Reseñas
La tortilla estaba rica, pero la media ración de matrimonio nos pareció una broma para el precio que tiene, 3 anchoas, 3 boquerones, 11 euros. Caro para lo que es, bebidas y tortilla incluida. Servicio muy mejorable. - Todos los restaurantes están obligados a señalizar e informar al cliente del tipo de IVA al que están sujetos en los menús y cartas. Por supuesto, en los tickets, también se debe desglosar todo el importe y el IVA correspondiente.
Son esporádicos los sitios de interés general en Arguëlles/Arapiles, pero los bares con encanto ahí tienen el plus de ser muy de barrio. La taberna La Nueva what's in a name? abrió en 1911 en una esquina chaflán de la calle Arapiles y mantiene intacto el diseño de épocas pasadas, rebozando buen gusto. Su comida consiste en raciones tradicionales y, al ser su público de barrio, sigue poniendo una buena tapita junto con las bebidas.
Un clásico de Chamberí , precioso por dentro y con una terraza chula, bien situada y entretenida. Tira bien las cañas y tiene cosas para comer o picar muy ricas, con calidad. Mucha gente del barrio.
Espero no dejar de disfrutar de este magnífico sitio. Enhorabuena a Bas y su equipo. La ensaladilla de lujo, el tomate con ventresca muy bueno por fin un tomate que sabe a tomate y las croquetas de bacalao DivinasComida: 5/5
Taberna madrileña fundada en 1911, aún conserva el aire castizo de principios del siglo pasado, es bonita por dentro y por fuera, con terraza agradable junto a la glorieta de Quevedo. La cocina española que prepara es riquísima, bien elaborada y con productos de primera. Los vinos, las cervezas, el vermut... todo es un compendio de calidad. El trato amable de su servicio la hace aún más acogedora.
Fuimos cuatro personas a tomar algo ya que habíamos escuchado que en este bar ponían tapas gratis con la bebida que eran generosas. Debo decir que no se equivocaron en el hecho de que te ponen una tapa gratis pero la verdad que no es que sea generosa, pero si que no es la típica tapa como patatas fritas o encurtidos. Lo recomiendo para tomar algo, pero si queréis tapas más abundantes iría a otro, pero lo está mal.
Las raciones estuvieron ricas pero no volvería porque - nos pareció caro por la cantidad - el trato no ha sido bueno - han contado el pan a 1,5€ la media rebanada
Lugar tradicional de buen trato y buenas tapas y raciones. Muy recomendable
Buen sitio para cenar algo rico y diferente y hacer un poco de sobremesa después.Comida: 5/5
Cuando Madrid terminaba en Quevedo y los barrios de Arapiles y Gaztambide estaban cubiertos por cementerios a un ilustre tabernero con buen gusto le dio por abrir esta taberna con el sugerente y airoso nombre, entonces, de La Nueva. Seguramente era punto de cita de los duelos y lugar de despedida de los mismos. Aquel barrio no era entonces un lugar muy recomendable ni atractivo. De milagro ha permanecido integra su decoración original. Esos techos con cenefas y lámparas modernistas. Esa barra de madera labrada. Los espejos que buscaban dar volumen a la escasa superficie. Una maravilla. Hoy rinde culto al recetario clásico de las tabernas madrileñas.