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Reseñas, información para Cuiña

Dirección: Calle del Marqués de Pico Velasco, 45 , Madrid 28027, ES
Teléfono: 914 08 26 81
Ciudad: Madrid
Ruta: Calle del Marqués de Pico Velasco, 45
Código postal: 28027


Horas laborales

lunes: 10:00-00:00
martes: 10:00-00:00
miércoles: 10:00-00:00
jueves: 10:00-00:00
viernes: 10:00-00:00
sábado: 10:00-00:00
domingo: 10:00-00:00

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Reseñas
Muy buena atención y la comida rica. Las croquetas, las albóndigas y la empanada que es lo que de momento hemos probado. Y de postre la tarta de queso y las filloas, espectaculares. Repetiremos seguro y más con la terraza que tiene.
Las personas somos inconstantes. Buenos a ratos. Malos a veces. Las personas tenemos un pasado. Y las personas no cambiamos. O cambiamos poco. Los restaurantes igual. O peor. Al tema: garito de vieja escuela y Sabina de hilo musical con máquina tragaperras. Mezcla de bar de barrio y restaurante que en algún momento tuvo pretensiones. Recuerden esa época ochentera que en Madrid, decenas de camareros originarios de, digamos, Ávila, abrían marisquerías con decoración de mesón castellano y contando como único activo el conocer un pescadero en Mercamadrid. Pues eso. La carta, original, es una piel de toro ecuménica: está categorizada por regiones españolas, sacando lo mejor de cada zona: Que si País Vasco, que si Andalucía. Que si marisco, que si carnazas, que si fabes, que si dorada. Todo a unos 25 lereles mínimo. A eso se añade una carta de raciones de unos 80 items. La vieja escuela pesa. Dueño de paseo y charla pululando por el bar sin hacer el huevo. Paisanaje de habituales tupido de señoras Camareras junior. Precios de la carta sin IVA y aceiteras de relleno. En mi caso: tortilla de aperitivo radioactiva y un gazpacho de primero muy rico. Unas anchoas caseras sin sabor y color dudoso acompañada de patatas de bolsa pelín mosas. Y una ensalada de ventresca con tomates de pasados de cámara sin sabor y ventresca del Lidl. Total 27 euros por lo equivalente a un menú de 12. Puede que vuelva. Son majos. Pero sólo si como hoy, no hay otro restaurante abierto en todo el barrio.
Un arroz delicioso , una parrillada de verduras exquisita y unos pimientos rellenos buenísimos, además de un trato muy bueno por parte del personal
Después de insistiendo el dueño de que lo que ponía en la carta era lo que íbamos a obtener, y asegurarnos de que más o menos las tostas eran del mismo tamaño. Pedimos tostas de jamón ibérico, y de anchoa. El jamón, como se ve en la foto, no es ibérico, ni se le acerca, el ibérico se diferencia por la grasa infiltrada en la carne, y éste tenía tocino por fuera. La tosta de anchoa era una anchoa en una tostada de pan con queso por encima, el tamaño de menos de la mitad que las otras tostas. A pesar de que no pedimos anchoas con queso el dueño nos aseguró que habíamos pedido con queso. Encima de todo esto el servicio muy lento.
Fue la primera vez que fuimos y enseguida el dueño nos explicó la carta así como el tipo de cocina que hacían y su manera de cocinar es decir, si tardan es porque lo están haciendo en el momento! Hicimos caso a la sugerencia de Manolo de la dorada y hacía tiempo que no comía un pescado en su punto y con el sabor de la salsa de almejas tan bien conjugado. Pero para mí lo mejor fue el arroz negro. Tanto el marisco como el arroz estaban perfectos, el vino que bebí para acompañar un Sanz casó muy bien con la comida y el postre la tarta casera de queso, estaban exquisitos. El precio muy correcto en función de la calidad de los platos que es altísima. Voy a volver siempre que pueda. Es un sitio para los que nos gusta comer comida tradicional: para mí es la más complicada de hacer debido a que sí que puedes comparar con lo que hayas probado antes y superarte haciendo platos sencillos es muy muy difícil. Si he puesto esta descripción tan larga es porque la ocasión lo merece y hay que ayudar a este tipo de restaurantes, ya tan escasos, para que la gente acuda y no olvide que aún quedan sitios como éstos.
Cuando nos mudamos al barrio fuimos a cenar, de primeras el trato del dueño fue horrible, mala cara, poca gana de atendernos... Al momento llegó un amigo, casualmemte conocido suyo, el trato cambió al instante... Cenamos bien, normal... Las siguientes veces q hemos estado el trato del dueño volvió a ser despreciable. No vamos a volver mas. Si te conoce tienes la puerta abierta, si eres nuevo en la zona y de entre 30 y 40 años no vayas...
Somos clientes habituales del restaurante, básicamente por la tortilla... ¡qué tortilla! Después las raciones no están nada mal, yo pediría una de mejillones seguro. Puro Galicia. Depende del día el servicio es mejorable y tampoco es un sitio que cautiva por el trato a las personas, pero tampoco espanta. La cerveza de estrella de Galicia también invita a volver, si no eres de Madrid pídela con poca espuma porque sino.... agüita En cualquier caso, muy recomendable, precio un pelín alto pero tampoco espanta. La terraza es súper agradable.
He llegado a comer. Me dicen que no había mesa. Hemos decidido comer en la barra. He pedido varios platos a la camarera de la barra sin problemas. A los 50 minutos después,me dice otro camarero, de manera maleducada, que no dan de comer en la barra. Me han cobrado por una caña y un albariño 4.90€. He dejado 10 céntimos de propina y mi promesa de no volver. Pd: el mismo camarero maleducado ha dado mesa a otra pareja que llegó después que nosotros y que carecían de reserva. Quizás el dueño debería tomar nota.
Pésimo, trato deplorable como si encima tuvieses que dar las gracias por entrar. Muy malos modos, todo un despropósito. Fuimos estás navidades, y el vino estaba bautizado totalmente, y la carne sabía a rancia. Estuve enfermo con retortijones y caganet, 7 días por el mal-estado de la comida. Encima un ostión de precio. Al congelador muy muy al fondo.
Muy decepcionante. Teníamosm esa reservada para las 15:30 y nos atendieron a las 16:30 con la excusa de que se presentaban clientes habituales a comer y tenían que atenderles... muy bien, pero yo tengo reserva. Tras una hora de espera empiezan a sacar la comanda, según ellos la hacen en el momento y sí, eso parecía porque en sacar una tabla de patés tardaron casi 15 minutos... para colmo uno de ellos tenía moho. Pedimos unos huevos con jamon y patata sí, en singular, porque era una patata frita y ya la fritura de pescado, 6 boquerones, 4 chopitos, 6 calamares y ya... por 16€. La ensalada de tomate raf con ventresca digna de ver. Auténticas lonchas de tomate cual radiografía de gruesas de tomate raf? eso no es raf ni de coña. La ventresca, de lata del DIA vamos, que muy rica pero para cobrarte sus 18€ pues como que no. Las gambas a la plancha lo único que se salvaron, eso sí a 29€ la ración. Me falta un plato que no recuerdo ya porque he preferido olvidar la experiencia del restaurante cuiña. No vuelvo ni loco y dejo la reseña para que, el restaurante reflexiones de los platos que ofrece y los clientes sepan que se pueden exponer a una tardanza absurda incluso reservando mesa y unas raciones escasas y bastante decepcionantes.
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