Reseñas
Sin palabras que puedan describir todas las sensaciones de una cena en Tickets. No solo la comida resulta implacable, si no todo el conjunto es un engranaje perfecto de atención y “espectaculo”. Haced caso, y reservad espacio para los postres... No os engañaré, el precio del ticket es alto, pero sin duda alguna la experiencia lo merece.
Es un quiero y no puedo. La atención fue buena pero nos resultó muy caro para la satisfacción que nos aportó. No dudamos de la calidad del producto ni de la dificultad de la ejecución, pero el resultado final defraudó. Pagamos 47€ por un plato de bogavante con huevo y ragú y al comerlo no nos despertó nada, esperábamos mucho más por un plato sugerencia. Yo no lo recomendaría, por 162,70€ para 2 personas, recomendaría otros muchos sitios, que a nuestro parecer, si lo valen.
La materia prima era muy buena y los platos muy innovadores; pero la comida en general nos pareció no estar a la altura del precio. Sin embargo, damos una buena valoración gracias a los postres que nos sorprendieron muy positivamente. Todos los postres que probamos estaban exquisitos, y volveríamos por comerlos de nuevo. La estrella: el cheesecake. El trato recibido fue muy bueno, con servicio muy agradable y atento.
Uno de los restaurantes con más creatividad. Con elaboraciones sorprendentes de producto de primera calidad. En un ambiente desenfadado de “bar de tapas” con un diseño impresionante, el espacio está dividido en varias barras y de cada una salen elaboraciones distintas. Si puedes hacer los postres en la zona que llaman “La Dolça” aún mejor, el espacio está todo decorado cómo un mundo dulce.
Es un restaurante especial se encuentra actualmente entre los 50 mejores restaurantes del mundo y con tapas especiales... La materia prima con la que se hacen los platos es excelente y hasta el vino más barato de la carta es muy recomendable. No os perdáis en la tapa de foie y la codorniz y en temporada de otoño. Sin embargo, para nuestro gusto algunas tapas tenían demasiado gusto a cilantro cuando se usaba este producto. El día que fuimos 6 de octubre de 2018 tenían en el aire acondicionado demasiado fuerte y la música demasiado alta... Otro punto a mejorar es la higiene de algunos empleados no queda muy bien ver a los cocineros/camareros cómo fuman cuando sales a la calle... Respecto al local diríamos que los lavabos son mejorables no había toallas, al menos cuando yo fui, deberían ser más cuidadosos al reponerlas... Volviendo a lo positivo diría que el local es original y el concepto gastronómico hace que el comensal disfrute...los camareros conocían muy bien la carta y se portaron de una manera fantástica fueron muy muy atentos, además de disfrutar de una carta muy variada... Es un lugar para dejarse llevar por los sentidos! Respecto a la repostería, todo positivo y nos adelantó nada, tan solo un consejo...en la sala de tomar los postres en la zona de postre...Si pudiera volvería a Tickets... sin dudarlo!
Sus empleados son muy amables, nuestra camarera Davinia nos trato de 10 muy atenta en todo momento. Elegimos la opción de la comida que Davinia nos quisiera poner Sorpresa y la verdad que todo estaba muy bueno y muy elaborado. A la hora de tomar el postre el lugar es muy bonito la verdad. Y lo que más nos encanto es que el chef dueño del restaurante Albert Adriá apareció y nos trato de 10. Volvería con los ojos cerrados. Lo recomiendo al 100%, muchas felicitaciones.
Sin duda una de las mejores comidas de mi vida. Local desenfadado con una decoración muy agradable. Servicio atento y agradable. Se puede escoger entre carta o una selección sorpresa de platos. En nuestro caso eligimos la selección sorpresa. La verdad es que excelente y los postres también riquísimos. Extremadamente recomendable. Los platos que más recomendaría son: Stracciatella con trufa negra y erizo de mar opcional, King's Crab aunque es bastante caro, cangrejo envuelto con aguacate y de postres: Cheesecake, tartaleta de chocolate, fruta de la pasión y helado de avellana y el tiramisú en la taza de cortado cortada. Eso sí, como cualquier restaurante estrella michelín, el precio es alto. Con una botella de vino entre 4 personas, nos salió a 150€/persona. Las reservas son via web con dos meses de antelación. Cada día a las 00.00h se abre la reserva para de aquí a dos meses.
En primer lugar, el servicio. Muy descuidado. Al menos la persona que llevaba nuestra mesa estaba un poco despistada y teníamos que estar nosotros pendientes de él. Los platos. Todos buenos pero nada espectacular. Mucho queso crema o algo parecido... El precio. Desorbitado!! No pedimos nada del otro mundo, nos dejamos aconsejar y acabamos pagando 170€ por persona. Los postres. Lo único que puedo salvar pero los hacen en Escribá. Y ya por rematar, la sala donde te comes el postre. La música estaba altísima, se lo dijimos a la persona que llevaba la sala mas de una vez y no nos hizo caso. Ahora haciendo memoria, si que me gustaría valorar positivamente a la metre que nos atendió con los vinos dulces. Ella sí que fue muy profesional!
Cena fantástica. Todo muy bueno y sorprendente. Lo único que no me termina de gustar es no saber lo que vas a pagar y la mesa donde nos pusieron, muy pequeña para ser cinco y lo que estás pagando. Al final estás en un bar normal muy estrecho pero pagando precio de Estrella. La comida y el personal todo genial. Pero lo mejor los postres. Cheescake maravilloso
Un espectáculo para el paladar. Nos pusimos en manos de nuestro "maestro de ceremonia", Leo, y no nos podía haber tocado alguien mejor. A parte de ser atento y majísimo, acertó con toda la selección de platos, algo complicado al ser cuatro personas con gustos muy distintos y, yo especialmente soy una persona complicada con la comida. Sin duda, un sitio para repetir, y si es con el mismo guía mejor aún!