Reseñas
Restaurante muy bien decorado donde tomar unas tapas. Fuimos un grupo numeroso y tuvieron muy buen servicio, amables y la comida no tardó mucho. Relación calidad-precio-cantidad no está mal. Los gnocchi con salsa de diferentes quesos estaba muy bueno, además del resto de comidas que probé. Me dejó un poco indiferente el arroz con carrillada que tenían fuera de carta, pero no estaba mal.
Restaurante elegante a pocos minutos del parque María Luisa y la Plaza de España. Está bien, pero mejor si las raciones no se comparten con varias personas porque son más bien escasas para esto. Creíamos que serían más grandes, pero nos llevamos una decepción. De sabor, todo muy bueno. Me gustaron los ñoquis de patata al queso, el wok estaba rico y el risotto mejorable. Buenísimos los postres. La carta es cortita, pero con platos interesantes y diferentes como la musaka. Los tallarines de calabacín, otro acierto. Algo subido de precio, teniendo en cuenta cantidades.
En principio la carta tiene bastante variedad, pero la relación calidad-precio fue mediocre en general. La ensaladilla, una presentación bastante pobre y cantidad pequeña, sabor insípido... las papas bravas eran de todo menos bravas,las berengenas que pedimos tenian una presentación mediocre, trozos enormes y llenas de agua,y la pluma estaba rica, pero eran 3 piezas muy pequeñas en un plato enorme para el precio que tenian. Lo que mas nos gusto fue el tartar de salchichón, pero tampoco es suficiente como para recomendar. Ya habiamos ido alguna vez y lo recordabamos bastante bien, pero ayer nos llevamos una decepción. De momento nuestra opinión es que no volveríamos a repetir. La atención del camarero buena aunque también nos puso todos los platos en mesa a la vez. Pedimos carta de vinos y no la tenian o "la tenían reducida",aunque nos gusto el que pedimos.
El pasado viernes quedé con unas amigas para comer y así darle la bienvenida al lindo otoño, siendo este el lugar elegido. Pedimos varios platos/tapas a compartir, nuestra elección: - Ensaladilla de gambones, contundente y sabrosa, el toque del sésamo y aceite de oliva es muy acertado. Nos gustó mucho, recomendable. - Risotto de boletus, la textura del arroz quizás algo enterita, pero de sabor brutal. Presencia intensa del parmesano, pero a pesar de ello respetando el sabor del boletus. Recomendable. - Gyozas de "pringá", fritas y algo aceitosas, pero buenas de sabor. A mí personalmente me gustan más a la plancha y/o vapor, me resultan menos pesadas y de paladar más agradable y fino. Eran un fuera de carta. - Niguiri de presa, sabía simplemente a arroz. No nos gustó. Nada recomendable. - Niguiri de buey, algo mejor que el anterior, pero tampoco destaca positivamente por nada especial. Al menos con algo más de sabor, pero queda muy muy corto. No recomendable. - Pluma ibérica, acompañada de unas papas asadas con salsa mojo. Carne tierna, limpia y jugosa. Correcto punto de cocinado y más teniendo en cuenta que no indicamos el punto deseado. Correcta. - Wok de pluma ibérica, generoso en cuanto a contenido de carne se refiere. Carne tierna y jugosa, las verduras cocinadas al punto manteniendo el crujiente sin estar crudas, acompañadas de una salsa de soja rica que crean en su conjunto un plato muy acertado. Nos gustó mucho, recomendable. Lo anteriormente comentado, más dos rondas de bebidas y otra de cafés ascendió a 66.60€. Relación calidad/precio según plato cuestionable.
Sitio con muy buenas tapas y de elaboración cuidada y exquisita, mucha gente, poco servicio para tanta mesa. Muy amables. Precio bajo como las cantidades, equilibrado y genial para tapeos y buenos ratos, sugerencia de menos aforo o mas personal.
Buenos platos y tapas, justos en cantidad, para cenar no está mal. Atención amable, pero en cuanto se llena un poco el local, la atención falla y se vuelve lenta. El café es de cápsulas.
No es barato, pero sus tapas se notan de calidad y están deliciosas, especialmente su tartar de salchichón. Como punto de mejora, la tortilla de patata nos dejó un poco fríos.
Me llamo la atención el tipo de gastronomía que ofrecían por la web, decía cocina tradicional con toque vanguardista, pues tenía más expectativas que lo que encontré en realidad. Un restaurante sin mucho que esperar. El primero zamburiñas gratinadas, la crema era tan fuerte que restaba el sabor de la materia prima que era la zamburiña. El segundo risoto de boletus, estaba tan salado que no conseguí comerlo y lo repartí entre los demás comensales, además con un par de boletus el resto era como comer solo arroz, un fiasco. El local se ve bien, pero una puntuación muy negativa, el baño súper sucio, era bastante incómodo entrar en el. Música en vivo brillo por su ausencia mientras estuvimos allí. El personal correcto. No volvería, hay muchas alternativas cercanas con mismo precio que vale más la pena que gastarte el dinero en este.
Restaurante cercano al Parque de María Luisa y Plaza España. Carta adaptada para celíacos. La atención es cercana y amable. Sin duda un buen lugar para tapear.
Intenta ser novedoso, pero es solo eso, un intento. Probamos la ensaladilla para mi gusto un poco insulsa, los niguiris de presa traían una lámina casi transparente de presa y el arroz negro socarrat el cual estaba bastante bueno. Los baños están muy sucios. Atención un poco deficiente.