Reseñas
Lo mejor fueron los cacahuetes que comimos al salir. Empanadas congeladas. Pulpo caro para la calidad y cantidad que es. En cualquier caso, muy muy normal. Chipirones ok. Es de los que no te saca de un apuro, te mete en uno. Por sacar, te saca dinero y luego tienes que picar algo para comer decente.
No se si nosotros pidimos de la vida poco... según los opiniones pero...por casualidad entramos y pedimos parrillada y lo que vino no era para dos era para cuatro en un precio muy bueno por la cantidad y calidad que era,en Madrid ni lo soñamos ,personal muy atento. Pongo fotos y factura
Terraza pequeña a la sombra con vistas excelentes. Paella de encargo de un día para otro muy bien servida y excelente en calidad y sabor Los postres muy buenos y caseros, hemos probado 5 diferentes y todos riquísimos Aconsejo visita obligada para comer de playa
Hoy hemos comido, el camarero un 10, a pesar de que se encontraba solo para atender barra y comedor. Mi mujer ha tomado chuleta de ternera que estaba asquerosa cocida en su jugo seguramente por ponerla congelada sobre la plancha. Ha quedado casi al completo en el plato. Mil disculpas del camarero, pero la han cobrado. No vamos a entrar más ni de invitados.
Pedí una paella por encargo y más rica no podía estar.El personal muy atento.Un 10 sobre 10.
Fuimos por el día de las madres. No había ni la mitad de los productos de la carta. Pedimos paella para 4. La paella mas mala y cara de mi vida . productos congelados y mal elaborados, de echo nos fuimos sin comer y aun asi la pagamos . Es una vergüenza que en Galicia donde la fama la tiene el marisco te pongan una paella peor q la que te haces tu en tu casa. No lo recomiendo a Nadie
Estuvimos el 15 de Agosto y no había demasiada gente, de todas formas reservamos por si acaso. Lo mejor las vistas desde la terraza, las raciones de zamburiñas y pulpo fueron correctas, lo peor fue la paella que era cara y estaba insípida, lo que no se puede admitir es que utilicen arroz brillante....
Lamentable. Fuimos recomendados por un lugareño. Atención para darnos mesa pésima, la carta muy escueta y a primera vista observamos que era algo caro, aunque se podría compensar si las raciones fueran abundantes y sabrosas. Cuándo vimos las almejas entendimos el por qué de haber tan poca gente, a euro la almeja. Luego nos trajeron el bacalao con pasas con un sabor horrible, solo sabía a vino, y las chuletitas de cordero que parecían zapatos. Pedimos un albariño y sabía fatal, por lo que después pedimos agua, la cual trajeron en botella sin la chapa y se notaba que era agua del grifo. Además hubo bastante ruído arrastrando mesas y sillas, los camareros estaban perdidísimos y tuvo que salir la cocinera a llevar los platos. Un desastre. Pagamos casi 70 euros sin postre y sin café porque ya no lo quisimos ni tomar. Lamentable, nada recomendable.
Fuimos a comer 3 personas, pedimos 2 raciones y nos ofrecieron unas tapas con las bebidas. Cual fue nuestra sorpresa, que a la hora de leer el ticket nos las cobraron sin haber dicho que tenían un coste. Fuimos a reclamar este engaño a la encargada y a decirle que solicitábamos que nos quitaran de la factura algo que nos habían ofrecido sin coste; la respuesta de la gerente fue "ah, lo que queréis es comer por la cara". Inmediatamente le dije que me diera una hoja de reclamaciones y va y me responde que va a llamar a la guardia civil, a lo que le respondo que no hay problema. Se niega en principio a darme la hora de reclamaciones, aunque luego se lo pensó y me la dio. Pagamos porque teníamos prisa y pagamos. Ahora resolverá consumo el caso. Me parece muy desagradable todo lo pasado, a parte por no hablar de que entre dientes se puso a insultarnos con una compañera suya. No voy a hablar del sitio en sí porque la verdad las vistas son espectaculares, pero personalmente doy la razón a lo que dicen las anteriores reseñas. Con una buena gerencia, no intentar estafar a la clientela, humildad y profesionalidad este sitio tendría un mejor futuro.
Raciones escasas, sillas y mesas de los años 60, atención del camarero pésima, nos da la carta en la mano al entrar en lugar de traerla a la mesa, nos pregunta cosas a 10 metros de distancia, cuando trae la cuenta espera pegado a tu lado para que le pagues. Pedimos rape con almejas malo, calamares, decentes pero escasos y milanesa de pollo también malo, 50 euros por eso y dos refrescos, por suerte nos escapamos sin café ni postre viendo la calidad de lo anterior.