Reseñas
Le doy un 8 en calidad-precio, ambiente y servicio . La decoración es chula : el servicio muy atento . Nos gustó todo menos el último roll que para nuestro gusto llevaba muy poco atún y con el rebozado no se apreciaba . Cuando se termina de cenar ponen música y se pueden tomar copas . Reservamos con tiempo . Pagamos 29 euros cabeza , éramos 4 chicas y tomamos 4 platos , 1 postre y dos botellas de vino !
Es un restaurante que fusiona la cocina japonesa con la latina, sushi y platos de inspiración japonesa con toques de ingredientes latinos. Se nota la calidad de los ingredientes y la meticulosa elaboración de los platos. Sabores que concuerdan a la perfección, y una presentación de platos óptima. Una experiencia gastronómica más que recomendable. Sumado a un servicio atento y conocedor del producto hace que sea una velada perfecta. La decoración está muy cuidada y la iluminación es diferente en la planta de arriba y en la de abajo, creando dos ambientes totalmente diferentes. Volveremos!
Estaba todo rico pero la relación calidad-cantidad-atención/precio no es muy buena. 35€ por persona sin vino y con un postre para compartir. Nos trajeron el entrante al final de la comida. El local está chulo.
La comida no está mal pero no es espectacular. Los cocktails muy buenos. El sitio es bonito pero cuando fuimos nosotras había un grupo suuuper ruidoso y se oían gritos por todo el restaurante, no podíamos ni escucharnos entre nuestra mesa. La atención de los camareros regular y lenta, la del cocktelero maravillosa. Demasiado caro para lo que es.
Descubrimiento muy recomendable. Hemos ido sin expectativas y nos quedamos con ganas de repetir. Ceviche y baos de costilla exquisitos, wagyu muy rico también. Muy rico, asequible y muy bien servicio. Han tardado bastante en atendernos al principio pero luego super rápidos y super atentos. Hemos cenado en la terraza con el perro y le han tratado fenomenal.
Bonita decoración y muy buen servicio. En cuanto a la comida, no está mala pero tampoco destaca. Para el precio que tiene se espera algo más. Comimos tres platos para dos, cantidad un poco justa, y salimos a 23 euros por persona. Los platos fueron: cogollos de tartar de atún con crujiente de batata 3 unidades; tacos criollos de carne mechada, mayonesa de aguacate y cebolla roja 2 unidades; uramaki de langostino, manzana, aguacate, mayonesa picante y tobikko 8 piezas. Además nos pusieron un aperitivo de una crema de tomate y pan de yuca con queso 1 por persona.
Precioso local, ambiente tranquilo, buena atención y comida exquisitas. Las raciones son justas, decoradas con mimo y gusto. Pedimos los langostinos rebozados, el salmón, los baos de costillas. Todo impresionante. Unos 30€ por persona con botella de vino.
Calidad de la comida bastante buena y cantidad suficiente, excepto el tiradito de salmón, que era bastante escaso. No hay opción de botella/vaso de agua y es obligatoria la botella. Decoración curiosa.
Lugar a destacar en la gastronomía madrileña, buena mezcla nipona y tropical... Gran elaboración de los tacos criollos y, deliciosos como entrante, los niguiri de toro... Sorprendentes los uramakis de langostino en tempura. Además, trato muy agradable del dueño. ¡Perfecto para celebraciones íntimas!
El menú del día está muy bien relación calidad / precio. La decoración y el ambiente muy agradable. El camarero estaba un poco disperso.