabajo busca otro. Los precios de donde han salido? 2 cervezas y unas bravas 15 euros? Estamos locos? Encima a la 13.30 de la tarde un domingo me dice que tiene que preguntar si la cocina está abierta. El camarero de gafitas, bueno camarero por llamarle algo es un despropósito nada recomendable entre el trato, el precio y encima las patatas congeladas de bolsa y las salsas de bote. 0 estrellas no se pueden poner que pena.

22.15 - La desfachatez de la cocinera, Nines se debe llamar, nos ha forzado a irnos sin cenar, no solo a nosotros sino a otras dos parejas a las que les ha pasado lo mismo. Pobres camareros...Comida: 1/5