El Pecado

Muy próximo a la Plaza Mayor de Salamanca, este restaurante de comida contemporánea ocupa un clásico inmueble del centro de Salamanca. Tiene cuatro pisos, con estancias no muy grandes. Original decoración. Se come bien y a un precio razonable. Se esfuerzan en preparar platos originales en un ambiente muy agradable. Tienen una buena carta de vinos. Y te venden vino para llevar un 20% más barato que en la carta. Un buen restaurante.

El menú ejecutivo está muy rico pero es un poco escaso. El hummus que sirven de entrante está muy bueno, el mejor que he probado hasta ahora. El resto de platos nos gustaron bastante a todos aunque la tarta de queso con coulise de frutos rojos bajó un poco el nivel. La atención fue muy buena y el servicio bastante rápido tanto para retirar los platos como para servir los siguientes. Repetiré seguro, aunque esté menú sólo lo recomendaría para cenas ya que si no te quedarás con hambre.

Nos quedamos muy contentas con la cena en este restaurante. Desde el coqueto diseño a la encantadora camarera y por supuesto la comida. Las críticas de hace tiempo no reflejan lo que hoy es o al menos nuestra experiencia en Nov 2022. El menú saldría mejor a precio y las cantidades parecen abundantes. Pero en carta para nosotras tenían cosas muy interesantes para no perder. Muy bueno todo.

Muy buen restaurante. Hemos ido a comer, pedimos de entrantes a compartir para 5 personas las croquetas de carabineros MUY recomendables, las alcachofas confitadas y las gyozas de verduras. Cada uno pedimos un plato principal: tataki de atún rojo, corvina salvaje, lomo de bacalao, solomillo de ibérico y lomo de ciervo; todos estaban muy buenos de sabor, buena presentación y correcto punto de la carne. Por último, de postre, hemos probado la tarta de queso no recomendable comprado al sabor de otras ya probadas, el coulant de chocolate y arroz con leche. A destacar el trato del personal, en este caso camareras profesionales, simpáticas y atentas.

En mi primera visita a Salamanca después de la pandemia, decidí pecar de gula en un restaurante diferente, acogedor y muy bien ubicado, aunque con cierta apariencia clandestina. Desde el primer momento en que cruzamos por la puerta, ya se intuía una atención muy centrada en el cliente, de lo más destacable sin duda. Centrándonos en la comida, la verdad es que se nota la intención de hacer algo diferente. Lo peor desde mi punto de vista, las croquetas, muy planas y que no cumplieron con nuestras expectativas. Del resto de platos, destacar sobresalientemente la berenjena gratinada con salsa de anguila, las gyozas y los canelones de langostino y trufa. Por su parte, los rollitos de pato me parecen una idea fantástica pero que habría que pulir un poco más para que fueran una elección obligada salsa algo sosa y el pato un poco seco. En general, la relación calidad-precio de El Pecado es algo caro para el tamaño de la ración, pero una visita que no defraudará y hará las delicias para salmantinos y turistas que se pasen por esta maravillosa ciudad.

Comida sabrosa y con buena presencia. Hubiese sido de agradecer que tuviesen en consideración que platos como el carpaccio y el tartar de salchichón no se pueden servir juntos. El tartar se come el sabor del carpaccio, tienen que servirse en orden. El servicio algo desastroso, camareros parados, sin atender a los clientes, y haciendo esperar más de la cuenta. La verdad que por el precio se esperaba un poco más de calidad.

Lugar pequeño pero acogedor, como se suele decir, situado en el centro de Salamanca, cerca de la Plaza Mayor. Su decoración y disposición lo hacen muy íntimo. Creo recordar que no dispone de ascensor, por lo que las personas con movilidad reducida no podrán acceder a las plantas superiores. Ofrece un estilo gastronómico contemporáneo. Según afirma el restaurante, sus verduras proceden de pequeños agricultor@s, así como las carnes proceden de pequeños ganader@s. El pescado es de pesca sostenible. En cuanto a la comida que probamos, cabe destacar el original steak tartar de salchichón, muy pocos restaurantes lo ofrecen y sólo por este plato ya merece la pena visitar este lugar. También pedimos mollejas y entrecot de ternera charra. Las mollejas estaban a otro nivel, no recuerdo bien si estaban fuera de carta, independientemente de eso, su textura era muy suave y se deshacían con mucha delicadeza en la boca. En general, nos pareció un restaurante muy bueno relación calidad/precio. ¡Para repetir!

Excepcional la comida, el servicio, la variedad de platos, incluso para celíacos. Muchísimas opciones y todas buenísimas. Además, la camarera entendía mucho de vinos y nos aconsejó una muy buena elección y nos contó muchas curiosidades. Fue una velada perfecta. Volveremos seguro.

Muy rico todo, a destacar la carrillera con garbanzos y pulpo. Muy buena atención por parte de la camarera. Sitio muy acogedor. Recomendable.

Un pequeño restaurante que esconde una comida contemporánea con ingredientes tradicionales muy originales. Para empezar pedimos croquetas de setas y toque de puerro, el sabor del puerro era muy suave, destacaba el sabor de las setas y estaban muy cremosas. También probamos la berenjena frita con miso y pure de remolacha, es un trozo de berenjena grueso no láminas finas como nos imaginamos pero estaba muy buena. Para comer yo me pedí el risotto vegano de verduras y era muy sabroso y cremoso a pesar de no llevar queso. También pidieron la lasaña y era muy original con el toque dulce de la mermelada. Compartimos dos postres, el de chocolate para los más golosos y el de manzana, un bizcocho muy suave con manzana arriba. Solo tienen dos tipos de vino si pides por copa ya que es también vinoteca, tienen una larga carta para pedir con botella.