Lo Nuestro

El sitio está genial. El lugar está muy bien ambientado, como si fuese un patio antiguo. La comida estaba muy buena, típica de la zona. Pedimos el menú de 30€ con migas, pimiento relleno de bacalao y estofado de ciervo . El otro menú ha sido el de 25 con migas y rabo de toro. De postre tarta de queso y de manzana. Al entrar a todos nos sirven un chato de vino . Todo el personal muy amable y en general todo muy bien. % recomendado.

Manjares toledanos en formato menú. 27€ y te pones fino . Está en una antigua casa judía con patio y pozo incluido, muy bonito, y te reciben con una copa de vino mientras te preparan la mesa. Amabilidad pura. ¡Ah! y no olvides reservar porque está solicitado. En cuanto a la comida un 10, comida tradicional echa con cariño y sabor.

Lo mejor de venir acá es la atención. Nosotros llegamos sin reserva porque por más que traté de comunicarme con ellos desde días antes, me fue imposible, por ello me acerqué a ver si era posible comer. Nos recibió el dueño, que amabilidad, incluso nos llevó hasta el bar, nos dio de probar del vino de la casa y nos habló de sus croquetas. Pedimos media ración de croquetas: debo decir que no estaban malas pero tampoco me parecieron nada del otro mundo. Mi esposo pidió menú y de primer plato pidió las migas, estaban bastante bien. El pan qué hay desde el inicio, deberían mejorarlo, es una roca! De platos principales pedimos el rabo de toro, nos pareció muy grasiento, pero con mucho sabor y también el codillo asado, tenía bastante carne pero muy simple. La tarta de queso estaba muy rica. El menú se nos hizo muy caro. 25€, ojo con la cuenta, por si cobran algo por fuera del menú como nos pasó

Restaurante maravilloso. La comida está muy buena y los platos son grandes. Nosotros pedimos el menú especial, compuesto por entrante, principal, postre y vino y la verdad es que nos encantó 25€/persona. La relación cantidad-calidad-precio es excelente. El personal es muy atento y simpático, en especial Antonio. Muy recomendable. Nosotros volveremos.

Un sitio curioso y agradable. El menú Lo Nuestro estaba muy bueno, sobretodo las migas, el rabo de toro y las carrilleras. Los postres son caseros y están muy buenos. El vino tinto de la casa está bien para ser de menú. Lo único que no me pareció bien es que cobraran 2€ por el café solo y el cortado que eran tan pequeños que tenían un sorbo.

El mejor lugar de España Se ha convertido en nuestro favorito, vemos desde Madrid a conocer la linda ciudad y definitivamente el restaurante lo nuestro nos ha enamorado. La comida típica con una sazón exquisita, platos varios y unos vinos deliciosos. La atención una pasada, todos atentos, Don Antonio es un amor de persona y Carmen, quien nos atendió en mesa super linda y atenta. Les recomiendo a todos venir a este lugar! Los va a enamorar!

Hemos ido sin reserva y nos han atendido fenomenal e incluso nos han dado un vinito al llegar, lo cual se agradece. La comida y el trato fabuloso. Hemos pedido una tosta de ciervo con setas, carcamusas y costilla asada estilo barbacoa para dos personas cantidad adecuada. Estaba todo estupendo, especialmente la costilla. Los postres tarta de queso y tarta de manzana muy ricos y caseros. En definitiva, sitio muy recomendable.

Emplazada en una casa judía del siglo XVI este restaurante fue una grata sorpresa al ir callejeando por Toledo. Indecisos pedimos el menú degustación y que si bien es el más costoso, al compararlo con otros lugares en nuestro viaje por España, este si que lo valía. Ellos hacen sus propios vinos, lo que le da un toque aún más especial.

Para empezar la fachada no le hace mucha justicia ya que el interior es precioso entre salones decorados y patios interiores muy típicos. La atención de todo el personal fue buenísima. Y de bueno sí que tiene la comida también. Hemos pedido migas, sopa castellana, perdiz a la toledana y carcamusas. Todo delicioso, grandes porciones, bien presentadas y con un servicio fluido. A recomendar la perdiz que estaba increíble. Sin duda alguna repetiremos a nuestra vuelta a Toledo.

Excelente recibimiento el de Antonio el propietario, al entrar en el restaurante, dándonos a degustar su vino de cosecha propia. Nos acompañó hasta la mesa. Las camareras muy profesionales y atentas en todo momento. La comida es exquisita y el lugar tiene mucho encanto. Sin duda repetiría