Reseñas
Relación calidad-precio alta. Pedimos carcamusas, ricas pero un poco grasientas. Pedimos calamares pero el rebozado tenía un pelo negro. Caímos en la cuenta de que los cocineros trabajan sin gorro y uno de ellos tiene el pelo digamos frondoso. Se lo comentamos al camarero y sin problema nos sirvió otra ración, pero diferente, más chiclosos. Eso, más dos bebidas, 30€.
No es que sea de los sitios baratos. La comida está rica. La atención normalita. Poco detalle, hemos pedido para compartir dos personas y si siquiera un simple plato para echarlo, y todo puesto en la mesa. Tampoco un mantely más con esto del Covid , que mínimo que individual para dejar los cubiertos. Los hemos tenido que dejar en la servilleta y coger pañuelos de papel para limpiarnos. Esas tres raciones. Un refresco y dos cervezas 37€ y pico.
El sitio que más nos ha gustado de Toledo. Tapas caseras, atención inmejorable y unos postres ricos. Sin duda, un lugar para visitar si estás en Toledo.
De todas las taperias que hemos podido visitar en Toledo esta ha sido la mejor elección: en cuanto a Calidad/precio/cantidad inmejorable, sin dejar a un lado la estupenda atención de los camareros Gabriela y Víctor que se esmeran en brindar lo mejor. Sin lugar a duda volveremos...
Sitio céntrico. Local pequeñito, pero tienen terraza, con estufas para el invierno. Con la bebida te suele traer una tapa. Comimos allí un grupo de amigos y la comida estaba bastante rica, sobre todo la black burger. Trato recibido correcto. La única pega que le pondría es que cuando hay mucha gente nosotros fuimos el sábado del puente de diciembre, se desbordan un poco, ya uno de los platos llegó cuando el resto habíamos terminado de comer.
Situado en un rincon tranquilo y apartado pero céntrico en la histórica Toledo, tendrás opción de buenas tapas con un servicio rápido y cuidado. Si te apetece una noche toledana, también tienen buenas copas. Totalmente recomendable. Volveré!
Una taperia con muy buena localización. Los camareros son muy atentos, las tapas son grandes y variadas, y las raciones también. Nos ha gustado mucho, si hubiera un bar así de donde vengo sin duda triunfaría. Repetiré cuando vuelva a pasar por Toledo.
El sábado estuvimos en la terraza de este bar, y lo cierto es que no volvería. Para empezar, los camareros súper lentos.. Tardaron muchísimo en tomarnos nota, y luego en servirnos la bebida igual. Les preguntamos que cuándo cerraban cocina, para ir pidiendo comida... No nos dijeron la hora, porque no parecían tenerla clara... Hasta que de repente, cuando ya habíamos pedido la comida y la habían traído que tardó bastante en venir, empezaron a meternos prisa diciendo que en 10 minutos tenía que estar cerrada la terraza. Tuvimos que comer a toda velocidad porque ya nos estaban barriendo hasta los pies, además de que faltaron platos por venir. Nos tuvimos que ir al Trébol, dado que aquí nos quedamos a medias de comer y nos echaron prácticamente. Por decir algo positivo, las croquetas que pedimos estaban ricas. Lo demás sin más.
Buen sitio, las tapas evidentemente antes que la bebida como es tradicional en este bar. A tapa te puedes tirar 1 mes comiendo y los huevos rotos muy buenos
Sitio agradable y con camareros atentos,sus pinchos muy ricos