Reseñas
Local pequeño, pero muy bien atendido. El producto de una calidad absolutamente excepcional y muy bien cocinado. Una bodega amplia, pero no resulta sencillo encontrar vinos a un precio asequible. Eso sí, se paga y como se te vaya un poco la mano, mucho.
Calidad no acorde al valor. Sabores promedios tirando a insulsos. La reserva está sujeta a pedir el chuletón o rodaballo y te lo enteras al llegar al restaurante y leer el menú. Dos personas: comimos un matrimonio, un taco de morcilla, un rodaballo de 800gr, unos ajíes asados lo mejor de todo y un vino Lindes de Remelluri 2018. Un total de 140€.
Fuimos 3 parejas y el local es pequeño pero el personal muy atento. Pedimos las gildas 2.0 había estado en otra ocasión y no puedes irte sin probarla, es una explosión de sabor, croquetas de queso, merluza rebozada, muy suave, y la carne como plato estrella. La carne la sacan poco hecha sin preguntar, por lo que varias personas del grupo pidieron que les pasaran un poco más lo suyo. El postre de chocolate fue un acierto para acabar la cena. Con vino y bebidas 60eur persona
Me llevaron de cena sorpresa por mi cumpleaños y la verdad que fue todo un acierto. Cenamos en la barra. Primero nos pusieron un aperitivo delicioso y unas Gildas 2.0 que repetimos. Pedimos también el Matrimonio que estaba espectacular, unas alcachofas y por último unos espárragos que aún estando ricos fueron un poco más flojos que el resto. El personal súper atento, explicándonos cada plato que probamos y dando sugerencias. El local también muy bonito. Sin duda repetiremos en cuanto tengamos oportunidad.
Sitio de comida vasca principalmente con cierto toque creativo. Todo lo que probamos estaba exquisito, destacando las gildas y la merluza. Tiene zona de barra y salón. Nosotros estuvimos en la zona de barra. Por poner un pero, el precio, pagamos 35 euros por persona por 4 raciones y las bebidas. Lo recomendaría sin duda.
Producto y elaboración perfecta, ingredientes sencillos perfectamente seleccionados de su Huerta en Navarra. Brutal la Gilda 2.0 que elaboran, cualquier verdura, pescados de primera calidad y gran chuletón perfectamente asado. No es barato, porque los ingredientes no lo son. Lo que si le pondría un pero es al tamaño de las raciones, algo justas para su precio, la menestra era bastante pequeña 20€. En el pescado y la carne no pasa claro, te lo cobran al peso. Buena carta de vinos, fino, manzanilla, champagnes por copas, mucha variedad y referencias muy interesantes. Sin duda uno de los mejores restaurantes donde tomar el mejor producto con recetas sencillas y tradicionales.
Ponzano no es, precisamente, la Meca del comer. En esta calle abunda la bazofia más absoluta. La gente acude en masa a beber y la gran mayoría se conforma con que les echen de comer si, como a los animales de granja, algunos hasta se comportan como tales como paso previo a la copas. Por eso no es una zona que ahora frecuentemos demasiado, primamos comer bien a cualquier tipo de “ambiente”. Uno de los 4-5 sitios que merece la pena conocer en esta zona es Arima. Aunque en principio parte de la cocina vasca, la realidad es que su cocina es un verso libre. Muy original su reinvención de la gilda, un imprescindible, por encima del matrimonio de anchoa y boquerón que también ofrecen, que aunque esta increíble juega en otra liga. De los platos contundentes la porrusalda fue el plato que más nos gustó. Un homenaje a Iván Cerdeño que hacen siguiendo una receta similar a la que practica el reputado chef. El ciervo nos entusiasmó menos, pero el global de la cena, cerrada con el pastel vasco de crema también lo tienen de chocolate, fue estupenda. Os recomendamos hacer una excepción, ir a Ponzano y probarlo. Puntos fuertes: su cocina es de una absoluta originalidad. Puntos débiles: el local es más bien justito. Precio: a partir de 60 euros por persona. Podéis seguirnos también en nuestra cuenta de Instagram, @madridbocados. Allí encontrarás reseñas detalladas. Hasta el próximo bocado.
Experiencia top. Unos amigos nos regalaron la experiencia de menú gastronómico cerrado con bebida incluida. Materia prima buenísima de su propio huerto y local, todo producto Vasco. Un trocito de San Sebastián en Madrid. Muy recomendable. El sitio es pequeño, conviene reservar.
Gran materia prima y local precioso en la animada calle ponzano. Comimos en la barra gastronómica, con atención completamente personalizada. Todo lo que comimos estaba buenísimo; no pongo 5 estrellas porque pese a que la calidad y el servicio fueron muy buenos; las raciones eran pequeñas y el precio me pareció un poco elevado, casi 100€ por persona.
Grata sorpresa!! Me encantó todo de este sitio!! La originalidad y sabor de los platos, el ambiente del comedor, el servicio. No tienen vinos baratos en su carta.