Reseñas
que historia tiene este sitio! mantiene su ambiente, su calidad de servicio y la forma en que registran los pedidos y te cobran la cuenta... tiza sobre la madera, antiquisimo y a la vez original para los tiempos que corren. Recomiendo probar todos los jerez, mejoraria las opciones de la carta, pero entiendo que al hacerlo pierde su esencia : Ve y disfruta, que merece la pena!!
Siempre fan de este sitio. Indispensable si quieres vivir la experiencia de estar en un bar con mucha pero que mucha historia. Tomarte un buen vino dulce, una rica cecina, disfrutar de la decadencia preciosa del bar y alucinar con el gatete que acompaña las veladas.
La autenticidad de este sitio, inalterable con el paso del tiempo, haciendo cuentas en la mesa de madera con tiza, y sirviendo el jerez directo de las barricas. El vino y la mojama, estrellas.
Un auténtico clásico para disfrutar del buen vino. No dejéis de visitarlo
He leído las reseñas y pensaba que yo era el único que había sufrido algo así. De entrada el camarero me habló de malas maneras cuando intenté ordenar. Y luego cuando quise hacer una foto a mi grupo de amigos, se acercó a decir que eso estaba prohibido. Considerando que es un lugar que no tiene nada de especial, esas altanerías no se justifican. Cero recomendable. Jamás volvería
Autentico y con personalidad. Embutido de calidad y vino de Jerez delicioso. Pedimos una tapa de queso y otra de lomo... buenísimo.
Uno de mis lugares preferidos de Madrid. Vinos de jerez y tapas/raciones de excelente calidad que maridan a la perfección con dichos vinos. Pasar por la puerta es volver a principios del siglo pasado. Precioso lugar para charlar y disfrutar.
Auténtico. Ese es el adjetivo que mejor lo describe. Uno de esos sitios Old School para amantes del vino de Jerez. No vayáis buscando otra cosa, porque no lo tienen. Sólo jereces y unas pocas tapas de altísima calidad para acompañar el vino. Para mí, un 10.
Siempre me paso por este sitio a tomarme un jerez, especialmente cuando tengo invitados de afuera porque me gusta enseñárselos. Lamentablemente el chico que nos atendió no es nada amable, a mi me increpó porque no le dije precisamente cuántas copas quería. Otra chica, está era extranjera, que le pidió recomendación de que tomar le respondió que como iba a saber el lo que ella quería tomar. Muy mal esto, más empatía siempre se agradecerá. Voy a descansar un rato del sitio, y cuando se me pase volveré porque me gusta el local, pero no el maltrato.
Lugar perdido en el tiempo. Su barra, su gente, sus variantes en jerez, para los amantes de lo simple, lo justo, lo sencillo, lo antiguo. Es como entrar a una taberna hace un siglo atrás. Te van poniendo la cuenta en tiza sobre el mostrador. Me encantó. Lo conocí gracias a un amigo. Vayan es una experiencia única. Comimos un especie de charqui de atún o bonito y unas olivas con galletas. Probamos el palomino fino, una delicia.