El Paraiso de Gonzalo

Hemos podido disfrutar de su deliciosa cocina tradicional y su gran trato de nuestro producto. Además, mención especial al gran servicio que recibimos y que nos gustaría que fuese el estándar en hostelería. Probamos: 1⃣ Ensalada de bacalao con aguacate, naranja y salsa tapenade 2⃣ Pulpo a la gallega 3⃣ Rodaballo a la plancha 4⃣ Entrecot de retinta con su piedra para dar el punto deseado Si os gusta la cocina tradicional, no dudéis en probarlo!

Espectacular todo lo que hemos comido, de una calidad excelente y muy bien cocinado. El entrecotte de retinta, se deshace en la boca. El bacalao buenísimo. Para repetir sin duda.

Era tarde y no podíamos demorar mucho la elección para cenar, por lo que no dudamos. Pedimos unas cuantas tapas para compartir, estaba todo correcto, pero nada destacable. Creo que tiene que haber en Huelva mejores sitios para cenar.

Buen restaurante especializado en cocina a la brasa pero con amplia carta para elegir. Muy agusto en los soportales con la estufa en un día fresquito.Platos recomendadosPresa Ibérica

Se encuentra ubicado en pleno centro de la ciudad, con una terraza bastante amplia y diferentes zonas… el trato de sus trabajadores es muy diferente de unos a otros, está el típico que tiene malos rollos con los compañeros y atiende regulin a las mesas, y luego está el típico que se involucra bastante por quedar bien con el cliente, el local me encanta tengo para ir a cenar, como almorzar, como si se tercia ir a merendar, los platos son bastante ostentosos, a mi parecer … honestamente cualquiera plato que pidas de la carta, te encantará, todo esta muy bueno y la calidad es bastante buena, el precio esta bien.

Fuimos por recomendación y no defraudó. La comida estaba muy buena. Pero el servicio era lento y poco amable, tienen muchas mesas que atender y pocos camareros así que hay que armarse un poco de paciencia. Merece la pena por la comida. El precio salimos entre 6 a 33 euros por persona.

Lo peor de lo peor. Muchos camareros desubicados sin idea de nada. Para coger mesa no llevan reservas y tienes que buscarte la vida para sentarte, con tal desorden lo que se obtiene es q atiendan a los q han llegado los últimos y los que llevan más tiempo se van sin ser atendidos. Pedimos chocolate y churros y nos dijeron que llegarían antes los chocolates y que los churros tardarían 20 minutos, al final llegaron antes los churros que devolvimos porque ya estaban fríos y de los chocolates, ni idea. Nos fuimos sin poder tomarnos nada después de esperar casi una hora.

Un verdadero desastre, los camareros son unos mal educados, estuvimos esperando más de una hora para un par de chocolates y unos churros. Te tiraban las cosas a la mesa de malas maneras y si les pedías servilletas, que te limpiarán la mesa, etc...te lo hacían de malas formas. No volveré más. Falta, fatal.

No vuelvo más a este sitio dicen que no ponen la estufa por que no sale rentable a la hora de tomar café cuando estamos con un bebé recién nacido y no da la hoja de reclamaciones por que dice que no está en la obligación eso lo dice el "jefe" Gonzalo por que no le puedo dar 0 estrellas si no se la daba no saben ni lo que dicen ni uno ni otro pero bueno lus churros están fríos aparte y una cantidad super espesa ya os digo no merece la pena venir a este sitio nunca he escrito una reseña en ningún sitio pero este hombre se lo merece.

Vivimos cerca y solemos bajar a desayunar o tomarnos algo por la tarde noche porque está en plena plaza de las monjas, tiene terraza amplia, casi siempre hay sitio para sentarse y la comida está bien para tapear, calidad precio está bien. Una observación a tener en cuenta porque se habla entre clientes asiduos es el trato entre los mismos camareros, a los clientes ya el trato es poco amable pero entre ellos discuten y se hablan fatal, sobretodo no sé si son encargados o es que llevan mas tiempo y se sienten con la libertad de hablarle mal a los demás camareros así y eso incomoda muchísimo. Cuando he notado más amabilidad es en camareros nuevos que imagino que no saben bien todavía cómo funcionan entre ellos.. el sábado santo precisamente cenando allí, una camarera joven morena sirviendo la comida, a pesar de equivocarse de mesa en dos ocasiones posteriormente, nos dijo que espabiláramos porque trajo dos montaditos de presa y mi marido pensó que sólo habíamos pedido uno y el otro también era para nuestra mesa y rápidamente dije, si si los dos aquí. Me quedé cortada en el momento, cuando se equivocó después en dos ocasiones me entraron ganas de decirle que espabilara ella pero tengo más educación que ella. Cosas así pasan…parece que el negocio es un cachondeo entre amigos..para mi punto de vista debería haber un encargado serio pero discreto, que lidere con justicia. Si yo fuera la dueña, cambiaría la forma en que se lidera el negocio. El respeto debe ser mutuo. Está claro que está difícil encontrar en la hostelería gente con vocación. Con todos mis respetos, cuento mi experiencia para una mejoría y un bien común.