Mesón del Cid

Ayer asistimos a una cena temática de "yo fui a EGB". Los animadores/profesores fueron muy simpáticos, especialmente Doña Rosita, la profe de religión y fueron divertidas todas las actividades que propusieron. Lo que no nos gustó tanto fue el servicio de la cena, en especial un camarero que pretendía darnos lecciones de cómo comer a gente que rondamos los 40... Que digo yo que ya tendremos claro cómo hacerlo y cómo nos gusta. Desde discutir el punto de la carne porque la carne se come así y punto hasta ofrecer a un vegetariano un plato de ventresca con tomate porque "bueno, de ahí puedes comerte el tomate", pasando por sustituir dichos tomates por unos pimientos morrones en su piscina de aceite que como solución a una alergia es muy socorrido, pero métete a las 11 de la noche un platazo de pimientos. La lubina mágicamente se transformó en dorada con tomate también para una alérgica al tomate nadando también en su piscina privada de aceite, y la morcilla del revuelto de morcilla curiosamente parecía más bacon que morcilla. Me consta que la carne estaba muy buena independientemente del punto..., las guarniciones según tu suerte cambiaban. Por último, la cerveza, sangría y agua ilimitada también tuvieron su transformación a dos jarras de cada, porque entre que la pedías y te la traían, ya te habías terminado los entrantes. Tampoco pudimos tomar un café o una infusión como suele ser habitual, porque habían acabado su servicio que, por una parte lo comprendo, pero también podían avisar, como suele ser habitual. Sabor agridulce en El Cid. Animación buena y comida buena, pero con muchos fallos y desatenciones que te pueden aguar la velada.

Pues una experiencia satisfactoria en un clásico de toda la vida y que hace honor a su clasicismo en todas sus versiones, desde la decoración a la restauración, en la que no innova en platos, que la verdad sea dicha, no la necesitan. Buena comida y buen trato. Un acierto si busca un mesón a la antigua usanza.

El trato fue absolutamente fantástico. Uno de nosotros iba en silla de ruedas y nos prepararon una rampa en la entrada. Comida muy buena; el cordero, la morcilla, las croquetas, los postres caseros... Todo exquisito. Volveremos seguro.

Un sitio muy recomendable. Acabamos de celebrar nuestras bodas de plata con ellos.. la comida estupenda, el servicio bueno, la decoración estuvo genial. Jesús nos trató de maravilla, incluso soluciono un problema de última hora con la mejor atención. Todos quedamos encantados. Gracias Jesus.

MUY POCA VERGÜENZA Solo les gusta reservar para grupos grandes. He intentado reservar para dentro de 15 días para dos personas y me han dicho que sobre esas fechas tendrán mucha gente por cenas de navidadahora mismo teniendo todo vació para ese día y que no me reservan. Pésimo el trato recibido por el dueño del restaurante.

Muy mal, hemos ido con vale de Wonderbox, te tratan de forma absolutamente aséptica y en algún momento ha parecido que en vez de servirte el plato, como que te lo tiraban. Nos ha parecido que con otros clientes el trato era otro muy distinto El menú con este vale regular tirando a mal, que además solo se ha podido elegir un segundo de entre tres opciones.

Fuimos con una caja de experiencias, pero da igual: son muy atentos, tienen buenos precios --compramos unos tintos de la zona espectaculares-, las tapas riquísimas, sobre todo las croquetas y los calamares. Y el museo de la guerra civil, dentro del complejo turístico es una pasada: Sin fundamentalismos, sólo la historia de algo que ocurrió y que no debe volver a pasar. Bravo por Goyo y sus colaboradores. Volveremos sin duda!

Estuvimos en "los que fuimos a la EGB", una vergüenza, el menú de 40 euros, por supuesto lo cobraron antes de que pasáramos al salón. Os voy a contar como era: "ensalada de tomate con ventresca" :consistía en dos rebanadas de tomate con un lomito de ventresca por persona, "cocretas": nos pusieron 2 por persona y "revuelto de verduras" : dos cucharas soperas por persona y de segundo a elegir pescado o entrecot, el pescado lo sirvieron mientras nos mandaron al recreo y la gente que lo pidió se lo comió frío y el entrecot duro, pequeño y seco. Menos mal que bebida no falto. Los camareros iban tan rápidos que mancharon a mas de una persona. El postre que nos pusieron helado y a correr a la calle, ni café, ni chupitos, ni nada, Os podemos aseguras que el grupo de 22 personas que fuimos no volveremos..... un robo manifiesto.

Atraído por la existencia diaria del plato de cuchara, entré en este clásico Mesón. Hoy tocaba cocido madrileño conpleto. Rica la sopa. Bien los garbanzos y el chorizo. Infumables la carne, tocino, morcilla... El precio, 18 €. Muy caro.

Esperabamos muuucho mas. Fuimos con un menú cerrado y tuvo una relacion calidad precio malisima, no volveria... Entrantes sun gracia: un trocito de tortilla de patatas, endivia con escaveche y morcilla de burgos... todo con una elaboracion muy basica y simple de sabor. De segundo carrillera solo pasable y arroz de marisco pasadisimo, era una pata... Los postres subiero la media... si no hubiera sido porque estaban decentes, lo hubiera valoeado con un estrella. El servicio estandar con poca simpatia... En resumen, no volveré y si tengo que comer por la zona md planteo comer antes en el chino de enfrente que aquí.